lunes, 15 de marzo de 2010

La Verdà de la Moilanesky: Bohe 1 - Susso 2


La tristeza no tiene fin. No hay caso: desde aquel prometedor debut en el 2010 frente a Estudiantes, Atlanta no puede festejar en Villa Crespo. Luego de tres empates 0-0 consecutivos como local, cayó 2-1 ante Acassuso y la frustración de los hinchas va en aumento. El gran triunfo la semana pasada en Tristán Suárez, con una muy buena actuación colectiva en el segundo tiempo, había traído una luz de esperanza. El equipo se había reencontrado con el juego y con los goles, y buscaba posicionarse bien en la tabla pensando en entrar en el Reducido. Pero nuevamente el conjunto dirigido por Alonso dio cuenta de su irregularidad: es un equipo incógnita, que puede pasar fácilmente de la miseria al lujo, y viceversa. Esta vez, en Villa Crespo, lo que se vio fue justamente la cara de la miseria.

Y eso que todo empezó de la mejor manera. A poco de haber comenzado el encuentro, Atlanta se puso en ventaja con un Izquierdoz oportunista, que convirtió en gol un rebote del arquero tras un disparo del Mágico. Si lo que siempre le cuesta al Bohemio es abrir el marcador, con el 1-0 era de esperar una victoria cómoda y tranquila. Pero la historia fue otra, muy diferente. Una historia de terror. Atlanta no estaba jugando bien, y Acassuso demostraba ser un equipo fuerte, con oficio y un par de individualidades desequilibrantes. Luego de una serie de corners consecutivos, se puso 1-1. Y había que empezar de nuevo.

Pero el local nunca emitió respuestas positivas para intentar volver a ponerse en ventaja. No pudo retomar el protagonismo, y por el contrario, se vio superado por un rival más audaz que los que vinieron a Villa Crespo últimamente. Para colmo, al minuto de empezado el segundo tiempo, los visitantes se pusieron 2-1 arriba, sorprendiendo a todos y acestando un golpe durísimo al Bohemio, que no pudo reponerse. Atlanta tenía todo un tiempo para revertir la situación pero sufría uno de sus peores partidos en la temporada. La defensa, que había sido uno de los pilares de la victoria en Suárez, no lograba frenar las incursiones y los avances de Acassuso. De hecho, con un Atlanta más jugado, el conjunto de Nardozza se agazapó atrás pero apostó al contragolpe. De esta manera llegó en varias ocasiones, con bastante claridad, y estuvo muy cerca de liquidarlo. Por otra parte, Atlanta no tenía formar de entrarle a un rival cerrado y que defendió su ventaja como su propia vida. Con Quiroga en una mala tarde, con el Mágico apagado, el equipo carecía de ideas futbolísticas y fallaba en la ofensiva. Alonso metió un delantero más (Acosta Cabrera por Mociulsky) e incluso incluyó a Galeano por Lolli, pero no apareció la solución. Más allá de que Atlanta tuvo un par de situaciones claras como para empatarlo.

En síntesis, la derrota fue merecida. El Bohemio jugó muy mal y volvió a decepcionar a su gente en su cancha. ¿El Reducido? Por ahora sigue lejos.

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