Segundo triufo consecutivo de Atlanta, que se dio el gusto de festejar como visitante en Ingeniero Maschwitz: efectivamente una buena cantidad de hinchas sufrió y disfrutó la victoria como si estuviera en Villa Crespo. De este modo mantiene intactas las ilusiones de entrar al Reducido, aunque las posibilidades siguen siendo bajas.
Alonso, como en las últimas fechas, tuvo varios problemas para armar el once titular, debido a lesiones y suspensiones. Debió entonces improvisar una defensa con Palisi como lateral derecho (ya había jugado en esa posición durante el segundo tiempo frente a Chicago) y el regresado De Paulo como lateral izquierdo, con Arancibia y Segovia de centrales. En el medio, dos volantes centrales –Rutili y Álvarez- acompañados de dos carrileros con características ofensivas: Guzmán y Acuña. El Mágico de mediapunta y Acosta Cabrera como único delantero, en reemplazo del lesionado Soriano. Así se paró Atlanta para visitar a un Armenio humilde, sin mucho que ofrecer.
El partido resultó bastante malo, en todo sentido. No se jugó bien ni tuvo grandes emociones salvo eventos aislados. Pero sobretodo el pobre nivel de juego observado fue lo que terminó dando una imagen negativa. Atlanta se llevó los tres puntos sin hacer demasiado: no lució, no fue claro dominador, y hasta pudo haberse ido con un empate. Pero, pese a todo, cumplió con el objetivo de ganar. Como aspecto positivo, se puede decir que el equipo salió –aunque con cierta timidez y cierta tibieza- a buscar el gol cuando el partido estaba 0-0. Por suerte, sin haber hecho grandes méritos, lo encontró mediante una buena jugada colectiva en la que participaron finalmente Rutili, Acuña y Acosta Cabrera, que volvió al gol. El paraguayo fue importante en la primera parte, pero su rendimiento cayó en la segunda.
Sin embargo, lo de Atlanta fue bastante opaco. Los problemas defensivos observados a lo largo de todo el encuentro son preocupantes. La defensa improvisada no funcionó: hubo fallas en la marca tanto por los laterales como por el centro. La poca colaboración defensiva de los carrileros no ayudó. Armenio, con sus limitaciones, llevó peligro en ciertas ocasiones gracias a los espacios que encontró en la defensa visitante. Lo peor de todo es que Arancibia y Segovia recibieron su quinta amarilla y no podrán jugar el próximo partido. Por lo tanto, parece que Alonso tendrá mayores problemas para parar el equipo esta semana, pese a los triunfos.
En el segundo tiempo, el Bohemio desperdició las oportunidades para liquidarlo de contra, pero Armenio también tuvo las suyas. Sobre el final, Atlanta se fue retrasando y terminó pidiendo la hora, con Llinás salvando en varias ocasiones y con dos líneas de cuatro para asegurar la marca.
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