El último partido disputado en Villa Crespo en este 2010 tuvo el final que esperaba toda la gente que en masa fue a alentar al gran puntero de la B Metro: triunfo que vale –como todos- tres puntos, para seguir avanzando casilleros en el juego del campeonato. Culminó así una campaña brillante como local esta primera rueda, invicto y con un rendimiento casi perfecto: nueve victorias y dos empates. Los hinchas ya se hicieron la costumbre de salir cantando y festejando del estadio Gran León, una costumbre que –esperemos- se siga respetando en 2011. En esta fecha, no sólo cumplió con la obligación de siempre de ganar, también sirvió para sacarle más ventaja a Defensores, mientras que se espera el resultado de Estudiantes.
Después de varios triunfos sufridos, muchos habrán pensado que ésta era la oportunidad de ganar de forma más cómoda, de florearse y lucirse en el último show que los jugadores darían a su público en el año. Claro, Deportivo Armenio en Villa Crespo no parecía ser una parada complicada. Pero no fue así: a Atlanta le costó mucho. Pasó malos momentos en el partido, y si bien tuvo la chance de golear, terminó sufriendo hasta el final. Obtuvo en síntesis un triunfo trabajado, ajustado. No hubo grandes demostraciones de fútbol, no hubo muchas luces, aunque la victoria finalmente terminó siendo justa.
Se ha vuelto una mala costumbre ya que en los últimos encuentros Atlanta entra desconocido a la cancha, y le cuesta acomodarse. Los rivales aprovechan y desnudan las falencias, sobretodo en defensa y el mediocampo. Armenio avisó varias veces en el primer tiempo, revelando que algo no funcionaba bien. Sobre el final de la primera parte llegó el penal salvador cometido a Mancinelli, que ejecutó Andrés Soriano hacia el gol. Atlanta se ponía en ventaja en un partido en que la había pasado mal, y en que pudo haberse ido en desventaja al descanso.
En el segundo tiempo, Andrés aumentó la cuenta y poco después tuvo un nuevo penal a su favor. En pocos minutos, con una ráfaga, Atlanta había tomado el mando y no perdonaba en la red. Andrés convirtió el penal, pero el juez lo hizo patear de nuevo, por invasión. En su tercer tiro desde los doce pasos en el día, Andrés falló ante Bangert, y comenzó una nueva historia. Armenio descontó al poco tiempo, y el Bohemio pasó rápidamente del 3-0 liquidador a un 2-1 que dejaba una gran cuota de incertidumbre. Los visitantes intentaron aprovechar el envión anímico, pero no tuvieron ninguna situación clara para empatarlo. Atlanta supo no ponerse nervioso ni retrasarse demasiado para mantener la ventaja e incluso estuvo cerca de rematarlo. La victoria quedó una vez más en casa.
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