SE NOS ESCAPÓ EL INDIO
Se acabó otro año siguiendo con religiosa fidelidad a club de nuestros amores, mi fiel escudero. ¡Y lo hemos hecho con un sarmientina asistencia perfecta, sin faltar a un solo partido!
Y ahora y como siempre un sentimiento de vacío me acompaña al comenzar cada receso. Un sentimiento parecido al abandono amoroso que tantas veces he sufrido por parte alguna damisela o el espacio sin nada que queda cuando un amigo se va.
Lo cierto es que un síndrome de abstinencia me invadirá en pocos días, cuando los sábados a la tarde camine como un león encerrado entre los aposentos de mi castillo, esperando ansioso que nuevamente el esférico elemento vuelva a rodar por la verde gramilla.
Y hemos terminado esta primera rueda mucho mejor de lo que un tiempo atrás podíamos imaginar, cuando parecía que el Apocalipsis se abatía sobre Villa Crespo y nos hallábamos hundidos en las miasmas de los últimos puestos.
Ahora flotando en la mitad de las posiciones y en base al rendimiento de nuestra gallarda escuadra, nos hacen esperar con el optimismo de los victoriosos el desarrollo del venidero 2010.
No era fácil el compromiso que nos aguardaba para despedir el año. La encumbrada Fragata, del piadoso y beato Bazán Vera se llegaba a los terrenos de la calle Von Humboldt con la pretensión de no perderle el paso al líder de Junín.
Pero poco hizo para validar los ostentosos pergaminos que lo acompañaba. Por el contrario, emergió del túnel con un planteo timorato y cobardón que poco se compadecía con las pomposas luminarias que integran su plantel.
Atlanta, que venía de una clara derrota en Munro, le salió a ganar el partido desde el vamos y con mucho menos cartel le mereció la victoria sin ningún tipo de dudas.
Alonsito recuperó la línea de tres en el fondo con Izquierdoz, el salteño Arancibia y Segovia. Lolli de carrilero por diestra; el rutilante Rutili y el rusito Mociulski la dupla de volantes centrales y Galeano por la izquierda. El Mágico enganchando, Guzmán por afuera y el guaraní de centrofoward.
Los primeros minutos fueron de cierta paridad, aunque el bohemio iba construyendo un dominio que terminaría siendo prácticamente absoluto.
Los provincianos tienen cuatro defensores que son todos unos mastodontes picapedreros, otro tantos volantes grandotes y peleadores, más preocupados en trabar y obstaculizar que en jugar y Bazán Vera que ya no asusta a nadie, ni vestido de indio.
Llinás descansó porque Arancibia se puso firme atrás e Izquierdoz clausuró su sector y lo mismo hizo su amigo Segovia. El rutilante Rutili se hacía patrón y zota en el medio quitando y distribuyendo, Lolli se disfrazaba de wing y se sumaba al ataque. Por su parte el Mágico González rendía a medias con su fútbol lujoso pera a veces parecido al bulbito. El Torito Guzmán se escapa bien, pero es muy livianito y suele diluirse en la zona de definición. Acosta Cabrera es vivo, maneja bien su osamenta y las pelea todas, pero como todo goleador depende del abastecimiento de algún colega.
Un arma que tienen los atlantes y que ya le dará sus dividendos, es el cabezazo tanto de Segovia e Izquierdoz que suelen ganar tupido en el área rival. Precisamente un cabezazo de Segovia que se le escurrió de las manos a Monasterio y que el portero casanovense recuperó vaya Dios a saber de que lado de la línea de cal, fue la más clara de la etapa.
Para el complemento, el almirantazgo le regaló a su enemigo la hegemonía del uso de la cancha y Atlanta volvió a exhibir sus tremendas dificultades a la hora de meter la pelotita en el fondo de las mallas.
Y con espacio a su disposición empezó a sentir ciertas saudades del díscolo Quiroga.
Porque Rutili hace todo bien, pero no está para la creación y el Mágico no elige bien el último pase y necesita un compadre, que este sábado le faltó.
Aloncito lo introdujo a Cubilla buscando denodadamente el triunfo, pero ni el delantero ni el ingreso del debutante Gallo, le dieron mayor profundidad ni eficacia a las embestidas bohemieras. Tuvo dos claras, una González que salió besando el madero y una masita de Guzmán que detuvo sin problemas en golero mirasol.
Después Atlanta se quedó sin piernas, apuraron un poco los dirigidos por el huevón Giunta, pero el cotejo se deslizó inexorablemente a un nuevo 0 a 0, esta vez muy inmerecido.
Y así se cerró el 2009, con el equipo en levantada. Nos veremos, pues, ya entrado el verano, con los anhelos de siempre y este amor que no sabe de desmayo recubierto por una renovada pasión.
¡Felices fiestas para todos y un buen 2010 para toda la familia bohemia!
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