Un partido increíble ganó Atlanta en Vicente López, para llegar a la última fecha con la seguridad de que un triunfo garantizará el ascenso, sin depender de otros resultados. Será una gran final, en Villa Crespo, frente al sorprendente Flandria, que con un empate festejará el campeonato. El Bohemio necesita ganar para hacerle honor a su historia y lograr la hazaña, de la misma manera que tenía que ganar hoy de visitante frente a Platense y lo logró. Con angustia y mucho sufrimiento, en un partido para el infarto, el Bohemio se llevó una victoria histórica.
Ya sería repetitivo decir que a este equipo le falta mucho fútbol pero le sobran un enorme corazón y unas ganas tremendas de ascender. Hoy dio una nueva muestra de personalidad al dar vuelta un partido muy complicado. Platense ya no jugaba por nada pero quería arruinarle la fiesta a Atlanta. El gran gol de tiro libre de Quiroga puso cuesta arriba el trámite bohemio. Desde la lesión de Pons, al conjunto de Biggeri le cuesta convertir las situaciones que genera. Con la obligación de asumir protagonismo viéndose en desventaja, fue apretando, arrinconando a su rival. Cardozo tuvo la más clara en el primer tiempo, solo en el área chica. Por la inefectividad de los delanteros, lo mejor en ofensiva venía de la producción de Mancinelli y Rodríguez, los jugadores de mayor aptitud futbolística. Empatarlo parecía misión imposible, mientras en las esporádicas contras Platense amenazaba con liquidarlo. Por lo menos Flandria seguía sin poder ganarle a Almirante y las chances de Atlanta en el torneo seguían vivas, pese a la derrota.
Probablemente un símbolo de este Atlanta flojo de fútbol pero gigante en voluntad sea el uruguayo Pérez. Tosco pero comprometido, el lateral izquierdo tuvo su mejor partido en el club. Las peleó todas, estrelló un tiro libre en el travesaño y convirtió el gol del empate, de derecha, cuando faltaba poco para el final. Ahora había que ir por todo. Los de Biggeri buscaron el segundo y Lupani le cobró penal a López, tras tantos reclamos de penales anteriores. Mientras llegaban las noticias del agónico gol de Flandria, obligando a Olego a convertir el penal para que Atlanta siguiera en carrera. El goleador no falló y desató el delirio del Bohemio, que en pocos minutos, sobre el final, estaba dando vuelta el partido.
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