sábado, 16 de septiembre de 2017

ATLANTA 1 ALMIRANTE 0

Y una noche los aplausos fueron estruendosos, unánimes. El equipo fue incluso despedido en el entretiempo con el mayor reconocimiento del público, cuando el marcador todavía no se había abierto. Después de mucho tiempo, Atlanta jugó un partido casi perfecto en Villa Crespo y le dio una alegría a su gente. Pero lo más importante: le generó la ilusión de poder repetir más partidos así en este campeonato que recién empieza. No hubo goleada, no hubo festival de contundencia. Pero la victoria fue rotunda. Almirante Brown, uno de los candidatos en los papeles, quedó totalmente anulado. No existió en la cancha. No pudo tener la pelota, no pudo llegar. No pudo apretar cuando estaba en desventaja. El partido sólo lo jugó Atlanta. Berscé debe estar satisfecho de haber podido plasmar en la cancha su idea de juego. Su equipo superó al rival en todos los aspectos posibles: física, táctica, anímica y técnicamente. Los rendimientos individuales fueron todos de bueno para arriba, con puntos muy altos en Bianchi Arce, Previtali (en su mejor partido desde su debut) y Miranda. Lugo mostró seguridad en el arco. La defensa cumplió un encuentro excepcional, con una zaga central impasable y dos laterales que tuvieron oficio de marca y proyección. Bianchi Arce fue un verdadero líder. En el medio, Previtali se destacó tanto en el quite como en el pase. Se hizo dueño del mediocampo y permitió que Monserrat y Miranda pudieran dedicarse al juego asociado y creativo. En el primer tiempo, Atlanta fue muy paciente para hacer circular la pelota, apostar al juego colectivo. Con volumen de juego, generó situaciones claras pero volvían a aparecer los problemas de definición. Por suerte en el segundo tiempo el delantero Adrián Martínez se sacó la mufa tras varias chances desperdiciadas y anotó el gol de la victoria, a pura fe y voluntad.
Esto recién empieza. El campeonato es muy largo y cada partido es una historia diferente. El Bohemio, con un plantel corto y con pocos nombres importantes, con un DT poco conocido en la categoría, empieza a mostrar un fútbol que ilusiona. Comienza a mostrar una identidad que le puede dar muy buenos resultados. Claro que no será fácil sostenerla en el tiempo. Pero hay con qué.

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