ITALIANO 0 ATLANTA 1
Cuando parecía que Atlanta se iba de Ciudad Evita con un empate con sabor a poco, llegó el penal y el desahogo. El agónico triunfo se festejó efusivamente porque le permite mantenerse ahí, sin perder el paso de sus competidores. Ahora comparte la punta con Estudiantes, al menos hasta que Defensores juegue su partido. Más allá de los medios, se cumplió el fin de la visita: ganar para seguir peleando arriba. No ganar hubiera significado perder dos puntos importantes, antes que sumar uno.
Está claro que Atlanta no es el mismo de visitante que de local. En el estadio del Sportivo Italiano, se vio una versión más chata que aquella que supo deslumbrar en partidos anteriores en Villa Crespo. Después de mucho tiempo, Alonso tuvo disponibles a todos los titulares, sin lesionados ni suspendidos. De esta manera apostó al mismo planteo con que consiguió tan buenos resultados últimamente: con este triunfo ya cosechó 21 de los últimos 24 puntos disputados. Enfrente se encontró con una sorpresa: el debutante Carancho Agüero en el banco local puso en cancha un 4-2-4 audaz, inusual en este siglo. El Bohemio se encontró entonces ante circunstancias particulares. Por un lado, tenía espacios por las puntas para avanzar y atacar. Pero el partido se planteaba abierto para los dos, con posibilidades de juego. Italiano también hacía lo suyo: con buenas intenciones, obligaba y empujaba. Los avances locales desnudaron algunas fallas defensivas en Atlanta, en donde los defensores justamente no tuvieron una buena tarde. Lamentablemente, el Bohemio no aprovechó en la primera parte las ventajas que ofrecía el Tano para avanzar por los costados. Ni Ferragut ni Mancinelli pudieron desnivelar. Carou no pesó en el juego, y Atlanta ofreció menos de lo que se esperaba. Faltaron precisión y decisión para buscar el triunfo. De todos modos, ambos equipos tuvieron sus chances para convertir.
El segundo tiempo pedía el ingreso de Guzmán por Carou para intentar ganarlo por la banda derecha. Sin embargo, el Chaco tuvo una mala actuación, y Atlanta no podía encontrarle la vuelta a un partido que en los papeles era accesible, y que por el desarrollo parecía ponerse al alcance de su mano. Es que mientras el Bohemio deambulaba con pocas ideas, Italiano se hacía cada vez más chiquito y empezaba conformándose con el punto. El local pasó de un planteo ofensivo a acumular jugadores en su propio campo, resignando la pelota. A Atlanta se le vio facilitado el trabajo, y en los minutos finales buscó con mayor intensidad, viendo que la victoria era posible. La pelota sin embargo parecía empecinarse en no entrar. Hasta que llegó el penal a favor sobre la hora, casi en tiempo de descuento. Abel Soriano lo convirtió en gol y en triunfo.
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