jueves, 13 de marzo de 2014

Punto, punta y aplausos

Atlanta no pudo lograr la victoria pero esta vez el público, usualmente exigente, despidió a los jugadores con aplausos y cantando como si los tres puntos hubieran quedado en Villa Crespo. Al menos el equipo rescató un empate sobre el final en un partido en el que la suerte no estuvo a su favor y que le permite seguir en la punta junto a Chicago. Claro que el objetivo era aprovechar la igualdad de los de Mataderos ante Flandria para disfrutar de la punta en soledad, pero la gente terminó rescatando el esfuerzo y el juego de un equipo que venía de ganar dos seguidos de visitante.
Hubo un solo equipo en el partido: el conjunto dirigido por Cassano. Fue el que desde el primer minuto se volcó al ataque, con una actitud agresiva, punzante, monopolizando la pelota y arrinconando al rival contra su arco. El Bohemio intentó jugar, por momentos lo hizo bien, y generó las mejores oportunidades aunque falló en la definición. Tampoco tuvo la suerte de los últimos partidos, sino todo lo contrario. No importaron las ausencias de Díaz Villán y Palisi, Atlanta fue a buscar el triunfo que necesitaba. Nanía y Galeano manejaban el juego, mientras que Godoy aguantaba todas arriba. Temperley jugó como un equipo chico, muy retrasado, con una actitud muy mezquina. Se ve que Rezza quiere repetir lo que hizo con San Carlos hace 1 año: ¿le alcanzará sin Vegetti? Sin embargo, logró ponerse 1-0 gracias a un error defensivo de Atlanta, con responsabilidad de Nelson González y Vega, que no tuvo una buena noche. Decir que fue la única llegada del visitante en el primer tiempo sería exagerado: fue la única vez que cruzó la mitad de cancha. El Bohemio tuvo la más clara en los pies del intermitente Flores, que remató al travesaño. 
En la segunda parte Atlanta no tuvo tan en claro el camino, pero siguió generando chances. Por ejemplo, una muy clara en los pies de Maraschi. El equipo se desordenó con los ingresos de Acuña y Lazzarini, que no se engancharon bien en el juego. Temperley resistía como podía, con todos los recursos posibles, e incluso pudo haber aumentado con un tiro libre. Pero pronto comenzó a sufrir por las expulsiones. Perdió a un jugador por demorar, y por último a Gastón Aguirre, que le fue con todo a Godoy. De ese tiro libre nació el empate bohemio, a cinco del final. Centro de Lazzarini y cabezazo de Nelson González, que se desvió en algún rival. Con dos jugadores más, estaba todo dado para darlo vuelta, pero no hubo hazaña. No hubo festejo. Apenas los hinchas pudieron irse orgullosos de sus jugadores, que si mantienen este nivel podrán seguir peleando por el ansiado ascenso.

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