No basta con decir que Atlanta mereció no perder para paliar los dolores de la derrota, como así tampoco esta afirmación implica que el Bohemio haya hecho bien las cosas en su visita al sur de la Ciudad de Buenos Aires. Lo más lógico para este partido hubiera sido un empate: la única diferencia entre los dos equipos estuvo en que el local tuvo a un Mareque que, aun estático y con sobrepeso, demostró toda su calidad con un exquisito derechazo que definió el encuentro, al inicio del segundo tiempo.
El conjunto de Biggeri jugó mejor en la primera etapa, generando algunas buenas chances de gol. La más clara fue un fuerte remate de Pedrozo que se estrelló en el palo. De haber tenido mayor efectividad en el área, otra hubiera sido la historia en un partido en que parecía que el que hacía el primer gol ganaba. Pero Atlanta salió dormido a la segunda etapa y Barracas aprovechó su momento. Después de la apertura del marcador, el local tenía mayores facilidades para liquidarlo, mientras el Bohemio se encontraba desorientado, sin rumbo y sin ideas de cómo revertir la situación. Biggeri realizó cambios: hizo ingresar sucesivamente a Soto Torres, Fernandes Silva y Ledesma. Con el paso del tiempo Barracas Central se fue replegando y Atlanta tuvo más la pelota. Le faltó claridad y contundencia para empatarlo. Y no pudo hacer nada para llevarse algo.
De esta manera Biggeri sufrió su primera derrota como técnico bohemio. La defensa estuvo un poco más firme, pero Atlanta volvió a sufrir en la generación de juego. Galeano estuvo nuevamente en un bajo nivel; Cequeira no sacó diferencias. Los que ingresaron desde el banco tampoco fueron solución.
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