¡VACUNAMOS A LOS CAMPEONES DEL MUNDO!
¡Con que ilusión, mi fiel escudero, me llegué en la gélida tarde de este sábado a los arrabales villacrespenses para ver enfrentar al club de nuestros amores con los hidalgos ganadores de la Copa del Mundo! ¡Ver sobre nuestra ajada gramilla en acción a Sergio Ramos, Busquets, Xabi y Villa conducidos por la genial batuta del petiso Iniesta!
¡Pero que decepción Virgen Santísima cuando del túnel emergieron, no los de Del Bosque, sino un bosque de once troncos encabezados por el matungo de Morquio!
Una murga con pito y matraca, que lo único que sabe es pegarle a la pelota de punta lo más alto posible y que llegó al Gran León haciendo tiempo desde el micro.
Nuestro Xabi Alonso, tuvo algunos problemas para formar el elenco que iba a batir lanzas contra estos tristes sucedáneos de los héroes de Sudáfrica debido a roturas varias en la humanidad de sus cracks. Así que la gloriosa escuadra de añil y oro salto al campo de los sueños con el Gran Don Rodrigo Llinás – ídolo ahora centenario enclavado en el corazón mismo del atlanterío- Puso tres defensas delante de él con Nico Cherro, el Roly Arancibia y el Juampi Segovia. En el medio el torito Guzmán por derecha, Maxi Pogonza y Leandro Álvarez en el punto céntrico y el morocho Ferragut por la siniestra. De enganchador insistió con Juan Galeano y los mellizos Sorianos como mascarones de proa.
Como suele ocurrir desde que el mundo es mundo, Atlanta salió a llevarse a su rival por delante y molerlo a goles. Pero después de la segunda jugada, ya hasta el más dormido sabe que Guzmán va intentar desbordar por derecha y echar el centro, que casi siempre es horripilante.
El bohemio dominaba porque a los Campeones del Mundo le importaba un comino pasar la mitad de cancha y dejaban que Don Rodrigo festeje sus cien partidos sin preocuparse demasiado por lo que pasaba dentro de la cancha. Además Pogonza le mordía los talones de cuanto gallego pasaba a su lado y Leandro Álvarez intentaba distribuir el juego para los Sorianos, bien controlados por los grandotes Morquio y Sosa.
Atrás Arancibia, como su co provinciano Güemes, se bancaba solo la embestida española de los de Cisneros con calidad y solvencia, disimulando la floja tarde de sus colegas de línea Cherro y Segovia.
Promediaba la etapa y uno de los mellizos capturó la jabulani y mandó un centro fraternal para que su hermano con la testa superara a Ivan Todoroff (tiene más nombre de marca de vodka de que arquero).
A los iberos el gol le hizo cosquillas y siguieron como sí nada hubiera pasado.
Los dueños de casa continuaba sin jugar bien, pero igual alcanzaba paras supera a setos muertos.
El segundo fue más de lo mismo, hegemonía atlante, los bestias del fondo rojo maltratando la redonda, pero el partido no se clausuraba y siempre la espada de Damócles.
Se lo perdió Galeano cuando el fabricante de vodka salió a buscar cambio y dejó el arco abandonado, se lo perdió luego uno de los Soriano a centímetros de la raya de sentencia y más tarde se lo perdió el ingresado Mancineli en el interior del área chica.
Todo terminaba con un amarrete 1 a 0 pero el Xabi Alonso mete al rusito Bielkiewicz que en la primera que toca se la pone de cabeza al conde ruso: 2 a 0 y los gaitas a llorar al virgen de la Macarena y a Santiago de Compostela.
Tres puntitos sin hacer demasiado ante un rival sin jerarquía, pero que suman. Hay mucho por mejorar pero al menos no se perdió el tren y estamos cerca de la locomotora.
Ahora a prepararse que hay que viajar a Junín y los kiwis en su cancha no son moco de pavo.
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