miércoles, 20 de abril de 2011

El Commento del Marques: San Carlos 3 - Atlanta 0

BAILE DE EGRESADOS

¡Que milonga nos dieron los carlistas de Berisso el sábado que pasó, Santa Madre de Dios! Ahora que estamos a punto de egresar de esta divisional que siempre nos quedó chica, la gente de la otrora pujante ciudad industrial, nos organizó una baile de despedida a toda orquesta, en su modesto estadio y televisado en directo para el mundo entero.
Menos mal que arribamos a los arrabales de La Plata con puntos para regalar y con el campeonato metido en el bolsillo, sino ahora estaríamos más preocupados que Moyano ante la justicia.
Lo cierto es que nos llegamos hasta donde el diablo perdió el poncho para seguir a nuestra querida escuadra y ver sí la misma continuaba con su paso triunfal que conduce a la victoria siempre, pero en cambio nos vinimos con tres pepas en la canasta.
Atlanta siguió esta fecha padeciendo del mal de ausencias productos de las tantas batallas que le dejaron un tendal de combatientes en inferioridad de condiciones, sobre todo en la zona defensiva donde Arancibia y Valdés siguen en la convalecencia y el Pollo Soriano andaba con algunas nanas que lo sacaron enseguida de la lucha.
El conjunto de la reina del Plata emergió del túnel berissense con: Don Rodrigo llinás; el rayo Mancinelli, Nico Cherro, Juampi Segovia y Nicolás Pasquini; el poeta Galeano, el pulpo Pogonza y el zurdo Ferragut; el patagónico Carou y los mellizos Soriano.
No nos habíamos terminado de acomodar como cocodrilos bajo el sol y ya perdíamos 1 a 0, con un gol convertido a espaldas del rayo Mancinelli, que siempre tiene un boleto de ida, pero que le cuesta comprar el de vuelta.
Era de suponer que el inalcanzable puntero iba a reaccionar, pero los dueños de casa le escondieron la pelota a los volantes bohemios. Galeano y Carou estaban perdidos por el lado de Punta Lara, Abel se la pasaba en orsay y Pogonza cuando la recuperaba inmediatamente después la devolvía.
Mientras tanto ellos tocaban, conociendo como baqueanos los secretos de su campo de juego de reducidas dimensiones y secretos recovecos.
Para peor a los quince la pierna de Andrés dice basta y el mejor jugador de Atlanta deja su lugar al fogoso Diego Bielkiewicz para que se sume al desbande generalizado del escuadrón villacrespense.
Atrás, la defensa era un flan casero sin crema ni dulce de leche: Mancinelli contenido en sus subidas, se olvidaba de defender, Cherro y Segovia no se acoplaban nunca y Pasquini estaba atacado por los nervios que produce el pánico escénico.
El encuentro era el reino del revés: Villa San Carlos parecía el Barcelona y Atlanta jugaba como Cambaceres.
A la media hora otro macanazo: Mancinelli rechaza mal para el medio, Cherro la deja picar, Melillo que se la afana y pone el 2 a 0.
Con este resultado se terminó el primer tiempo sin que los delanteros de Atlanta le hayan visto la cara al arquero adversario y sin haber pisado el área carlista.
Para el segundo período, el Javi Alonso lo pone a Sparapani con la peregrina esperanza de que el volante modifique el preocupante curso de los acontecimientos.
Y da la impresión que la cosa da un vuelco, pero es sólo un espejismo. Los berissenses retroceden astutamente y les entregan una porción de terreno a sus visitantes. Pero ante la falta de ideas de los atlantes, esto se convierte en una trampa para el contrataque que les da óptimos resultados.
Porque si Atlanta no tiene en la valla al gran Don Rodrigo se vuelve de la Villa San Carlos con una goleada histórica.
Y parecía que no la cosa terminaba baratita para Atlanta, pero la resistencia del gran arquero, que se había revolcado heroicamente por toda la gramilla de la cancha, llegó hasta el minuto 88’, donde después de soportar un fusilamiento continuo, le decretaron un tres a cero que en otra circunstancias hubiese adquirido los visos de una tragedia.
No importa mi fiel escudero, con la autoridad que me confiere haber estado presente en los 35 partidos que disputó este equipo inolvidable, puedo afirmar que la actuación de esta jornada es absolutamente falsa, porque – por lejos- somos los mejores del torneo, se lo hemos demostrado al universo todo y no alcanza este traspié para empañar un campeonato que nadie nos puede quitar, ni discutir.
¡Es cierto que nos pegaron flor de baile, pero fue un baile de despedida!

No hay comentarios: