miércoles, 18 de octubre de 2017

ATLANTA 1 RIVER 4

La lógica impuso su autoridad en San Juan: Atlanta cayó derrotado por una amplia e indiscutible diferencia ante River y quedó eliminado en los cuartos de final de la Copa Argentina, luego de memorables actuaciones sobretodo frente a San Martín de San Juan y Belgrano de Córdoba. La derrota no careció de dignidad para un Atlanta que no fue humillado pero que se vio claramente superado por uno de los mejores equipos del país y del continente. La posibilidad de un empate o una victoria heroica terminó siendo muy lejana, y se desvaneció repentinamente sobre el final de la primera parte. Hasta ese momento, el Bohemio había logrado sobrevivir inteligentemente. El 0-0 daba tranquilidad y se extendía en el tiempo. River dominaba la pelota y el juego ocurría en el campo de Atlanta, pero no lograba llegar con profundidad ni quebrar a un equipo tenaz, disciplinado, sacrificado y concentrado en mantener el cero. Berscé había planteado un esquema conservador. Sacó a Adrián Martínez y puso a Previtali para disponer un 4-5-1. La idea era cortar el circuito de juego de River, aunque así sacrificaba casi totalmente las posibilidades ofensivas propias. Vale decir que un partido cerrado, cortado, era lo que más le convenía a Atlanta y así se jugó la mayor parte del primer tiempo, mientras el conjunto de Gallardo se sentía incómodo. Pero pronto todo se derrumbó. La jerarquía enorme de Scocco para descolocar a la defensa bohemia y la habilitación a Saracchi. Y el golpe de nocaut, medio minuto después, con la definición de Nacho Fernández tras una mala salida de Bianchi Arce cuando el Bohemio sacaba del medio y ni siquiera había logrado reponerse del primer gol. 2-0 y olor a partido aniquilado.
Para el segundo tiempo, Berscé volvió al esquema que suele usar, con el ingreso de Martínez. El análisis de lo que ocurrió en esta etapa quizá carezca sentido porque ambos la disputaron sabiendo que el resultado final difícilmente fuera otro que la victoria riverplatense. Con un delantero más y la obligación de ir a buscarlo, Atlanta se acercó más al área, generó algunas chances y hasta logró descontar con una buena jugada de Miranda, Pedrozo y Martínez, cuando el partido ya iba 3-0. Pero al mismo tiempo, con más espacios y más tranquilo por la ventaja, River tuvo la oportunidad de lucir su evidente superioridad. Así contó con una gran cantidad de chances a su favor, y pudo haber coronado una goleada mayor que el 4-1 final.
No hubo equivalencias. Atlanta sólo pudo acariciar el sueño por casi un tiempo. Le faltó hacer un partido perfecto para poder disputarle a River la serie. De todos modos, puede irse con la frente en alto por lo que hizo en esta Copa, y ahora a pensar en el objetivo del ascenso.

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