lunes, 26 de abril de 2010

La verdà de la Moilanesky: Atlanta 0 - Flanders 0

ATLANTA 0 FLANDRIA 0

Cualquier esperanza de clasificar al Reducido se desvaneció en la grisácea tarde de Villa Crespo. Los nubarrones y el frío fueron los perfectos condimentos para el final del partido que disputaron Atlanta y Flandria. Los hinchas se fueron con la cabeza baja porque sabían que, si bien todavía siguen existiendo chances matemáticas, el empate dejaba al equipo prácticamente afuera del Reducido. La frustración de no haber podido vencer a Flandria contribuyó a una frustración mayor: la de no poder clasificar entre los primeros.

Lo que sucedió esta tarde es sintéticamente una buena demostración y explicación de porqué el Bohemio no podrá pelear por un lugar en la Promoción. A lo largo del torneo se perdieron muchos puntos por los empates en cero frente a rivales muy débiles en Villa Crespo. Ocurrió ante Central Córdoba, Español y Comunicaciones. Esta vez fue Flandria, un equipo que venía mal, ocupa las últimas posiciones y que obviamente no vino a ganar el partido. Pero nuevamente el conjunto de Alonso falló: no le encontró la vuelta, no pudo ganarlo, y terminó decepcionando.

El panorama en la previa no era del todo alentador: Atlanta sufría el mal de las ausencias. Abajo faltaban Cherro (lesionado), Arancibia y Segovia (suspendidos). Alonso armó una línea de cuatro improvisada con lo que tenía a mano: Lolli, Moyano, Izquierdoz y De Paulo. El Mágico y Soriano, que no estaban al 100%, esperaron en el banco. De este modo el técnico armó un 4-4-2, con Guzmán y Quiroga como carrileros, el doble cinco Álvarez-Rutili, y Acuña más Acosta Cabrera arriba.

La realidad es que Atlanta no jugó bien, más allá de que fue un poco más y pudo haberlo ganado con alguna de las pocas situaciones de gol generadas. El más incisivo, el que más complicó a los rivales, y el que más juego generó fue Guzmán, en el sector derecho. El que tuvo las chances más claras fue Acuña, una en cada tiempo, pero no tuvo precisión para definir.

Faltó juego y faltó agresividad para ir a buscar el partido, teniendo en cuenta la necesidad de triunfo que se tenía. Además, más allá de la tibieza ofensiva, las fallas locales estuvieron en el mediocampo, que no tuvo suficiente recuperación de pelota, y en la defensa, en donde la inexperiencia se hizo sentir. Por suerte, como Flandria hizo muy poco, los errores defensivos no se hicieron tan evidentes.

Los cambios realizados en el segundo tiempo no ayudaron para nada e incluso complicaron la situación. El Mágico y Soriano no lograron desequilibrar. De hecho al conductor se lo vio en un muy bajo nivel futbolístico. Pero lo que pareció perjudicial para los intereses del equipo fue el cambio táctico que se hizo al pasar de un 4-4-2 a un 3-4-1-2, ya que Guzmán y Acuña terminaron jugando de carrileros con obligaciones de marca, y ya no pudieron participar del ataque con el mismo protagonismo que en la primera etapa.

El final, anunciado, fue un 0-0 con gusto a nada. Un justo castigo para un Atlanta que no hizo los suficientes méritos para llevarse los tres puntos que tanto necesitaba si quería clasificar.

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