martes, 12 de abril de 2011

La verdà de la Moilanesky: Atlanta 1 - Comu 0


El sueño del campeonato está cada vez más cerca de convertirse una dulce realidad. Todos lo sienten y lo saben. Por más que las matemáticas –siempre tan rigurosas- todavía no han dado su veredicto final, un análisis incluso cauto de la situación permite concluir que es muy difícil que a Atlanta pueda escapársele este torneo. Por eso Villa Crespo ya se prepara para la gran fiesta, que vendrá recién cuando el ascenso esté totalmente asegurado.

Fue una fecha fantástica, redondita. Defensores cayó sorpresivamente de local ante Acassuso, y Atlanta jugó con el resultado puesto frente a Comunicaciones, con la tranquilidad de que al menos la ventaja de 12 puntos no podía acortarse. Pese a que el empate no era un mal resultado teniendo en cuenta la derrota de su rival en la lucha por el título, el Bohemio logró llevarse una victoria ajustada sobre el final del encuentro, extendiendo así la diferencia a 15 puntos, cuando faltan solamente 24 por disputarse. Son cinco ya los triunfos obtenidos en forma consecutiva.

Era ésta una parada difícil para el puntero de la B, por el hecho de que Andrés Soriano y Ferragut estaban suspendidos, y Arancibia seguía lesionado. Tres titulares importantes afuera, y había que rearmar el equipo para suplantarlos. Javier Alonso apostó por las vueltas de Leandro Álvarez y Carou en el mediocampo, y la titularidad del juvenil Acuña en la delantera.

A esta altura del torneo, en Villa Crespo se han olvidado de la necesidad y la desesperación. Como la victoria en cada partido no es algo urgente, el equipo puede darse el lujo de no salir a arrollar al rival, y de tomar ciertas precauciones, sabiendo que si no se puede ganar, la igualdad no es para despreciar. De todos modos, Atlanta salió a buscar el triunfo frente a un Comunicaciones herido que vino a buscar el punto. La primera parte fue pareja. El local no logró completar sus circuitos de juego para llegar con gran peligro al arco rival, y debió irse al descanso con un 0-0 chato.

En el segundo tiempo el conjunto visitante fue retrasándose. Atlanta, sin lucirse, fue más y mostró mayor ambición. Pero el empate parecía sellado, la pelota no entraba. Hasta que apareció Mancinelli en una de sus arremetidas, a poco del final del partido, para convertir nuevamente –como en Mataderos- el gol de la victoria, desatando el festejo de los bohemios que empezaron a sentirse cada vez más campeones.

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