THE HARLEM GLOBBETROTTERS
Aquí estamos, mi fiel escudero, en la dulce Mendoza del buen sol y del buen vino, a los pies de la cordillera que otrora viera pasar a las victoriosas tropas libertadoras, y protegidos por la sombra soberana del vuelo del majestuoso cóndor.
Sin embargo, rumores de viajeros y noticias de comedidos mensajeros me han traído la buena nueva del gran triunfo bohemio, conseguido ante los tristones de Granados, con baile, milonga, fútbol y toque.
Cuentan estas voces amigas, que nuestros muchachos desplegaron un juego artístico y de gran belleza y que en los primeros 45', nada tuvieron que envidiarle al Real Madrid dePuskas y Distéfano, al Brasil de Pelé y Couthino, a la Holanda de Neekens y Craift.
Es que los dirigidos por el Javi Alonso, con su aceitado mecanismo, supieron reemplazar sin nostalgias las graves bajas sufridas en el último partido del ya lejano 2010. La escuadra de nuestros amores, aún diezmada, demostró un funcionamiento que confirma su calidad de ser el mejor de todos -hasta el momento- y el gran candidato a llevarse la ansiada corona de laureles, en el otoño venidero.
El alineador villacrespense hizo saltar ala verde gramilla ezeizana a esos once gladiadores:
El gran Don Rodrigo Llinás de cancerbero; Lucas Mancinelli, Matu Valdés, Juampi Segovia y el zurdo Ferragut de improvisado marcador de punta zurdo. El chaqueño Guzmán, Mascheranito Palisi y el poeta Galeano juntos al patagónico Carou un tanto más adelantado. En la vanguardia los mellizos Andrés y Abel Soriano.
Los primeros minutos fueron puro changüi, para que los dueños de casa tomaran un poco de confianza, pero después Atanta fue una trituradora que se dedicó a la impiadosa fabricación de la leche en polvo.
Encabezados por un Guzmán enloquecido, que torturaba con sus corridas a los poco agraciados zagueros locales, bien acompañado por Galeano en el toque, Palisi en el quite y Mancinelli con sus subidas a lo Roberto Carlo.
Bien Carou en el papel de conductor y los gemelos luchando y ganando en las dos áreas.
Atrás, los lanuseros Valdés y Segovia eran una empalizada y Ferragut marcaba y se proyectabacon idéntico criterio.
Precisamente una subida del zurdo culminó en la apertura del marcador por parte de Guzmán, enseguida una obra de arte primorosanmente labrada, con taquito incluído, para el segundo de Andrés y un poco más tarde un milimétrico pase de Galeano para el doblete de Guzmán y el asunto tempranamten liquidado.
Pudieron haber un par más de goles, porque los porteños en esta etapa le pegaron un zaino poca veces vistos a los del Flaco Martínez.
El segundo tiempo estuvo de balde, y solo sirvió para que Sparapani calentara motores, para que Carou se sacara el maleficio con el arco y para que ellos metieran un golazode tiro libre, al pedo como cenicero de moto.
Triunfazo y en la punta más alejados que nunca y con una ilusión más firme que esos hielos eternos que desde las alturas andinas me contemplan.
Y no se porque se me dio por tararear, como hace 38 años:
"Hoy un cuadrito te quiere bailar, son Los Bohemios fútbol y toque, los Globbetrotters de este nacional"
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