ATLANTA 2 COLEGIALES 1
Tercera victoria al hilo para un Atlanta que crece en la tabla de posiciones y se ilusiona con poder luchar el campeonato: está tercero, a cinco puntos del nuevo líder Estudiantes, a quien enfrentará justamente la próxima fecha.
Mientras los jugadores esperaban que sus pares de Colegiales volvieran a los vestuarios y así evitar un final bochornoso para un partido caliente, se abrazaron y festejaron un triunfo nada sencillo, sumándose a la alegría del público que llegó en buen número al León de Villa Crespo. Se había superado con éxito el escollo: existía la obligación de ganar y se cumplió el objetivo, más allá de las críticas futbolísticas que podrían hacerse al respecto.
Mientras tanto, a fuerza de buenos resultados, Alonso sigue manteniendo el 4-3-1-2 con un Carou que no termina de convencer. Mancinelli y Guzmán, obligados a salir por lesión, dejaron sus lugares a Lolli y Ferragut. Nada de cambios tácticos, sólo de nombres. Atlanta se llevó una sorpresa en el comienzo del encuentro. De nuevo cometió un penal tonto por una mano en el área, y Martínez puso arriba a Colegiales, tras capturar el rebote que había dado Llinás. Como ante Flandria, había que dar vuelta el partido.
Con la gran obligación de ir a buscar el gol, Atlanta jugó sus mejores minutos. Empujado por su público, con más ímpetu que lujos, el Bohemio agredió con sus armas disponibles. Las situaciones favorables llegaron de forma generosa, e increíblemente fue Nico Cherro el goleador de la tarde. Justo él que había cometido el penal, y que no venía cumpliendo una buena actuación, apareció de cabeza en el primer tiempo y con el pie en el segundo, para darlo vuelta y convertirse en el héroe del triunfo.
Con el 2-1 a favor, se podría haber esperado una mejor producción de juego, pero no fue así. Atlanta no jugó mejor, y de hecho no generó situaciones como para liquidarlo. Se estancó, perdió el orden, falló en la marca, y dejó venir a un Colegiales que quedó vivo hasta el final. Otra vez, con poco le alcanzó al Bohemio para llevarse los tres puntos. Como en Lomas de Zamora, las pelotas paradas fueron la clave a la hora de convertir. El equipo se sostuvo en las pinceladas de Galeano, la actitud de Pogonza, el pie de Ferragut, los goles de Cherro, y la siempre presente potencia de Andrés Soriano. Falta mucho para encontrar la mejor versión colectiva, pero mejor hacerlo con victorias que con derrotas.
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