domingo, 7 de junio de 2015

El último símbolo bohemio

Lucas Ferreiro decidió retirarse del fútbol profesional tras la serie lesión sufrida este año cuando jugaba en Talleres de Remedios de Escalada, en la Primera C. Es el fin de la carrera de un jugador muy identificado con los colores de Atlanta, un hincha fanático del club. En casi década y media, supo construir una historia contradictoria con la camiseta bohemia, con momentos muy felices y otros episodios menos gratos. Surgido de las divisiones inferiores, debutó en la B Nacional en 1999, y pronto se transformó en el abanderado de la ofensiva del equipo en la B Metro, con su estilo fresco y desfachatado. Fueron varios los ciclos en el club, con muchas idas y vueltas. A lo largo de su carrera pasó por varios equipos, pero se destacó principalmente con la camiseta azul y amarilla. 
Su mejor momento lo vivió en la temporada 2002/03, cuando volvió como héroe para ponerse el equipo al hombro en un momento muy complicado. En aquella histórica campaña en donde se eludió el descenso a la C de forma milagrosa, Ferreiro fue fundamental por su fútbol y sus goles clave, mostrando una personalidad y un carácter incuestionables. Los dos goles a All Boys en Floresta no sirvieron para una victoria, pero saltó a la fama con el recordado penal más largo del mundo a Cambaceres. Y convirtió de cabeza el gol en la última fecha contra Tigre, que significó evitar el descenso directo y acceder a la Promoción. Su rendimiento le valió pasar a Racing ese mismo año.
Formó parte del plantel que ascendió a la B Nacional en el 2011, aunque sin jugar muchos minutos. En su último ciclo en el club, volvió a ponerse el equipo al hombro en el Atlanta que peleó el ascenso en la temporada 2012/13, pero encontró en sus propios hinchas injustos cuestionamientos, una gran ingratitud. Y no pudo irse de su club por la puerta grande. Para reflexionar cómo tratan los hinchas a sus jugadores, especialmente a los surgidos en el propio club. Lucas, aun con sus locuras y sus errores, ha sido un símbolo de Atlanta en lo poco que va de este siglo, y merece un gran reconocimiento de su gente. 

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