martes, 6 de abril de 2010

Il commento Reale: Atalanta 2 - Defensori 0

EL CARTEL DEL CALI Y LA PULGA BOHEMIA

Otra vez, mi fiel escudero, nos hemos tenido que levantar de la mesa con las gambas al ajillo en la garganta y salir a las apuradas para llegar a horario a ver una nueva presentación del equipo de nuestros amores, que últimamente tiene más cámara que Ricardo Fort.
Una hora de la tarde, mucho sol y menos gente que un acto de Quebracho, para recibir a los dragoneantes de Belgrano, en este agradable Sábado de Gloria.
Pero cuando nos interiorizamos de la alineación de nuestra escuadra, nos dan unas irreprimibles ganas de huir despavoridos remontando las aguas del Maldonado.
Es que el entrenador Alonso, tuvo rascar el fondo de la olla para poder conseguir 18 voluntades que vistan la azul y gualda, frente al experiente equipo de la Avenida del Libertador.
Es que ya el sanatorio bohemio no tiene camas disponibles de tantos soldados convalecientes, producto de las sucesivas batallas y de los pocos refrescos ante un calendario tan exigente.
Así el glorioso club de Villa Crespo presentó a los siguientes once ágiles para iniciar la contienda: Don Rodrigo Llinás indoblegable bajo los tres palos. Tres defensores con Nico Cherro, el salteño Arancibia y el Cali Izquierdoz. Los volantes fueron Juan Galeano, el rutilante Rutili, el olvidado Leandro Álvarez y como improvisado carrilero por izquierda Juan Pablo Segovia. Como enganche el Pepito Castro y de atacadores la Pulga Acuña y el Pollo Soriano.
Comenzaron los fragores del partido y de movida quedó claro las intenciones de ambos: los atlantes a por la victoria y los belgranianos en una actitud timorata, rayana con la cobardía.
De forma tal que el primer tiempo se jugó casi exclusivamente en territorio visitante, debido a que Rutili marcó territorio en el círculo central, Álvarez mostraba sus condiciones de lanzador colocando buenos balones entre las apretadas líneas enemigas y la Pulga Acuña se hacía un picnic entre los patovicas defensores de Defensores. Por su parte Galeano y el Pepito hacían lo suyo correctamente y Soriano es como el sol: aunque no lo veamos, siempre está.
La defensa aprovechaba el fin de semana largo para descansar dado que los dragoneantes habían llegado a la calle Humboldt solo pensando en mantener el arco de Sanzotti inmaculado, como la concepción de la Virgen.
Pero no había transcurrido mucho tiempo cuando a la salida de una tiro libre, el Cali Izquierdoz se elevó como impulsado por un resorte y cabeceó como indica la Real Academia: fuerte y hacia abajo, dejando desairado al portero de los huéspedes.
Atlanta continuó ejerciendo el dominio del útil y el territorio, ante el estatismo de los players rivales, y sumaba mérito para aumentar la cifra del score.
A eso de la media hora una fina combinación entre Galeano y Acuña que derivó en una corrida de la Pulga a lo Messi de derecha a izquierda ante la atenta mirada de los torpes zagueros rojinegros y de zurda se la puso por arriba al longilíneo Sanzotti. Otra vez David vence a Goliat. Golazo, 2 a 0 y aún con mucho tiempo por delante, el partido quedó liquidado.
Porque Defensores no se decidió a vender cara la derrota y no cambió su postura ni en lo que restó del primer tiempo, ni en los comienzos del complemento.
Entonces Atlanta, al no verse apurado se dedicó a hacer la plancha esperando que lleguen las tres de la tarde para irse a la casa tomar la leche con pan y manteca.
Su contrincante, mientras tanto, se dedicaba sólo a expresar su impotencia con patadones sobre los mozalbetes bohemieros, encabezados por el mala leche de Aparicio.
Se tuvo que ir Castro lesionado y entró Palisi, se acalambró Álvarez y entonces ingresó Gallo y la Pulga Acuña fue desapareciendo por el castigo recibido.
Sobre el final los de Belgrano hicieron de cuenta que atacaban, pero salvo una macana grande como una casa de Llinás, que salvó milagrosamente Arancibia sobre la línea no inquietaron nunca a la sólida defensa villacrespense, que tuvo a Nico Cherro como emblema.
Así el Dios Cronos consumió los 90’ minutos y Atlanta consiguió una victoria mucho más fácil de lo que el más optimista podía prever.
Tres puntitos que sirven para alimentar una esperanza, que va y viene como las bravías olas del océano.

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