lunes, 15 de febrero de 2010

El Commento Real: Atlanta 0 - Soc. Español 0

LOS GEMELOS Y LAS TORRES

¡Otra vez, mi fiel escudero, la historia archiconocida de tener todo el tiempo la posesión de la pelotita, acechar la ciudadela de un cobarde enemigo y terminar recogiendo un mísero puntito que de poco sirve en la lucha por meternos el pelotón de los cinco vanguardistas!
¡Otro amargo cero a cero, ante un rival que anda merodeando los últimos escalones de la tabla de las posiciones y ante quién teníamos el imperativo mandato divino de sumar de a tres puntos, antes que llegue el tiempo de los contrincantes de fuste, con quienes nos aguardan encarnizadas batallas.
Porque Atlanta, como las hormigas, debió aprovechar apacible verano -que se presentaba con Central Córdoba y los socialistas españoles de local - para almacenar unidades y esperar más sosegados la llegada de los rigores del invierno.
Pero tal oportunidad fue dilapidada en sendos paupérrimos empates.
En este sábado, con menos sol y más mosquitos que los anteriores y con la peculiaridad de que se enfrentaban dos hermanos gemelos: el Andrés para los bohemios y el Abel para los visitantes, el equipo de nuestros amores no logró sortear el cerco humano que sin pudor ni disimulo colocó el oriental Batista, sin más objetivo que detener la no muy imaginativa ofensiva de los atlantes.
Y para eso se basó en las dos torres que tiene en el medio de sus zagueros: el anciano Morquio y el duomo de Milán, para repeler centros y pasesitos intrascendentes que era lo que proponían los bohemios como contrapartida.
Tal fue la actitud de los celtíberos que solo dispusieron, en todo el cotejo, de una sola posibilidad de vulnerar a Don Rodrigo y fue por intermedio de Soriano, pero no el de ellos, sino el de Atlanta que quiso rechazar un centro y cerca estuvo de vulnerar a su propio arquero.
Los villacrespenses se ubicaron en la cancha con su esquema semanal: Don Rodrigo Llinás al arco; Cherro, Arancibia y Segovia como los tres defensores. Cuatro volantes con dos carrileros Lolli y Quiroga y dos centrojases con Palisi y un paso adelante Galeano , el Mágico de enganche y Soriano como delantero más abierto y el guaraní Acosta Cabrera como centrofoward.
Los gallegos arrancaron haciendo de cuenta que querían jugar y se mandaron la parte con un par de llegadas prematuras, que por suerte no llegaron a nada.
Después Atlanta se adueñó del balón, para compartirlo muy poco con sus colegas de camiseta blanca y llevar el juego casi en exclusividad a territorio español.
Sin embargo no creó demasiadas situaciones de gol, en proporción al dominio ejercido. Poco más que un centro que Cherro no llegó a conectar en las barbas mismas del ruso Todoroff o un cabezazo del salteño Arancibia que fue rechazado por un defensa visitante.
Es que no aparecía la magia de González (un jugador con más habilidad que visión). Y Quiroga, probando por los dos laterales, tampoco conseguía abrir las líneas enemigas. Tampoco Galeano lo lograba y Lolli no terminaba bien ninguna de sus escaladas.
En la delantera, Acosta Cabrera parecía Martínez y no hacía una bien, y solo el gemelo Soriano buscaba, luchaba y muchas veces ganaba.
El que andaba bien en la lucha en las tierras medias, era Palisi que pelaba con Gerling y Arcos y no salía mal parado. Atrás la defensa al no verse exigida, trabaja a reglamento sobresaliendo la solvencia de Arancibia, que hasta se mandó un par de patriadas hasta el fondo de las líneas peninsulares.
Pero toda intentona bohemia terminaba en las cabezas y los pies poco dotados, pero firmes de los fullbacks de Español, en especial de los mencionados Morquio y Milán.
En el segundo tiempo, la cosa siguió bajo los mismos carriles que el primero, salvo en el hecho que los de Batista se retrasaron aún más y se pararon decididamente para el contragolpe artero.
Sin muchos más argumentos que los exhibidos hasta entonces, Atlanta llegó con mayor grado de peligrosidad y entonces apareció el arquero Todoroff para resolver las filtraciones de su defensa.
Lo tuvo Quiroga tras buena jugada del Mágico, y los tuvo dos veces el guaraní, pero no hubo caso. La porfía se deslizó inexorablemente por el familiar tobogán de la impotencia que conduce al enésimo 0 a 0 de los auriazules en el presente campeonato.
La entrada de Guzmán, Daolio y después Cubilla no aportaron nada para torcer el sórdido destino que nos deparaba esta nueva fecha.
Una nueva fecha de un campeonato, donde Atlanta insinúa el despegue con victorias sorprendente, pero que con actuaciones como estas hacen estrellar nuestras ilusiones violentamente contra el piso.

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