ATLANTA 2 FLANDRIA 2
Se sabe que la obligación de ganar en Villa Crespo es muy grande, y Atlanta no puede permitirse perder puntos en la condición de local. Sin embargo, no pudo ganarle a Flandria y dominó la insatisfacción.
Javier Alonso presentó una novedad entre los once iniciales. Carou tuvo su debut como titular y por primera vez el equipo salió a la cancha con un enganche bien definido. La presencia de un conductor era uno de los reclamos de una buena parte de los hinchas. La línea de tres no se movió, y con Pogonza suspendido, Rutili y Palisi lesionados, le tocó a Mociulsky cumplir el rol de “cinco de marca”, acompañado por Álvarez, con menores obligaciones defensivas. Pronto se vio que esta versión de Atlanta no era la mejor.
Llinás sorprendió a todos cuando –en plena euforia por el 2-1- no pudo descolgar un centro y la terminó metiendo en contra. El empate fue irreversible y el error del arquero fue clave en el marcador. De todos modos, luego Llinás se hizo enorme con dos tapadas increíbles, evitando la derrota. Al final, terminó salvando las papas. Y si Llinás tuvo trabajo fue justamente porque en el aspecto defensivo Atlanta dejó varias dudas. Arancibia volvió a ser lo más firme de una defensa que tuvo problemas para frenar al trío ofensivo visitante, que con frescura y buen manejo complicó en varias ocasiones. Claro que si bien Flandria mostró algunas buenas combinaciones de juego, no tuvo ambición ni definición, por lo que no pudo llevarse los tres puntos. En el primer tiempo, Atlanta sufrió las escapadas visitantes, y Alonso debió colocar a Mociulsky como lateral derecho para engrosar la defensa. En la segunda etapa, cuando había que ir a buscar la victoria, asumió riesgos, y de contra pudo haber llegado la derrota.
En el mediocampo se sintió la ausencia de Pogonza. Mociulsky y Álvarez se vieron superados en la marca. Al equipo le faltó mucho fútbol. Abusó de los pelotazos, y no le facilitó la tarea a Carou, que deambuló sin rumbo por el campo. Encima, cuando tuvo la pelota, demostró que por ahora muy lejos está de lo que podía dar el Mágico González. La pregunta es si vale la pena jugar con enganche si sus compañeros no lo aceptan como conductor, o si Carou no está realmente en un buen nivel. Como siempre, Atlanta volvió a depender ofensivamente de la agilidad de Guzmán por la banda derecha y de la contundencia de los hermanos Soriano, que en esta ocasión se anotaron con un gol cada uno. Llevan seis tantos entre los dos, en los seis partidos jugados. Lamentablemente, esta vez sus goles no alcanzaron para conseguir la victoria.
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