Esta vez Atlanta cumplió con sus obligaciones y recuperó la sonrisa después de la estrepitosa goleada sufrida ante Italiano. Luego de una semana agitada por los malos resultados y el conflicto por la renovación de Galeano, la tranquilidad parece haber llegado a Villa Crespo con el acuerdo de renovación del volante, la confirmación de la llegada de dos refuerzos (Matías Soto Torres, enganche, y el Vasco Aurrecochea, arquero) y ahora este triunfo que vuelve a encender la llama de la ilusión al finalizar la primera rueda. ¿Habrán quedado atrás los problemas? Habrá que esperar, pero lo importante es que el equipo se repuso rápido del golpe y recuperó la memoria futbolística.
En un campo de juego ligero por la abundante lluvia que cayó sobre Buenos Aires, el triunfo bohemio sobre Almagro no tuvo grandes sobresaltos y fue más que justo. Galeano volvió en un buen nivel, comandando el juego y generando peligro. Fue uno de los más destacados junto con Mancinelli y Palisi. Para celebrar también la tardía decisión de Sialle de volver a incluir a Pedrozo entre los titulares, para volver a armar el once que tan buenos resultados había conseguido hace poco tiempo. Atlanta por momentos perdió el rumbo y el control de la pelota, faltó solidez para sufrir menos en defensa ante un débil rival, pero en varios tramos fue amplio dominador, y hasta tuvo algunos ratos de buen fútbol. Bonfigli abrió el marcador tras un centro de Quiroga cuando Atlanta casi no había atacado en el partido. A partir de ahí todo se hizo más sencillo. En la segunda etapa Pedrozo amplió la cuenta tras una gran habilitación de Mancinelli y así los dos delanteros convertían ante su ex club.
Cuando Almagro perdió a un hombre por expulsión, ya no hubo partido y Atlanta estuvo cerca de liquidarlo. El 2-0 abre una nueva esperanza. Se fue media temporada y el Bohemio está en una posición expectante. Se armó para pelear el campeonato y está en la pelea, pero se cometieron errores. En esta segunda mitad el margen de error será cada vez más chico.