La maquinita del triunfo, este Atlanta efectivo que sufre más que lo que disfruta, pone más que lo que juega y gana más que lo que gusta. El único líder del torneo, con una amplia ventaja sobre sus perseguidores en un campeonato parejo, en donde la diferencia entre el mejor y el peor es insignificante. Ilusiona, cree en el ascenso. Porque las fechas pasan, los resultados son positivos, y el Bohemio se mantiene firme en la punta, en la posición que le otorgará la vuelta a la B Nacional en caso de permanecer allí hasta la última fecha. Obtuvo una importante victoria en su visita a Rosario. El empate no parecía negocio teniendo en cuenta que Central Córdoba se está yendo al descenso y ocupa el último lugar en la tabla de posiciones, y que la próxima fecha el equipo de Rondina queda libre, por lo cual corre el peligro de que los perseguidores se acerquen. Después de este "descanso" en Semana Santa, se viene la recta final, con algunos partidos complicados.
El trabajoso 1-0 costó y se sufrió como la mayoría de los triunfos bohemios en este campeonato. ¿Pero qué se le puede reprochar a este equipo? Éste es el juego de Atlanta y así ha llegado adonde está. Con un planteo inteligente, cuidando cada detalle, luchando cada pelota. El gol llegó en el segundo tiempo, gracias a un regalo del rival: el arquero Leguizamón no pudo contener el remate del Chino Sanabria y le dio la ayudita que Atlanta necesitaba para superar un escollo complicado. El partido se jugó mal y fue parejo en el juego, con muy pocas chances de peligro para ambos equipos. El visitante generó poco y dependió demasiado de Ferreiro como conductor. Gagliardo en el arco (siempre seguro), Valdez en la defensa y Gaby López en el medio terminaron siendo los baluartes del triunfo bohemio. Al final, Atlanta no tuvo vergüenza en utilizar todas sus armas para defenderse y cortar el circuito de juego del Charrúa. Rondina hizo los cambios necesarios para acumular jugadores de marca atrás y asegurar el cero en el arco de Gagliardo.
Se ganó, se festejó. Atlanta, el puntero, dio un paso más.
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