domingo, 1 de agosto de 2010

La verdà de la Moilanesky: Atlanta 1 - Tristan 1


Lo ideal hubiera sido comenzar con dos triunfos en los dos primeros partidos, ambos jugados de local. La gran cantidad de gente que vino a Villa Crespo a ver este encuentro llegó con esa ilusión, pero terminó masticando un decepcionante empate. La sensación es clara: se dejó pasar una buena chance de ganar y arrancar con todo el campeonato. Justo ante un rival que puede llegar a pelear arriba, como Tristán Suárez.

Con los regresos de Arancibia y Guzmán, Alonso decidió cambiar el planteo con el que el equipo había vencido a Brown la semana pasada. Hizo una apuesta un poco más ofensiva, y paró un 3-4-1-2, con Lolli como carrilero derecho, con Guzmán arriba tirado a la derecha, y con Andrés Soriano más retrasado, organizando el juego. En un principio, pareció funcionar esta nueva propuesta futbolística. Atlanta tenía más juego, más sorpresa, y era superior a Tristán. Por el sector derecho, cuando se combinaban y desnivelaban Lolli, Andrés y Guzmán, se veía lo mejor del juego bohemio. Pero si bien las intenciones eran aplaudidas por la gente, lo que se hizo no sirvió para abrir el marcador. Por el contrario, la defensa no podía afirmarse, y mostraba ciertos desacoples que el visitante aprovechó para llevar peligro al arco de Llinás, sobretodo con pelotas paradas. En ese primer tiempo, Atlanta fue más, pero no logró acercarse más al gol que su rival.

En el segundo tiempo, pasó de todo. Alonso hizo algunos cambios tácticos que sorprendieron: Guzmán pasó a ocupar la banda izquierda y Ferragut fue de enganche. Parecía desperdiciado Guzmán en esa posición. A los pocos minutos de comenzada la segunda etapa, Tristán Suárez aprovechó un rebote y Peralta marcó el gol tempranero que descolocó al conjunto local, que ahora debía remontar esta desventaja. Leandro Álvarez ingresó por el lesionado Rutili (puesto por puesto) y pronto Atlanta llegó al empate con un zurdazo de Andrés Soriano. Era el mejor momento del Bohemio en el partido. Envalentonado, quería llevarse por delante al rival y ganarlo. Andrés tuvo el segundo, pero se lo anularon por posición adelantada. Como para aumentar las posibilidades de Atlanta, una falta de último recurso y un tumulto dejaron como saldo tres expulsados: dos defensores de Tristán y Abel Soriano.

El técnico decidió que era momento de tomar menos precauciones e incluyó a Bielkiewicz y Ferreiro en lugar de Lolli y Ferragut. El equipo pasó a jugar con un 3-4-3 y tenía todo a su favor para ganarlo. Todavía faltaba un buen tiempo, y no había que desesperarse. Tristán lógicamente resignó toda posibilidad ofensiva, se cerró atrás y trató de hacer correr el tiempo, enfriar el partido: todo artilugio era válido a la hora de impedir jugar al fútbol. Atlanta tenía la pelota en su poder, y espacio hasta llegar a ¾ de campo. Pero la gran falla estuvo en que nunca supo cómo penetrar la defensa visitante. El conjunto bohemio careció de ideas, no tuvo fútbol, y fue pura impotencia frente a la muralla que plantó el equipo de Bravi. Por eso terminó yéndose con un mísero empate que no conformó a nadie cuando el mandato era ganar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

malisimo el comentario don bigotes