viernes, 13 de diciembre de 2013

¿Refuerzos de verano?

Terminada la primera rueda y con la pretemporada como próximo desafío, el tema obligado es el de los refuerzos de verano. Como máximo, cada plantel puede traer dos incorporaciones en este receso. En general, en los últimos años, no fueron provechosos los refuerzos de verano en el Bohemio (ver esta nota de La Taberna del Siome). Lo complicado del asunto radica en que usualmente el club no tiene dinero para traer grandes figuras, pero se terminan trayendo jugadores de bajo nivel que juegan poco y nada. No se justifica traer a alguien para que ocupe un lugar en el banco. Muchos promueven la idea de que es preferible mantener el plantel e intentar asegurar el pago a tiempo de los sueldos. 
Habrá que ver qué opinarán Cassano y Magarelli. Atlanta no tiene un gran plantel, no le sobra nada, pero el equipo apareció, más ordenado, más sólido, con goles y triunfos, y terminó el año como puntero, algo que ocurre por tercera vez consecutiva en esta categoría. Sin embargo, todavía pesa el mal recuerdo de lo que pasó el campeonato pasado, cuando el conjunto de Rondina se cayó a pocas fechas del final y perdió un ascenso que parecía cercano. 
A la hora de revisar en qué puestos necesitaría Atlanta reforzarse, si así lo quisiese, no hay un lugar cantado. Muchos jugadores mejoraron sus rendimientos en la segunda mitad de la primera rueda, como Maraschi, Lazzarini, Galeano, Nanía. Mi opinión es que el puesto a reforzar es uno: el de lateral izquierdo. Hasta ahora, tanto Méndez como la dupla actual improvisaron con Peláez en ese sector, pese a que es naturalmente marcador central y no se siente cómodo jugando allí. El ex-Español aporta altura en el juego aéreo, pero le cuesta cuando tiene que marcar los desbordes, y el equipo pierde salida y proyección por la banda izquierda. Pinto es un lateral tradicional, que se proyecta, pero ha dejado dudas en la marca. Bozzoni, mediocampista, también fue probado en ese puesto, sin éxito.
La experiencia indica que en estos recesos se suelen traer más volantes ofensivos y delanteros que defensores. Hoy Atlanta parece tener cubierto el sector de ataque, y hay que considerar también que quienes se mueven en ese sector de la cancha suelen cobrar sueldos muy altos si tienen un nombre. Se verá qué ocurre finalmente. Con refuerzos o no, confiaremos en este equipo y en sus posibilidades.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Las claves del puntero

Atlanta cerró el año de la mejor manera. Por tercera vez en cuatro años, finaliza el año calendario como líder. Después de 16 años, volvió a jugar en Villa Crespo de noche, y la gente vivió una fiesta completa con el triunfo por 1-0 frente a Barracas Central. El Bohemio jugó un muy buen primer tiempo, en donde generó varias situaciones de gol, pero encontró la victoria en un chato segundo tiempo, cuando Nanía anotó el único tanto a través de un penal polémico. La victoria, al fin y al cabo, fue justa, y le permitió mantener la exclusividad de la punta, algo impensado si se tiene en cuenta el desteñido comienzo del equipo en este torneo. Aquí repasaremos las claves de la levantada de Atlanta, que lo llevó de los puestos de abajo a lo más alto de la tabla.

EL RENDIMIENTO EN VILLA CRESPO. Los primeros partidos Atlanta sufrió mucho jugando como local. No podía convertir, no podía ganar, se sucedían las derrotas (entre ellas el clásico con Chacarita) y pobres empates en cero. Los rivales se cerraban atrás y el equipo no tenía ideas, no podía responder. Ahora el Bohemio lleva cinco triunfos consecutivos como local: venció a Estudiantes, Morón, Flandria, Acassuso y Barracas.
EL ESQUEMA TÁCTICO. En su ciclo como entrenador, el Gallego Méndez probó distintas variantes en el equipo. Empezó con un 4-2-3-1 inspirado en el fútbol alemán, pasó por el 4-4-2 y finalmente se quedó con el 4-3-3 con el que consiguió los mejores resultados. Cassano mantuvo la misma idea táctica y el equipo parece haber encontrado un orden en la cancha. Los jugadores saben qué función deben cumplir y a qué deben jugar.
EL CIRCUITO OFENSIVO. Al principio, uno de los más grandes problemas del equipo era la falta de gol. Dependía casi exclusivamente de las maniobras individuales de Godoy, que no encontraba compañía. Atlanta no tenía ideas, no generaba juego, no tenía oportunidades. Con el crecimiento de Maraschi como figura del ataque, la consolidación de Lazzarini, y los aportes de Galeano y Acuña, el Bohemio fue encontrando una idea de juego colectivo, tocando por abajo, desbordando por los costados.
UNA DEFENSA MÁS SEGURA. La idea original de Méndez de jugar con Díaz Villán y Alemandi como centrales y dos laterales tradicionales no terminó dando buenos resultados. El ingreso de Francés en la zaga central en lugar de Alemandi fue muy importante para que la defensa se asentara, gracias a su presencia y voz de mando. Todavía es una cuenta pendiente el lateral izquierdo, donde les ha costado afirmarse tanto a Peláez como a Pinto.
SARDELLA, EL ABANDERADO. Desde el primer encuentro se vio que Sardella era un jugador diferente, pese a que mucha gente prefería ver en la cancha a Palisi, jugador del club y figura en el campeonato anterior. Pero Sardella, en silencio, se fue ganando el respeto con sus rendimiento, siempre parejo. Aporta recuperación y equilibrio al mediocampo y ha sido quizá el mejor en lo que va del torneo.
LAS MANOS DE VEGA. Más allá de algunos errores -en especial el que abrió el marcador en la derrota en el clásico- Matías Vega se afirmó en el arco con tapadas importantes, salvando al equipo en varias oportunidades. Recibió pocos goles y se llevó un record de valla invicta en el club. Que mantenga este nivel es necesario para que Atlanta tenga chances en la obtención del ascenso.

martes, 3 de diciembre de 2013

¿Godoy or not Godoy?

La discusión de hoy hubiera sido impensada unos meses atrás, pero actualmente es pertinente. Marcos Godoy llegó como refuerzo en esta temporada 2013/14 y en los primeros partidos se convirtió en la figura más destacada del equipo. Autor de los primeros 4 goles bohemios en este campeonato, su protagonismo futbolístico era muy significativo. Todo en el ataque pasaba por él. Era un mal momento colectivo de Atlanta, no se conseguían buenos resultados, y parecía que la única forma de lastimar al rival era mediante alguna genialidad de Godoy, que se las arreglaba solito para complicar a los defensores contrincantes y fabricarse situaciones de peligro. El típico "Tira el centro y lo cabecea él". Poco y mal acompañado, el equipo dependía de esta individualidad, que sorprendió mostrando un gran nivel en aquellos primeros encuentros.
Hoy la situación es muy distinta. Las lesiones lo alejaron de las canchas durante varios partidos, pero Atlanta aun sin su estrella se las ingenió para reemplazarlo e incluso aumentar enormemente la producción ofensiva. Los goles y los triunfos llegaron más seguido, convirtiendo al Bohemio en el puntero del torneo. Es cierto que mucho influyó en esta levantada la aparición de otra figura que estaba apagada en los primeros encuentros: Federico Maraschi. El Bicho, rápido y picante, lleva 4 goles al igual que Godoy y es el más destacado en el ataque bohemio. Pero lo más importante es que hoy Atlanta no depende de una individualidad sino que se ve más volumen de juego colectivo. Lazzarini, antes suplente, es el gran socio de Maraschi y ha llegado al gol también. No es un nueve tradicional: juega más retrasado, se abre por los costados. El tridente ofensivo lo completa el Chichi Acuña, de rendimiento irregular, pero que en cuentagotas ha sabido entenderse bien con Maraschi y Lazzarini, ofreciendo interesantes habilitaciones.
Ante este panorama, con la vuelta de Godoy tras su lesión, se genera un lindo problema para la dupla técnica. Parece difícil modificar el esquema de un equipo que supo, jugando así, ganar, golear y llegar a la punta. Porque lo relevante aquí es que el ingreso de Godoy no es simplemente un cambio de nombres. El equipo juega distinto con él. Por otra parte, también resulta inverosímil pensar en Godoy en el banco de suplentes, siendo un jugador de gran jerarquía que puede aportarle un plus al equipo, sobretodo en los partidos más duros. Lo ideal sería que Cassano y Magarelli le encuentren la vuelta y puedan ubicar a Marcos en este Atlanta sin resignar al juego colectivo, y explotando las cualidades de este gran delantero.

martes, 26 de noviembre de 2013

Mancinelli y Pasquini: las dos caras del fútbol

Tantas veces se dice que el fútbol es misterioso e indescifrable que repetirlo nuevamente quizá ya aburre, pero hace falta decirlo igual. Es que siempre aparecen nuevas evidencias. Hoy mostraremos los extraños casos de Lucas Mancinelli y Nicolás Pasquini, tan similares y tan distintos. Ambos  son marcadores de punta o carrileros (uno por derecha, el otro por izquierda), ambos fueron juveniles formados en Lanús que formaron parte del convenio de intercambio con Atlanta, y ambos volvieron al club granate luego de pasar por Villa Crespo con el objetivo de asentarse en Primera A. Claro que los caminos recorridos y los presentes de uno y otro son totalmente distintos.
Mancinelli llegó a Atlanta en 2010 y rápidamente se convirtió en jugador determinante. Con su gran corazón, su enorme sacrificio físico, su despliegue, su picardía, Lucas fue un hombre clave en aquel el equipo campeón. Pronto ya era ídolo y su nombre de coreaba en Villa Crespo. Autor de goles importantes, era increíble que un lateral pudiera ser tan desequilibrante y determinante en el ataque de un equipo. En la B Nacional, Lucas era la única esperanza en un equipo apático, sin jerarquía, hasta que su lesión llenó de tristeza las almas bohemias. Su regreso fue de película, con gol incluido, en la B Metro, aunque no pudo coronar un nuevo ascenso.
Cualquiera hubiera dicho que a Mancinelli le esperaba un gran futuro en Primera y hasta en Europa. Sin embargo, en Lanús todavía no ha aprovechado las pocas oportunidades. Juega poco y nada, y no parece adaptarse al juego de Primera División. Ojalá pronto pueda demostrar en la máxima categoría todo lo que se cansó de hacer en Atlanta. Una explicación posible es que en Primera ya no puede marcar la diferencia que marcaba antes, en el uno contra uno, en las corajeadas, en el pasional juego de matar o morir. Mancinelli no es un jugador adicto a las rigideces tácticas, a cumplir como un obrero, como un soldado, un determinado conjunto de tareas monótonas dentro de un esquema colectivo. Lucas es libre, indómito, se mata por el equipo, por los hinchas, deja todo en cada jugada sin pensar en la jugada siguiente.
En el fútbol a veces no triunfan los héroes talentosos, sino los otros. Los obreros aplicados y obedientes, los hombres-máquina. No hace falta técnica, no se necesita talento. Con un gran despliegue físico, con inteligencia, concentrado los 95 minutos, un jugador puede ser muy útil para un equipo. Estas cualidades se han visto en Nicolás Pasquini en estos últimos partidos en Lanús en los que ha sorprendido a todos. Su historia es opuesta a la de Mancinelli. Llegó también a Atlanta en el 2010 pero en su primera temporada jugó muy poco. Los bohemios vimos a un jugador muy limitado técnicamente, con deficiencias en la marca y poco para ofrecer con la pelota. Ya fue una sorpresa que ese jugador que tan poco lugar había tenido en la B Metro tuviera más minutos en la B Nacional. Ya allí empezó a verse algo del Pasquini aplicado y trabajador que hoy elige Barros Schelotto para alternar en un Lanús que pelea Copa y campeonato. El rubio volante juega, mete, cumple y hasta hace goles. Quizá le esperan muchos partidos en Primera. Y porqué no ilusionarnos con una venta que deje a Atlanta algunos pesos...

sábado, 23 de noviembre de 2013

El cuento de la buena Pipa

Villa Crespo volvió a desbordar de fútbol y alegría con una nueva goleada del puntero Atlanta, que desde la asunción -por ahora interina- del Pipa Cassano ganó sus dos partidos con una amplia diferencia de tres goles. Esta vez fue 4-1 a Acassuso. El Bohemio encontró la buena senda, aunque los últimos dos rivales hayan sido de los más sencillos. Por eso, los choques próximos como visitante frente a Platense y Los Andes serán una buena medida de lo que puede dar este Atlanta protagonista y con aspiraciones. 
Como ante Flandria, Atlanta supo cubrir la ausencia de una referencia ofensiva del equipo como Marcos Godoy, lesionado. De hecho, del medio para adelante, el Bohemio fue implacable. Generó muchas llegadas de peligro y convirtió cuatro veces. Maraschi y Lazzarini fueron las figuras de la cancha. Fede, atrevido y rápido, desequilibró y desbordó constantemente. Se la dejó servida a Acuña en el segundo gol. Emanuel, jugando mucho de espaldas, fue clave: forzó el gol en contra que abrió el marcador y habilitó muy bien a Guzmán en el tercero. Curiosamente, ninguno de los dos pudo convertir. El cuarto tanto fue una joyita de Nanía, que definió con calidad. 
Claro que mientras que el Bohemio en ataque fue una máquina -y de esta manera consiguió ponerse rápido 2-0 en el primer tiempo, para liquidarlo posteriormente en la segunda etapa- otra fue la cara que mostró en defensa. Vega no pudo alcanzar el récord del club de valla invicta como local porque Atlanta sufrió mucho atrás. Desatenciones, descoordinaciones en la marca. Una mala tarde de Francés, que otras veces fue lo más firme y hoy anduvo desorientado. Acassuso logró recuperarse de los dos goles tempraneros y descontó en el primer tiempo, y luego tuvo algunas oportunidades que asustaron en Villa Crespo. Por suerte, no hubo que lamentar nada y el líder supo cómo resolver un partido que había comenzado demasiado sencillo, por momentos se complicó y finalmente fue una fiesta. Habrá que seguir cultivando goles para que crezca la ilusión en este campeonato. Y el equipo deberá demostrar también su fortaleza en las paradas bravas que se vienen.

martes, 5 de noviembre de 2013

Auge y decadencia de Villa Crespo

A modo de continuación de la nota anterior (Poderoso Caballero...), vale preguntarse qué puede hacer Atlanta para conseguir los recursos que no tiene. Tras la mala experiencia del brodismo en los '90 y principios de la primera década de este siglo, son amplios los rechazos que existen entre los socios hacia los mecenazgos, que, al igual que en Atlanta, en otros clubes han mostrado éxitos parciales seguidos de profundas crisis. Es que la dependencia total de una persona no sostiene el crecimiento de ningún club sino de forma ilusoria y transitoria. Eso no impide que muchos hinchas envidien, por ejemplo, a un Bugallo o a un Massa, que han llevado a Primera a equipos que hace algunos años competían de igual a igual con el Bohemio. El dinero es tentador, y si al dinero se le suma poder político la ecuación es muy prometedora. En este sentido, de todos modos, no parece haber ninguna mecenas a la vista en Atlanta, y menos que menos se vislumbra un apoyo gubernamental. Ésta es una desventaja clave que afecta a muchos equipos chicos de la Ciudad de Buenos Aires. En el Conurbano y en el Interior, la relación entre los clubes y los gobiernos municipales y provinciales es fructífera para los clubes. Los beneficios incluyen el uso de los estadios estatales, el pago de los operativos policiales, y hasta el flujo de recursos para pagarles a los jugadores.
En definitiva, pertenecer a este barrio del cual estamos orgullosos fue alguna vez un privilegio, pero hoy no se vislumbran claramente los beneficios (materiales, porque los sentimentales sobran). Quizá no hemos sido lo suficientemente inteligentes para aprovechar el hecho de estar en una posición de tan fácil acceso, justo en el medio de la gran ciudad. Quizá las cosas han cambiado. Alguna vez Villa Crespo fue un barrio de conventillos, de inmigrantes, bien porteño. En ese Villa Crespo fue que Atlanta se hizo grande y echó a su rival, Chacarita, a las afueras de la ciudad. Posteriormente, fue el barrio de la clase media que demandaba saciar su sed actividad social, su inserción en la sociedad. Atlanta acompañó esa necesidad, pero en los '80 entró en crisis. Llegaron los '90 y los grandes cambios, la modernización, los gimnasios privados. La gente ya no asistía en masa a los clubes de barrio. Atlanta igualmente ya no tenía Sede Social.
Hoy Villa Crespo se dirime entre su vieja tradición de la Buenos Aires profunda y la palermización vacía, superficial, cosmética, que nos invade desde el norte y amenaza con quitarnos el alma bohemia. El resurgimiento de Atlanta debe acompañar necesariamente el renacimiento del barrio como lugar de comunión social antes que como destino inmobiliario. Sólo de sus entrañas podrá renacer el vigor espiritual y monetario que le devuelva su grandeza.

Poderoso Caballero es Don Dinero

La renuncia de Méndez pese a estar el equipo puntero desnudó la crisis económica que vive el club. La ecuación no cierra porque se preparó el presupuesto mensual considerando los ingresos de las cuotas por la obra del Microestadio, pero como el proyecto se cayó, los inversores dejaron de poner guita, y Atlanta perdió una importante porción de los ingresos mensuales previstos. Ahora no hay cómo pagarle al plantel, justo cuando renacían las esperanzas de un ascenso. 
Explotó la crisis y, con el clima electoral cada vez más caliente, la CD pasó a ser el centro de los cuestionamientos. Lógicamente, pueden hacerse muchas críticas. Es cuestionable que se haya previsto un presupuesto dando como seguro un ingreso que no lo era. Atlanta se preparó para gastar esta temporada más de lo que puede gastar, y eso que no está ni cerca de tener los planteles más caros de la categoría. Aun así, con el ingenio que implícitamente reconocen los más acérrimos enemigos de Korz, la dirigencia logró armar un plantel y contratar a un técnico (al principio muy criticado, hoy canonizado) que en las últimas fechas había empezado a dar sus frutos. Claro que sin dinero se hace difícil sostener una buena campaña, y sobretodo impedir que los mejores jugadores se vayan a otros equipos en la pretemporada. Es cuestionable también que desde la CD no haya habido un intento de explicar sinceramente la situación del club. Sería un acto muy honroso admitir un error, informar a los socios e intentar buscar entre todos una solución. Porque el garrón del Microestadio nos lo comimos todos, no solamente los dirigentes. Recordar simplemente que fue masivamente apoyada la propuesta en la respectiva asamblea de socios.
Al fin y al cabo a esta dirigencia no le faltan logros financieros y económicos para exhibir en estos años de gestión en los cuales el club se aproximó a una normalización, achicó deudas y se terminó "la mano en la lata". Hay que ser honestos y acabar con las grandes promesas incumplibles. Al club le faltan recursos para dar un salto de calidad. No alcanzan con los sponsors, con el Open y con las cuotas societarias. Lo del Microestadio parecía una buena oportunidad, algo que podía permitir ese salto. Pero por ahora no se dio. Mientras tanto, los hinchas tienen que entender que con un presupuesto así habrá que tener mucho ingenio y mucha suerte para poder ganarles a los que manejan cifras siderales en la categoría. Atlanta es un grande de la B y tiene que pelear por ascender, pero no es fácil cuando no están dadas las condiciones materiales. 
El día que una agrupación proponga explícitamente armar un plantel barato y medio pelo para hacer la plancha pero teniendo al día a jugadores y cuerpo técnico, me hago monje tibetano. Seguiremos con las promesas ambiciosas, con las ilusiones rotas, con los delirios.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Puntero y sin técnico

La derrota en el Bajo Belgrano quedó olvidada con la noticia que se supo minutos después: Sebastián Méndez había renunciado a la dirección técnica, aparentemente de forma indeclinable. Con esta renuncia estalló la crisis que ya se venía incubando en el club. Sin los pagos de las cuotas del microestadio, los dirigentes no tienen cómo pagar los sueldos de jugadores y cuerpo técnico. Pese a la deuda, el equipo había logrado revertir el mal comienzo en el torneo, encontró el juego y los triunfos, y se subió a la cima del campeonato. Pese a perder ante Defensores, Atlanta sigue puntero por el momento, aunque sin exclusividad. 
De la crisis seguramente habrá mucha tela para cortar en la semana que se viene. Hablemos un poco del partido que significó la primera caída del Bohemio como visitante en esta temporada. En general, además, no perdía desde hacía 10 encuentros, en el clásico con Chacarita. Defensores le ganó ajustadamente y lo alcanzó en la punta. Atlanta no tuvo un buen partido, aunque quizá lo más justo pudo haber sido un empate. El primer tiempo fue atractivo, abierto, sin trabas en el medio, y con dos equipos que buscaban atacar y llegar constantemente. Defe empezó mejor, con algunos centros cruzados que complicaron a Vega y su defensa, pero luego el conjunto del Gallego Méndez se asentó en el campo, empezó a tocar y llevar peligro al arco de Anconetani, con el liderazgo de Sardella en el medio, la picardía de Godoy y los toques de Galeano. La segunda etapa fue otra historia: el Bohemio casi no atacó salvo un cabezazo de Godoy sobre el inicio. Pero el delantero, el arma ofensiva más peligrosa del equipo, se lesionó y debió salir, reemplazándolo Acuña. Atlanta perdió mucho sin Godoy en la cancha. Lazzarini, de mal partido, no pudo suplirlo en su función. Un pelotazo largo, Sardella perdió la marca de Tridente y el experimentado delantero, recién ingresado, definió de emboquillada sobre Vega. 0-1 y Atlanta no supo cómo revertir el resultado. No tenía con qué. Luego, la renuncia de Méndez dejó más preocupados a todos en Villa Crespo que la derrota.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Un poco más que cero

El descontento continúa sobrevolando Villa Crespo porque una vez más Atlanta no pudo ganar ni convertir como local. Un nuevo empate en cero que estira la racha negativa sin goles ni victorias, pero que también alarga una racha positiva de un equipo que no pierde desde el clásico con Chacarita en la cuarta fecha y del arquero Vega que no recibe goles desde el encuentro con Deportivo Merlo. Así, sin ganar en casa, parece difícil pelear arriba y eso preocupa a los hinchas. La frustración volvió a hacerse presente, pero esta vez por lo menos el conjunto dirigido por el Gallego Méndez mostró algo más, hizo más méritos como para poder llevarse la primera victoria en el León. Por eso se escucharon más aplausos en la despedida de los jugadores y algunos hinchas se fueron con la esperanza de que el equipo pueda mejorar su perfomance como local. En definitiva, que le encuentre la vuelta. Ciertamente Atlanta no jugó bien frente a Comunicaciones ni lo pasó por arriba, pero generó más chances que en encuentros anteriores, sobretodo en el primer tiempo. Con el mismo planteo que el último partido en Munro, se vio un equipo con un poco más de imaginación, más enchufado, de la mano de un Nanía en sintonía. El goleador Marcos Godoy no tuvo una buena tarde y Atlanta lo sufrió. En el segundo tiempo el equipo bajó su nivel e incluso relegó el dominio de la pelota en un rival que nunca tuvo la intención de buscar los tres puntos. Méndez intentó jugársela e incluyó al delantero Lazzarini en lugar de Palisi, pero Atlanta no fue más ofensivo. De todos modos, si tenía que haber un ganador en el partido debía ser el Bohemio, que buscó con limitaciones y a lo largo de los 90 minutos generó varias oportunidades claras. Faltó precisión en la definición. El triunfo en casa deberá seguir esperando. 

sábado, 21 de septiembre de 2013

Otro equipo

Está claro que de visitante es otra historia. Después de sufrir consecutivas frustraciones en Villa Crespo, el alivio de la victoria llegó en Munro. Atlanta obtuvo 11 de los 13 puntos que tiene en el torneo en condición de visitante, mientras que de local no puede ganar, ni siquiera convertir. Más que la presión de los hinchas, la clave parecería estar en las posturas de Atlanta y el rival de turno en cada condición. En el León, el trámite se pone complicado porque el Bohemio tiene que ir a buscarlo y no encuentra la forma de quebrar la resistencia rival. De visitante, en cambio, se abren los espacios y aparecen las oportunidades. El Gallego Méndez hizo cambis tácticos y de nombres para enfrentar a Colegiales, que está anteúltimo y venía de cambiar a su técnico. Atlanta pasó a jugar con un claro 4-4-2, con Palisi-Sardella de doble cinco, y Nanía y Acuña por los costados. Guzmán, seguramente con problemas físicos, Galeano (suspendido por expulsión) y Mati Castro salieron del equipo. El Bohemio fue mucho más que el Tricolor y lo superó casi desde el vestuario. Es cierto que tuvo suerte. En diez minutos ya ganaba con gol de Maraschi, con ayudita del arquero Mattinella y quizá también de la cancha, embarrada por la lluvia. Después, también en la primera etapa, Maraschi aumentó la cuenta. Cabeceó solito, con complicidad de toda la defensa local. Atlanta jugó mejor. Con un Acuña enchufado en el primer tiempo, un Nanía que aportó el fútbol que no había mostrado en anteriores presentaciones, y una dupla Palisi-Sardella que se comió la cancha. Los cambios en el mediocampo dieron sus frutos: el dominio del medio fue fundamental. También fue importante la tarea de la dupla central defensiva conformada por Francés (voz de mando en el fondo) y el uruguayo Díaz, que sacó todo de cabeza en una cancha chica en donde los centros caían desde todos los sectores del campo. El Bohemio, de contra, pudo haber golpeado de nuevo y liquidado el partido, pero también pudo haber sufrido el descuento en alguna pelota aérea.
Atlanta se defendió bien, jugó con inteligencia, y por momentos tocó bien por abajo. Fue otro equipo. Pero a no engañarse. Colegiales fue un rival que dio demasiadas ventajas y por algo está en la anteúltima posición. Sus hinchas despidieron a los jugadores con insultos. La defensa dejó muy solos a los jugadores de ofensiva bohemios, que aprovecharon. Y en el ataque, la impericia hizo más sencilla la tarea de la defensa de Atlanta, otras veces con dudas en ese sector.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Por la senda incorrecta

Atlanta volvió a sumar una nueva frustración como local. Cuatro partidos en el campeonato en Villa Crespo: apenas dos puntos y ningún gol convertido. El equipo se sostiene por la buena campaña de visitante, pero la acumulación de tristezas en el Gran León está empeorando el ánimo de los hinchas, que hoy despidió a jugadores y cuerpo técnico con silbidos e insultos. El descontento, aunque no los modos y tampoco el reclamo que resta en vez de sumar, es entendible no sólo por la falta de resultados sino por el nivel de juego exhibido en estos últimos encuentros. En el primer enfrentamiento oficial de la historia ante Fénix, el Bohemio mostró los mismos problemas que frente a Tristán Suárez y apenas se llevó un amargo 0-0. Muy poco. No es excusa que haya jugado el último tramo del segundo tiempo con uno menos por la expulsión de Galeano. De hecho, con diez jugadores, Atlanta lo buscó y generó la chance más clara para ganarlo: en tiempo de descuento, armaron la única buena jugada del partido entre Godoy y Acuña pero en el mano a mano con el arquero falló en la definición el juvenil Ledesma. El grito quedó atragantado.
El nivel de juego fue muy pobre, por parte de ambos equipos, pero mayor era la responsabilidad de Atlanta, claro está, de jugar y buscar la victoria. Pese a enfrentar a un rival evidentemente limitado en todas las líneas, no pudo superarlo en la cancha. Fue un equipo sin alma, sin fútbol, sin orden, sin idea de juego. Muchas individualidades se mostraron nuevamente en un bajísimo nivel, como Perujo, Peláez, Maraschi, Galeano y Castro. Guzmán volvió al equipo tras su lesión pero se lo notó falto de fútbol y mal físicamente, por lo que no se pudo aprovechar su velocidad y desborde. Francés, Sardella y Godoy fueron de lo mejorcito. Antes que la falta de triunfos, preocupa lo que le cuesta a este Atlanta convertir pero sobretodo generar oportunidades de peligro. De local, el problema se mayúsculo porque los rivales se cierran atrás, esperan, y el conjunto de Méndez no sabe como entrar. La defensa tampoco da garantías. De hecho este partido se podía haber perdido en la segunda etapa, cuando Atlanta se desordenó totalmente y le ganó la confusión. El DT por ahora no le encuentra la vuelta. No se decide por un esquema, y hay jugadores que parecen jugar en un puesto que no es el suyo. Tampoco hay muchas alternativas esperando en el banco o afuera del banco. Intentó incluir a Ledesma de centrodelantero para liberar a Godoy en el segundo tiempo, pero el juvenil de Inferiores, además de desperdiciar la mejor chance, no pudo rendir.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Centro Simón Wiesenthal: ¿son o se hacen?

El fútbol argentino ya se ha acostumbrado tanto al absurdo que la misma definición de absurdo ha perdido su sentido. El absurdo ya es rutina. ¿Qué tenemos esta vez? El Centro Simón Wiesenthal solicitó a la AFA una sanción a Atlanta por cánticos racistas emitidos en el último clásico, de la misma manera que lo había hecho en 2012, cuando la AFA sancionó a Chacarita con la quita de un punto por cantos antisemitas. Señores, al parecer la pelotudez y la masturbación mental no tienen límites. Está bien que cualquiera opine lo que quiera (vemos tantas gansadas, mentiras, incoherencias, contradicciones, ridiculeces desparramadas por las redes sociales y foros de internet). El Centro Simón Wiesenthal puede opinar las pelotudeces que quiera. El problema es cuando les dan cabida a solicitudes de este tipo y tienen semejante resonancia en los medios masivos de comunicación. Cuando uno tiene esa responsabilidad social de ser una voz reconocida, de tener un respaldo institucional, de representar a alguien, no se puede opinar sin saber, sin informarse, sin realizar un análisis profundo de la situación. 
Lo más probable es que la solicitud haya salido en pos de demostrar una supuesta equitatividad u objetividad a la hora de luchar contra la discriminación, como para terminar con el estereotipo del judío que se victimiza e "inventa historias sobre el Holocausto". Por eso queda la duda de si son o se hacen. Yo creo que se hacen y son. Porque no se pueden equiparar dos situaciones diametralmente opuestas como las que sucedieron en este partido y en aquel fatídico clásico de 2012. Aquella vez, en el feudo de la mafia que controla la intendencia, el club y los barras empleados de la Municipalidad, casi ocurre una masacre. De milagro no hubo muertos. El ataque de barras locales fue feroz, cobarde, y totalmente organizado, con evidente complicidad de la Policía bonaerense y los dirigentes de Chacarita. Los cantos antisemitas fueron apenas un condimento más, una caricia en comparación al genocidio que estos energúmenos pretendían perpetrar. ¿Qué hizo el Centro Wiesenthal en ese momento? Pidió la quita de un punto por cantos antisemitas. La AFA absurdamente accedió. Un sinsentido. Obviamente la sanción generó la bronca de los hinchas de Chacarita, que veían el hecho como injusto, dado que no se había medido con la misma vara en otras ocasiones, en otros partidos con otros protagonistas (River, Independiente, etc). Claro que si hablamos de lo que sus dirigentes habían preparado para los periodistas, dirigentes y jugadores visitantes, hubiera correspondido desafiliación por cinco años. Por suerte, no hubo mártir bohemio para que eso ocurriera. Y tampoco hubo revancha, tampoco hubo venganza. En el clásico de hace algunas semanas, unos pocos (los descerebrados de siempre, obvio, que tanto bien le hacen al club) entonaron una vez la canción fatídica racista. Los demás hinchas, la gran mayoría, no sólo no se sumó (como si lo solía hacer en otros tiempos) sino que los calló. El comportamiento de la hinchada de Atlanta fue ejemplar, y estos giles que no saben nada de fútbol y nunca fueron a la cancha, piden un castigo.
Hoy en día, con todos los problemas que tiene nuestro fútbol, con tanta violencia, con tantas mafias, con tanto vínculo entre la delincuencia y el poder, con tanta muerte, preocuparse por los cantos racistas o antisemitas es masturbación mental. Por supuesto que condenamos la discriminación, el racismo, y canciones como "Andate a vivir a Bolivia" no deberían escucharse nunca más en ninguna cancha. Pero lo más importante son los hechos. Y que a uno lo quieran asesinar por haberse atrevido a ir a la cancha de Chacarita como visitante es muchísimo más grave que cantar una canción, sea contra los judíos o contra los bolivianos.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Un castigo para la vista

Atlanta y Tristán Suárez protagonizaron un partido muy mal jugado, trabado en el mediocampo, sin juego, sin pases precisos, sin jugadas de gol. El encuentro recién se abrió, y allí comenzaron algunas emociones, con las tarjetas rojas que sacó López Aldazábal, sobre el final del segundo tiempo. Hasta ese momento, prácticamente ninguno de los dos equipos había inquietado a los arqueros. El empate estaba más que bien y era quizá demasiado premio para ambos. Se puede decir que el conjunto de Ezeiza haya venido a hacer su negocio a Villa Crespo y a mantener su invicto en el campeonato. Pero para el Bohemio, la igualdad fue como una derrota. Porque todavía no ha logrado ganar como local en este torneo pese a la buena campaña como visitante. De hecho no pudo hacer un solo gol en el León Kolbowsky en estos tres partidos disputados. Y éste fue el primer punto obtenido, después de caer ante Dálmine y Chacarita. 
Sin embargo, Atlanta no acumuló méritos para ganar el partido. No tuvo respuestas futbolísticas para fabricar espacios y quebrar la defensa rival. El esquema con tres volantes centrales encontró importantes fallas en la circulación de la pelota y la generación de juego. Sin carrileros o jugadores que puedan explotar desequilibrar por los costados y abrir la cancha, Atlanta terminó dependiendo de las proyecciones de Perujo, y el juego centralizado de Galeano y Castro. Palisi, Sardella y Peláez debieron llevar la pelota por las bandas, algo a lo que no están acostumbrados.
Sobre el final del partido, las expulsiones primero de Barrionuevo y luego de Vicente le dieron la chance a Atlanta de ganarlo, como ante Merlo. Gracias a la ventaja numérica, el Bohemio pudo dominar totalmente la pelota, adelantarse en el campo y apretar a su rival contra el arco de Ramírez. Así, con más ímpetu que fútbol, generó oportunidades clarísimas de gol, pero no se dio la victoria. Ya era tarde. 
El nivel de juego ha sido preocupante, así como el hecho de que Atlanta únicamente haya podido acercarse el triunfo cuando jugó con uno o dos hombres de más que su rival. El Gallego Méndez deberá trabajar para que el Bohemio recupere el juego por los costados, que le permita tener más alternativas ofensivas. Ante este panorama, la vuelta del lesionado Guzmán se hace desear. 

sábado, 31 de agosto de 2013

Tres puntos de la galera

En el jolgorio del éxito, hay que ser cautos. Atlanta se volvió con un triunfo de su visita a Merlo, un triunfo que necesitaba mucho tras la caída en el clásico, pero no se llevó mucho que eso. Tres puntos. Fue demasiado premio para un equipo que en el primer tiempo fue ampliamente superado por su rival, que mereció irse al descanso dos goles abajo en el marcador, y que recién pudo reponerse con un penal polémico y darlo vuelta cuando tenía un jugador de más en el campo (dos si tenemos en cuenta que Pasquagol jugó los 90 minutos en el Charro). 
Hay que ser honestos. Así como este conjunto de Méndez se fue con menos de lo que merecía frente a Chicago o ante Villa Dálmine, esta vez la victoria fue inmerecida. Y así como algunas veces nos hemos quejado de los arbitrajes, qué estaríamos diciendo ahora de Gonaldi si cobraba al revés todo lo que cobró hoy. Posiblemente Korz volvería a ser el ajedrecista que no tiene presencia en AFA. ¿Y hoy entonces es Don Corleone? Así es el fútbol, como el viento, a veces sopla para un lado y a veces para otro. Desde nuestra posición, no podemos asegurar si fue penal o no. Es dudoso. Lo cierto es que la decisión del árbitro de cobrar el penal y expulsar a Floris fue clave en el partido. Y otras decisiones fueron muy cuestionadas por el público local.
Hasta ese penal, Atlanta había penado en el partido. El cambio táctico de Méndez, del 4-2-3-1 al 4-3-1-2 con tres volantes centrales, no estaba dando resultado. El equipo estaba desorientado, no podía asentarse en la cancha ni tener la pelota. Los tres cincos no hacían pie, Castro no se encontraba como conductor y a los delanteros no les llegaba la pelota. La defensa sufría por las bandas. Después del gol olímpico de Torresi, Merlo estuvo cerca de aumentar. Jugando así, parecía no irse con las manos vacías del Oeste. Sin embargo, con el penal convertido por Godoy en empate, y con un jugador más, todo se hizo más fácil. Merlo perdió el rumbo y a Atlanta le aparecieron los espacios para que Castro, Maraschi y Godoy hicieran de las suyas. El gol del triunfo llegó tras un gran desborde de Godoy, sutil toque de Galeano y definición de Matías Castro. Un muy buen gol. Después fue todo de Atlanta, salvo algún susto. Y terminó ganando un partido que en el primer tiempo se había hecho muy complicado.
No hay que confundirse. El triunfo sirve para seguir en camino, pero el equipo sigue en deuda y hay muchos problemas por resolver. El más urgente es el problema defensivo, sobretodo por los laterales. Luego, el técnico deberá resolver si sigue jugando con el triple cinco, con el cual el equipo tuvo nulo volumen de juego, o vuelve al 4-2-3-1. El tema es que, sin Guzmán, parece difícil encontrar un jugador que pueda jugar como extremo derecho. Por otra parte, el Bohemio consiguió sus dos victorias en calidad de visitante. Todavía hay que encontrar la forma de volver a sonreír en Villa Crespo.

sábado, 24 de agosto de 2013

Triste Villa Crespo

El clásico tan esperado, la gran oportunidad de volver a ganarles después de tanto tiempo, y el fútbol nos dio un duro golpe. Se rompió la racha de empates a los que nos tenía acostumbrados últimamente este clásico, pero el que festejó fue Chacarita. 2-0, en Villa Crespo, una derrota que empezó siendo inmerecida pero terminó siendo justa. Éste era el partido. Ya sin la presión de ganar los primeros tres puntos tras la buena victoria frente a Almagro, era ésta la chance de empezar un romance entre el equipo y la gente. Todo salió al revés. El golpe es duro, una derrota como local en el encuentro más importante del torneo para los hinchas, tanta tristeza no puede ser gratuita. Méndez y el plantel saben que deberán reponerse rápido para que este mal trago quede olvidado. 
¿Por qué se perdió? El partido era parejo hasta la apertura del marcador en el primer tiempo. Incluso Atlanta había mostrado algo más, creando peligro con un Guzmán enchufado y un Godoy intratable. El chaqueño debió salir lesionado y pronto llegó el primer gol visitante, tras una fallida tapada del arquero Vega. Chacarita había hecho muy poco pero estaba arriba. El Bohemio comenzó a sufrir lo mismo que le había pasado ante Villa Dálmine, cuando también de local le tocó empezar en desventaja. Perdió el rumbo, se desordenó y no supo cómo resolverlo. Los tres mediapuntas, Collavini, Nanía y Maraschi, tuvieron un muy mal partido. Sin juego, desorientado, Atlanta dejó agrandarse a Chacarita, que empezó a sentirse más cómodo en la cancha, a jugar y a justificar el triunfo. Para colmo, al comenzar el segundo tiempo, aumentó su ventaja con un zurdazo de Lentini, el segundo también en su cuenta personal. El 0-2 era inalcanzable. Atlanta siguió con los mismos problemas, más allá de que al final estuvo muy cerca de descontar. 
El conjunto de Méndez volvió a caer en su segunda presentación en Villa Crespo, nada menos que en el clásico. Por momentos el equipo muestra buenas intenciones, pero le falta definición y muestra serios problemas defensivos, cuya solución parece complicada porque no hay mucho recambio posible en la defensa. Arriba, se puede pensar en Castro o Lazzarini para darle más profundidad al equipo. 

miércoles, 14 de agosto de 2013

De las expectativas a una decepción

El equipo del Gallego Méndez había dejado una buena imagen en su debut, en el empate como visitante frente a Chicago. Había intentado jugar por abajo, una búsqueda ofensiva con recursos interesantes, y había hecho méritos como para llevarse un triunfo. Las expectativas por eso eran altas para esta segunda fecha, en la primera presentación en Villa Crespo de la temporada. ¿La gente podía empezar a ilusionarse con el equipo luego de la frustración del último campeonato? No hubo lugar para las ilusiones. Por el contrario, el limitado Villa Dálmine le dio un duro golpe. Atlanta empezó con el pie izquierdo ante su gente, cuando en dos fechas se viene nada menos que el clásico con Chacarita, en donde especialmente los hinchas se olvidarán de intenciones o de análisis demasiado profundos y lo único que importará es el resultado.
No mereció perder el Bohemio. El partido fue parejo, chato, y Dálmine hizo muy poco como para llevarse los tres puntos que se llevó. Aprovechó un error defensivo en el segundo tiempo y con eso le alcanzó para ganar, 1-0. Pero Atlanta no se quedó atrás si de limitaciones se trata. En ningún momento pudo dominar el juego. Los encargados de la creación de fútbol estuvieron desaparecidos, imprecisos. Marcos Godoy estuvo solo arriba, sin puntería para la definición. El ingreso de Lazzarini fue positivo pero no alcanzó. El delantero tuvo una que dio en el palo en tiempo de descuento. El local generó algunas chances como para empatarlo, pero la producción fue pobre. Los hinchas se fueron desconcertados, muchos preocupados por el nivel mostrado por varias individualidades, como Nanía, Pinto y Galeano. Claro que las caras empezarán a cambiar cuando venga el primer triunfo, que ojalá sea pronto.

domingo, 4 de agosto de 2013

Buenas intenciones

La primera presentación de este Atlanta versión 2013/14 dejó un saldo positivo. Pese a que no pudo obtener el triunfo, lo que hubiera significado un arranque ideal, dejó una buena impresión y mereció llevarse los tres puntos de su visita a Mataderos. Con lo que mostró el equipo, los hinchas terminaron conformes y con ilusiones de cara a la temporada que se viene. El conjunto del Gallego Méndez intentó jugar con la pelota en el piso, tocar, elaborar juego asociado. Fue más que Chicago, tuvo las mejores oportunidades, pero primero no pudo sostener la ventaja, y luego no logró definirlo. La más clara la tuvo sobre el final el Chichi Acuña, que remató en el palo. Entre los puntos más altos estuvieron el goleador Marcos Godoy, que se movió muy bien en el frente de ataque y aguantó la pelota, el prolijo volante de contención Sardella, que se destacó con su quite y distribución, el participativo Maraschi por el sector izquierdo, y Matías Vega en el arco. La dupla central Díaz-Alemandi estuvo firme y demostró que no tendrá vergüenza en revolearla. Por los laterales se observaron algunos problemas defensivos.
En general el equipo dejó una buena imagen. Habrá que ver cómo le irá en otras canchas, ante otros rivales y en otras condiciones de juego. Chicago fue un oponente muy pobre, con muchas limitaciones, que sin embargo intentó proponer y le dejó espacios a Atlanta. Por otro lado, el césped estaba muy malo y conspiraba con las posibilidades de jugar por abajo. No alcanza con un partido para realizar un análisis completo. Esto recién empieza.

martes, 30 de julio de 2013

El Atlanta que se viene: una apuesta de riesgo

A poco del debut en Mataderos, se va terminando de configurar el Atlanta versión 2013/2014. ¿Qué Atlanta veremos? Las predicciones son difíciles. ¿Peleará el campeonato o no? Nada puede asegurarse. Apenas podemos basarnos en los amistosos, y en los antecedentes y las características de los protagonistas, porque la renovación del plantel fue importante. En el once titular abundarán los refuerzos, desintegrada la base del equipo del último torneo. Se fueron jugadores importantes como Gagliardo, Mancinelli, Valdez, Segovia, Ferreiro, Soriano. Se fue Rondina, y Sebastián Méndez ocupó su lugar. La dirigencia bohemia apostó por un técnico muy joven, de gran trayectoria como jugador, sin experiencia en la B Metro. A diferencia del técnico saliente, un jugador y entrenador con mucho rodaje en las categorías de Ascenso. En sus primeras declaraciones, Méndez intentó mostrarse como un técnico con personalidad pero de perfil bajo, estudioso, admirador del fútbol europeo y del uso de la tecnología en el deporte, amigo de lo moderno, un hombre actualizado e incluso intelectual, filosófico. "El fútbol es uno solo" dijo. Son formas de ver este deporte, ideologías casi contrapuestas. Están los que creen que hay que salir a jugar con una misma idea a todas las canchas, que hay que buscar siempre el arco rival. El concepto es que la probabilidad de obtener mejores resultados depende directamente de esta búsqueda y esta propuesta ofensiva. Es lo que muchos le reclamaban a Rondina. Ahora bien, están los técnicos que piensan distinto, que hay que analizar cada rival, cada cancha, cada momento. Cuando hay que cuidar el resultado, hay que cuidarlo. Si hay que esperar una contra, habrá que esperarla. La propuesta se negocia, el riesgo se calcula. Los hinchas no suelen entusiasmarse con estos conceptos, salvo que acompañen los resultados, obviamente.
No sabremos si el equipo de Méndez jugará como pretende o si realmente pretende jugar como dice, pero pareciera que existe una intención distinta, una apuesta más arriesgada. Tan arriesgada como la apuesta de la dirigencia por un técnico novato y refuerzos en su mayoría desconocidos. En un año electoral, seguramente la campaña del equipo influirá determinantemente en la decisión de los socios, en un club en donde el fútbol hoy lo es todo. El panorama no es sencillo. Equipos como Los Andes o Platense, entre otros, se han reforzado mucho mejor, con presupuestos mucho más altos. ¿Cómo competir contra eso? Habrá que acudir al ingenio. Porque las aspiraciones de los hinchas siguen siendo las máximas: ascender. De eso no hay duda. 
En principio, el equipo jugaría con un 4-2-3-1, à la europea y características ofensivas. En el arco va a estar Vega, antes suplente en Instituto de Córdoba. Abajo, la defensa estará sustentada en los dos zagueros: el recio uruguayo Díaz y el lungo Alemandi, con presencia también en el juego aéreo ofensivo. En el medio, el Gallego pretende un doble cinco mixto: uno que raspe y el otro que pueda distribuir y hacer jugar. Para lo primero, el recién llegado Sardella le viene ganando el puesto a Palisi, una de los mejores del último campeonato y muy querido por los hinchas. Probablemente la reacción del público dependa de los primeros resultados, porque además quien vuelve al club y a la titularidad es Galeano, que estuvo a préstamo la última temporada, y era muy resistido por la hinchada. Habrá que darle una nueva oportunidad a un jugador que fue clave en la obtención del último ascenso. Más arriba, el trío dinámico Guzmán-Nanía-Maraschi parece una fija, aunque no hay que descartar que peleen la titularidad jugadores del club como Castro, Sanabria, Acuña e incluso Emanuel Godoy. En ellos recaerá la responsabilidad de la creación de juego, que deberán alimentar a Marcos Godoy, el 9 que viene de Platense. 
Está claro que no hay grandes nombres. Que hay poco tiempo para rearmar un equipo casi desde cero, con un técnico nuevo, que no conoce la categoría. El tiempo dirá si el Gallego puede convertirse en la salvación de Atlanta o si será un nombre más en la lista de técnicos desechados. Pase lo que pase, los sabelotodo de siempre nos recordarán que ellos ya lo habían previsto.

sábado, 22 de junio de 2013

Méndez se sienta en una silla eléctrica

El nuevo DT bohemio, Sebastián Méndez, no la tendrá sencilla en lo que será su tercera experiencia como entrenador. Notable ex-defensor, exitoso como jugador,  retirado prematuramente, ya todos sus pergaminos  perderán su valor cuando se enfrente a las hostilidades de la Primera B Metropolitana. Deberá demostrar su capacidad como técnico cuando llega a un plantel deshaciéndose y haciéndose casi de cero, con un presupuesto limitado a la hora de pensar en ofertas y contratos, y ante las exigencias de los hinchas que reclaman por el ascenso y no aceptan excusas. Esta temporada, Atlanta peleó arriba y terminó tercero, pero Rondina se fue entre insultos y cuestionamientos. Se pedía por un técnico más audaz. ¿Será el Gallego Méndez poseedor de esta cualidad? Lo cierto es que ante su llegada la mayor desconfianza pasa por su conocimiento de la categoría, algo que justamente Rondina tenía y de sobra... Pero bueno, ya veremos cómo acomodamos el discurso en función de los resultados, y si le va mal podremos decir que es la clave es que no conoce la B Metro.
Decimos entonces que Méndez tendrá la dura tarea de armar rápidamente un grupo, un plantel, encontrar el equipo. Los antecedentes recientes de la relación DT-hinchas en Atlanta son escalofriantes. Todos se fueron en medio de fuertes cuestionamientos. El caso paradigmático es el de Javier Alonso, DT anónimo del último campeón. Más allá de las críticas que recibió constantemente antes de coronarse, nunca tuvo su reconocimiento. Su nombre nunca fue coreado, se dijo que habia sido "un tipo con suerte". Fue, pronto, el primer fusible en la B Nacional. De la silla eléctrica no se salvaron hombres con un gran pasado en la institución, como Jorge Ghiso durante su conflictivo último ciclo en la B Nacional o el Pepe Castro, que comandó al equipo en la vuelta a la B Metro en 1999. Todos fueron criticados. Quizá la mejor relación DT-hinchas de los últimos tiempos haya sido  la que tuvo Salvador Pasini, héroe de la Salvezza 2003, artífice de una gran campaña en la 2003/04, y ovacionado en su vuelta al banco en 2007, aunque tras esta temporada se fue con algunos problemas y acusaciones. El ciclo de Pasini en Chacarita no ayudó a recomponer esta relación.
No basta con salir campeón. Es complicado. Por suerte en algún momento la memoria del hincha se llena, tiene que borrar algunos archivos del disco, y quizá vuelve a pedir por los que tiempo atrás se fueron defenestrados, como el Pepe, como Pasini, como Alonso. En algún momento, se pedirá por Rondina. Mientras tanto, veamos qué va haciendo mal el nuevo DT así ya podemos ir anticipándonos al desastre anunciado. Y si no, de última, si las cosas salen bien, nos unimos a la caravana del festejo. Total, nadie se va a acordar en medio de los fuegos artificiales.

viernes, 21 de junio de 2013

Que no se vayan todos

Terminó un campeonato con sabor a frustración porque no se pudo obtener el ascenso que en algún momento parecía cercano, y la primera tentación fue borrar y empezar de cero. La gente pidió la cabeza del técnico, siempre resistido, y Rondina fue el primero en irse. El "que se vayan todos" incluyó a veces también a dirigentes, y en menor medida, a los jugadores. Error: los proyectos serios, los éxitos, no se logran deshaciendo lo hecho cada vez que se sufre una caída. Hoy todos se llenan la boca sobre bancar los proyectos, pero la realidad marca que técnico que no asciende, técnico que no sigue. Está claro que si bancar un proyecto es solamente bancarlo cuando las cosas andan bien, eso no es bancar nada. La responsabilidad es de dirigentes y también de los hinchas, que opinan, reclaman, exigen.
Ahora bien, construir un proyecto futbolístico no tiene porqué implicar mantener a un técnico durante varios años. Ejemplos en el fútbol sobran de equipos que han cambiado de técnico pero han mantenido el plantel, y allí encontraron la clave del bienestar duradero. Es más fácil cuando se mantiene la base del plantel, cuando se quedan los referentes, la columna vertebral, apuntalada con refuerzos y con la promoción de juveniles, que pretender armar un plantel de cero, un nuevo grupo, una apuesta de riesgo trayendo jugadores de presente incierto, aunque resulte tentador en primera instancia deshacerse de jugadores de los cuales el hincha ya se cansó. "Ya cumplieron su ciclo", dicen. Quizá no los valoren, quizá no tengan el reconocimiento que se merecen. Pero otros sí lo reconocen. Los Andes se está armando fuerte, y esto incluye a Gagliardo, Segovia y Soriano. Andrés es ídolo casi indiscutible en Atlanta pero tanto Gagliardo como Segovia fueron muy cuestionados por los hinchas. ¿Podremos traer otro arquero y otro defensor de jerarquía equivalente? No será sencillo. Ni que hablar del caso Soriano, que no solamente es un símbolo bohemio sino también uno de los tres o cuatro mejores delanteros de la categoría, sin duda. Otros que parecen tener el destino fuera de Villa Crespo son Mancinelli y Valdez, pilares del equipo. 
Ver muchas caras nuevas puede ilusionar, puede generar en el hincha la esperanza de ver nuevos aires, de esperar algo distinto, pero también es una apuesta muy riesgosa, que puede salir muy mal, como tantas veces ha salido mal en Atlanta. No es casualidad que el último gran equipo que vimos, el campeón 2010/11, se haya armado de a poco, lentamente, en varios años. En 2007 llegaron Cherro y Llinás, en 2008 Arancibia, en 2009 Segovia, en 2010 Andrés Soriano, y finalmente Abel, Mancinelli, Pogonza y Ferragut. Fue un equipo se fue consolidando, creciendo con los años. Hubo que aceptar frustraciones (en dos temporadas Atlanta no clasificó al Reducido), hubo que mantener a Javier Alonso contra la resistencia del público. 
Ahora ¿cuál es el proyecto? Empieza el ciclo de Sebastián Méndez, una incógnita. 

miércoles, 12 de junio de 2013

El muerto se ríe del degollado

El fútbol argentino se encuentra convulsionado actualmente por dos hechos "novedosos" que en realidad no tienen relación entre sí: el probable primer descenso de Independiente y la prohibición de público visitante en  todas las canchas y categorías. Como hincha de Atlanta, resulta totalmente justificable mi deseo de que Independiente efectivamente descienda. Pero mi satisfacción no es la misma que la del hincha de Racing o el de Boca, o que la del de River que ejecuta su venganza. Es ese deseo constante de que al grande, al fuerte, le vaya mal. No por envidia, sino para que los soberbios e ingorantes (la soberbia suele ir acompañada de la ignorancia) dejen de ser soberbios e ignorantes. Que sepan lo que se siente un descenso, que lo vivan en carne propia. Desdramatiza al fútbol, distingue la tragedia futbolística de la tragedia de la vida. Porque los hinchas de River descendieron a la B pero siguen vivos, siguen siendo hinchas de River, siguen siendo River. Los hinchas del Rojo no sufrirán más su descenso que los de Talleres de Córdoba cuando bajaron al Argentino A hace unos años, o el reciente descenso de El Porvenir a la D, por ejemplo. El fútbol da alegrías pero también da tristezas. A veces más de unos que de otros. Y hay que saber apreciar las primeras y digerir las últimas. 
Menos justificable quizá sea cierta satisfacción que siento ante la prohibición del público visitante en Primera.  No porque quiera que el fútbol argentino se transforme en eso, en un espectáculo para la TV sin hinchas en las tribunas. Pero es un llamado de atención, algo que instala mediáticamente una cuestión que estaba olvidada. El Ascenso lleva 6 años sin visitantes, y nadie dice nada. Muchos equipos han salido campeones, han ascendido, han ganado clásicos, y sus hinchas en la mayoría de los casos ni siquiera pudieron verlo por TV. Por radio, en el mejor de los casos. Y si no, dándole al F5 en SoloAscenso. ¿A alguien le importó esta injusticia? A nadie. Porque los hinchas del Ascenso son hinchas de segunda, que se bancan todo, porque están acostumbrados a sufrir, a jugar los días de semana al mediodía, a descender, a que te descuenten puntos, a que te manden a jugar a puertas cerradas un torneo entero. Todas cosas que un hincha de Primera no podría tolerar. 
Es lo que nos toca. Todavía están los que piensan que el problema del fútbol argentino es que Boca y River no se reparten los campeonatos como el Real y el Barcelona en España, que el fútbol es mediocre porque equipos chicos salen campeones o porque desciende Independiente. Y a la mayoría no le importa que los visitantes no vayan a las canchas del Ascenso, a menos que River esté jugando en la B Nacional, claro. ¿Tan mal está que me alegre un poco la desgracia ajena?

domingo, 9 de junio de 2013

Y Rondina finalmente anduvo

Finalizó el ciclo de Sergio Rondina como DT de Atlanta. Había llegado sobre el final de la última temporada en la B Nacional, con el equipo casi descendido, y no pudo evitar lo inevitable. Ya en la Primera B Metro, el comienzo de campeonato fue muy malo, con el equipo sin ganar y en los últimos puestos de la tabla. Pero Gagliardo se fue asentando en el arco, Palisi se hizo dueño de la mitad de cancha y Soriano se erigió en hombre-gol. El equipo fue creciendo a fuerza de triunfos y, en un torneo parejo, logró hacerse de la punta, que anteriormente era propiedad de Platense. Rondina empezó jugando con un 4-4-2, pero obtuvo mejores resultados cuando pasó al 3-4-2-1 y luego, ya con Sanabria como titular, con un 4-4-1-1 con el que se afirmó en la punta y llegó a estirar una ventaja de 6 puntos sobre sus perseguidores. Pese a los resultados, Rondina fue siempre cuestionado por el nivel de juego del equipo, poco lucido, por los esquemas tácticos supuestamente defensivos y por la falta de otro delantero más que acompañara a Soriano arriba. Igualmente, Atlanta era uno de los equipos más goleadores del campeonato. Sobre el final del torneo, el equipo decayó: jugadores como Valdez o Soriano bajaron su nivel, la defensa perdió fortaleza y el Bohemio perdió peso ofensivo. Así entró en una terrible racha negativa en la que solamente pudo ganar un encuentro, frente a Morón como visitante. El resto fueron decepciones, sobretodo en Villa Crespo, en donde no pudo ganar partidos incluso accesibles. Nuevamente las críticas fueron para Rondina, al que se lo culpó por haber perdido el ascenso.
Ciertamente se cometieron errores sobre el final del torneo. A veces el equipo se retrasó demasiado y lo terminó pagando caro. El DT no supo resolver la caída anímica y futbolística de Atlanta, que no le pudo ganar ni siquiera a un descendido San Telmo. Sin embargo, personalmente considero que algunas críticas son injustas. Si se lo culpa al DT por haber perdido este ascenso, también se le debe reconocer el mérito de haber llevado a este equipo a pelear arriba, con un plantel muy limitado si se lo compara por ejemplo con el que salió campeón en la 2010/11. También vale el esfuerzo de los jugadores, que compensaron estas limitaciones con una gran fortaleza anímica y un constante sacrificio en la cancha. El análisis no puede quedarse en si el técnico puso dos delanteros o puso uno. Jugar con dos arriba no te garantiza nada, sobretodo si no tenés otro delantero de nivel en el plantel además de Soriano. Se puede ser ofensivo también jugando con volantes que lleguen, con laterales que pasen al ataque. 
Rondina se va y pasa a la larga lista de los técnicos que se fueron cuestionados, criticados, insultados. Tampoco se salvó Javier Alonso de la lista, ni el ídolo Pepe Castro, ni el exitoso Ghiso. Ahora comienza una nueva historia con un nuevo técnico. ¿Quién será el próximo en sentarse en el banquillo de los acusados?

El fin de la ilusión

Se terminó. Atlanta no podrá ascender este año y deberá jugar una temporada más en la Primera B Metropolitana. Después de ir casi una rueda puntero, con una ventaja que llegó a ser de seis puntos, se cayó y perdió el primer ascenso en manos de Villa San Carlos. En decadencia, no se recuperó de cara al Reducido y ahora perdió la chance de obtener el segundo ascenso al quedar eliminado por el ascendente Almagro en semifinales. Villa Crespo fue pura decepción, y determinó el final del ciclo de Rondina como técnico del equipo, tras un año al frente del mismo. 
No solamente no pudo ganar Atlanta sino que cayó por 2-0 en su casa, quedando muy lejos de la clasificación. Generó chances pero nuevamente le faltó gol, y pagó caro los errores atrás. El partido se abrió con un tremendo error de Gagliardo en un saque de arco. La realidad es que en los últimos encuentros Atlanta nunca encontró el rumbo, el camino futbolístico que lo había llevado, aunque sin brillo, a alcanzar la punta. El equipo no se recuperó, las actuaciones individuales que antes resultaban determinantes fueron de menor nivel, la suerte que antes era favorable ahora nos jugó en contra. Con un delantero, o con dos, como en este partido. Y el ascenso con el cual los hinchas nos habíamos ilusionado se escurrió muy rápidamente. Tal es así que el Bohemio, pese a ir puntero gran parte del torneo, llegó a la última fecha del campeonato sin chances de quedarse con el título, y tampoco jugará la final por el segundo ascenso.

sábado, 1 de junio de 2013

Está abierto

Atlanta estaba llevándose una ventaja de su visita a José Ingenieros de cara al partido de vuelta en Villa Crespo, pero no supo sostener la victoria, que se le escapó sobre el final, cuando estaba con un hombre menos por la nueva expulsión de Segovia. De esta manera, la llave sigue abierta: para pasar a la final por el ascenso, el Bohemio deberá vencer en Villa Crespo, o igualar y superar a Almagro en los penales. El empate 1-1 fue lo más justo para lo que fue el desarrollo del encuentro: parejo, sin diferencias entre ambos equipos, con pocas situaciones de peligro.
Hay algunos aspectos positivos para rescatar de este Atlanta que comenzó su participación en el Reducido buscando reivindicarse luego de perder el campeonato de forma estrepitosa. Se lo vio ordenado, con carácter, más firme atrás que en los últimos partidos. No hubo diferencias entre un equipo que viene en decadencia y otro que llega entonadísimo al Reducido, en una gran racha. Almagro no salió a llevarse por delante a Atlanta. Lo respetó o no pudo llevar a cabo su juego. La peor cara del conjunto de Rondina fue la faceta ofensiva. Le faltó profundidad, faltaron ideas, y creó muy pocas oportunidades. El gol llegó de la única forma que parecía posible: de penal, muy bien ejecutado por Lucas Ferreiro. Pero luego de ponerse arriba en el marcador, Atlanta se fue retrasando cada vez más, y con los cambios comenzó a acumular jugadores de marca. La tendencia se acentuó con la expulsión de Segovia: luego Atlanta renunció a toda posibilidad de atacar o incluso de tener la pelota. Recibió su castigo con el merecido empate de Almagro a poco del final.
Pero faltan 90 minutos, que serán los más difíciles. El Bohemio viene jugando un poco mejor afuera que de local. Quizá por la presión de la gente, por los murmullos. El equipo deberá mejorar su poderío ofensivo si pretende quedarse con el ascenso, lo cual claramente no significa meter dos delanteros porque sí. El problema actual es que Guzmán y Sanabria bajaron su nivel, Soriano no está amigado con el arco, Ferreiro sigue siendo irregular, y Atlanta no encuentra alternativas en el ataque. Pero a no sentirse menos que nadie: se puede pelear.

domingo, 26 de mayo de 2013

Dolor ocular

Atlanta cerró la fase regular del torneo con un pobre empate ante Villa Dálmine, 1-1 en Villa Crespo. Ya sin chances de pelear por el título y ya asegurado su lugar en el Reducido, no quedaba nada porqué jugar. En consecuencia, Rondina decidió poner suplentes y cuidar a los titulares para las semifinales del cuadrangular, en donde enfrentará al entonado Almagro, rival al que le ganó los dos encuentros esta temporada. Sin embargo, será un choque de presentes opuestos: el Bohemio viene de una racha negativa, mientras que el Tricolor viene en plena racha ganadora. 
La anodina igualdad en el mediodía villacrespense fue un dolor de ojos, un aburrimiento para el público que esperaba al menos ver a los suplentes matarse para ganarse la consideración del técnico en los encuentros decisivos que se vienen. Pero no, por el contrario, los suplentes demostraron porqué son suplentes, jugando aun en un peor nivel que el que mostraron los titulares en los últimos partidos. Los habituales reclamos de los hinchas por determinados jugadores que no suelen tener minutos de juego y ahora tuvieron su gran oportunidad quedaron diluidos ante semejante espectáculo de miseria futbolística. El rendimiento de la delantera Henneberg-Pasquale demostró porqué Rondina elige jugar con Soriano como único punta. Los dos nueve no agarraron una, más allá del afortunado gol en que el ex Lanús terminó convirtiendo sin patear al arco. En el medio no hubo fútbol, pese a que estaban Guzmán y Ferreiro, dos titulares del equipo. Abajo, Francés y Peláez trastabillaron, y Llinás cometió un penal infantilísimo que significó la igualdad. ¿Habrá sido definitivamente el último partido del ídolo que supo ser la figura del equipo campeón 2010/11 y perdió la titularidad hace ya casi dos años?
El 1-1 dejó poco. Los hinchas querían que se terminara lo antes posible el encuentro para poder ir a almorzar. Lo que es seguro es que ninguna de las actuaciones individuales le dejará dudas a Rondina con respecto a la alineación frente a Almagro. Los titulares seguramente serán los que vienen jugando, los que supieron hacerse de la punta aunque la perdieron. Los que tienen una nueva oportunidad de torcer la historia y lograr el esperado ascenso.

jueves, 23 de mayo de 2013

Un romance de verano

Está por llegar el invierno pero desde La Taberna miramos para atrás y nos remontamos al verano. El objeto: los refuerzos de mitad de temporada, es decir, durante el receso estival. No es noticia que las dos incorporaciones realizadas por Atlanta este verano -Pasquale y Suárez- no han logrado cubrir las necesidades que tenía el equipo. Por el contrario, no estuvieron a la altura y no pudieron conseguir la titularidad. El Bohemio necesitaba sobretodo un nueve que acompañara a Andrés Soriano, para que Rondina tuviera a mano otra opción además del 4-4-1-1 con el que había obtenido tan buenos resultados. Ahora la falta de otro delantero de nivel se sufre. 
La historia del refuerzo que llega en verano y no satisface no es novedad. Cierto es que el club tiene sus limitaciones: el presupuesto es ajustado y no se pueden hacer grandes incorporaciones si no se rescinden contratos altos. Finalmente, lo que termina ocurriendo es que llegan jugadores que no son totalmente del gusto del técnico de turno pero son los que el club pudo conseguir con una determinada cantidad de dinero. Repasando la historia de los últimos años, se ve que abundan las frustraciones y son pocos los casos en que un refuerzo de verano resultó un jugador valioso. Muchos de ellos llegaron en enero y se fueron seis meses después. Varios prácticamente ni jugaron. Entre los más exitosos están las incorporaciones de Andrés Soriano en 2010, Rodrigo Llinás en 2009, Ramón Fernández en 2008 y Javier Molina en 2006. No es casualidad que tres de ellos hayan sido regresos: es decir, el club ya sabía lo que estaba contratando. La contracara son los jugadores que se fueron en los recesos de verano, algunos de ellos para progresar (por sus buenas actuaciones) y otros por causas inversas. Entre los primeros, se puede mencionar a Matías Pérez García (2007/08), Vicente Monje (2005/06), Cristian Pellerano y Lucas Ferreiro (2004/05), a quienes el club no pudo retener. Es extraño el caso de Diego Cisterna, quien se fue a mitad de la temporada 2008/09 a Colegiales luego de un torneo insatisfactorio, y posteriormente fue progresando hasta llegar hoy a Primera A, en Tigre.
La lista de altas y bajas del receso de verano de los últimos 10 años es la siguiente:

2012/13
Altas: Pasquale y Suárez. Bajas: Alfaro

2011/12
Altas: Resch y Quiles. Bajas: Pajón y Fabro

2010/11
Altas: Sparapani. Bajas: Mociulsky

2009/10
Altas: Andrés Soriano y Daolio. Bajas: Leandro Martínez, Catalán y Marecos

2008/09
Altas: Llinás y M.Ortiz. Bajas: H.Ramírez, Cisterna, De Filippi y Ortega

2007/08
Altas: Tijera, Lagman, L.Ojeda y R.Fernández. Bajas: Pérez García, Escobedo y Núñez

2006/07
Altas: Piersimone, Hure, Scornaienchi y Raúl Pérez. Bajas: Barutta, Soto, Hertel, Mazzuco y Valentini

2005/06
Altas: Molina, Jesús Díaz y Dosoretz. Bajas: Monje, Lema, E.González, W.Ferrero y Martelli

2004/05
Altas: E.González y Cabrera. Bajas: Pellerano, Ferreiro, Basualdo, Salva y Martinelli

2003/04
Altas: Garat y Ratto

sábado, 18 de mayo de 2013

Hay que tener las pelotas

Increíble. Como aquel 2-2 del 2004 en que el equipo de Giunta escondió las pelotas y Molina terminó vacunándolo en la última jugada, el Bohemio volvió a amargar a Estudiantes de Caseros en tierras de Hugo Omar Curto. El partido se estaba agotando, Estudiantes ganaba 2-1 y Atlanta no podía acercarse a la igualdad. Eran los últimos segundos y el conjunto de Rondina tenía un lateral a su favor, pero no aparecía ninguna pelota disponible para seguir el juego. Yamil Possi se vio obligado a adicionar un minuto más de descuento, además de los tres que ya se habían consumido, y Atlanta tuvo una última oportunidad para lograr el milagro. Centro de Segovia rasante y la empujó al gol el batallador Martín Palisi, que festejó eufóricamente su primera conquista con la camiseta bohemia. Era el 2-2, un punto agónico que le permitía a Atlanta ingresar al Reducido por el segundo ascenso. Paradójicamente, se terminó festejando este logro pese a que al mismo tiempo, con este resultado, morían las chances matemáticas de salir campeón, algo que se había convertido en el gran objetivo luego de ir tantas fechas puntero y llevar en algún momento seis puntos de ventaja sobre el segundo. Pero ya está, ahora en la última fecha el título se dirimirá entre San Carlos y Platense, y en Villa Crespo solamente queda la ilusión de ascender vía Reducido.
Es cierto que el equipo no está en su mejor momento sino todo lo contrario, pero no se puede dejar de creer. No se puede permitir no intentarlo. Con el grito de Palisi, evitó una nueva derrota que hubiera sido otro golpe duro, y revivió Atlanta. Más allá del nivel futbolístico del equipo que se parece mucho más al de las primeras fechas del torneo que al del que supo consagrarse como líder. Evidentemente el problema no está en si juega con dos delanteros o con uno, o si juegan o no Ferreiro o Parentini, los dos jugadores más cuestionados del plantel. Cuando la defensa hace agua y Estudiantes llega tantas veces de forma clara, cuando ni Soriano logra definir las chances generadas, se hace difícil conseguir buenos resultados. Pero Atlanta está todavía a tiempo de cambiar rumbo, como lo hizo a principios del campeonato luego de ese pésimo comienzo. Ganas, garra, no le faltan. Lo demostró Palisi, el guerrero bohemio, haciendo su primer gol en Primera. Qué gol, y cómo se gritó.

domingo, 12 de mayo de 2013

Telmogate

No fue el sábado un día más para el hincha bohemio. Fue un día de tristeza, de resignación, y muchos explotaron de bronca ante un increíble empate que deja a Atlanta muy lejos de la lucha por el campeonato. Después de ir tantas fechas puntero, el equipo se cayó, perdió el liderazgo a manos de Villa San Carlos y prácticamente perdió su última chance en el partido más accesible que tenía, en Villa Crespo frente al ya descendido San Telmo. Con el triunfo hoy del conjunto de Berisso, quedó 5 puntos arriba, cuando quedan 6 en juego, por lo que el primer ascenso ya es una utopía. Incluso, peligra seriamente la chance de clasificar al Reducido, aunque jugando de este modo difícilmente se pueda soñar con el segundo ascenso.
¿Qué pasó con este Atlanta que llevaba una amplia ventaja en la punta, el que siempre se levantaba y encontraba el camino al gol? Prueba de su momento crítico es que no pudo ganarle al débil San Telmo, en un partido en que estaba todo dado para llevarse los tres puntos. El Bohemio jugó muy mal a lo largo de los 90 minutos, sin juego y si ideas en ataque para vulnerar a un rival que vino a cumplir. Encontró el gol de casualidad con un remate de Lucas Ferreiro y parecía que nada podía arrebatarle la victoria. Atlanta seguía dominando pero no buscaba asegurar el triunfo marcando un segundo gol sino que se dedicó a dormir el juego, esperando el pitido final. Pero antes que ese pitido llegó el sorpresivo empate, tras un error propio. Y no hubo tiempo ya de revertir el resultado: en el campo de juego habían quedado muchos jugadores de marca y pocos para generar juego o peligro. El DT Rondina se equivocó feo con los cambios y Atlanta pagó caro la decisión de buscar conservar la mínima ventaja en vez de intentar liquidar a un rival limitado. 
El Telmogate repercutió en el mundo bohemio, ahora convulsionado por la desilusión de los hinchas, que habían planeado jugar la B Nacional la próxima temporada. Cierto es que todavía el torneo no terminó, y el equipo está todavía a tiempo de cambiar, recuperar la fortaleza, e ir por el segundo ascenso. Parece difícil, pero no es admisible rendirse antes de que termine la carrera.

sábado, 27 de abril de 2013

El grito ahogado

No pudo Atlanta llevarse la victoria frente a Acassuso. De los últimos nueve puntos disputados como local, solamente obtuvo dos. Luego del triunfo en Morón que le había devuelto las altas expectativas, este empate deja a Villa Crespo nuevamente en una situación de incertidumbre, esperando el resultado entre San Carlos y Estudiantes. Esta fecha el equipo de Rondina puede perder la punta. Pase lo que pase, la sensación es que se perdieron dos puntos importantes en un partido que se suponía accesible, como local ante un rival que deambula en la porción inferior de la tabla.
El Bohemio, como en el encuentro ante Morón, fue más y mereció el triunfo, pero no encontró el camino al gol. Sobretodo en el primer tiempo, intentó jugar, superar a Acassuso en lo futbolístico. Pero le faltó claridad, profundidad y determinación para convertir. Le costó generar chances claras de peligro. Con Walter Godoy como titular, el equipo tuvo más manejo y circulación de pelota en la mitad de cancha. Pero faltó el gol que abriera el partido. Ya en el segundo tiempo, el reloj seguía su curso, y Atlanta entró en los nervios. Rondina le dio la chance a Castro y finalmente colocó a Pasquale arriba. La más clara la tuvo Castro, habilitado por Ferreiro. El hijo del Pepe definió de zurda, cruzado, desviado. El grito bohemio terminó ahogado. No se pudo cantar victoria, y el empate se vivió como una derrota, más allá de los aplausos al equipo por el esfuerzo realizado. No siempre alcanza con jugar mejor para ganar. El campeonato continúa y Atlanta está obligado a ganar en Lomas para mantener las posibilidades de salir campeón. 

domingo, 21 de abril de 2013

Ganar para volver a nacer

Después de dos derrotas consecutivas y de perder la exclusividad de la punta, Atlanta sufría un momento crítico en que veía peligrar la posibilidad de ascender, que antes parecía más cercana. Para colmo, la victoria de San Carlos sobre San Telmo el sábado obligaba a ganar para mantenerse en la cima. Cualquier otro resultado que no fuera un triunfo hubiese sido otro golpe más: ganar era la única forma de volver a creer y posicionarse nuevamente para luchar por el primer ascenso. El conjunto de Rondina fue entonces al Oeste a buscar el triunfo y lo consiguió. Fue superior y logró una merecida victoria.
Como ante Comunicaciones, el Bohemio fue protagonista y generó una gran cantidad de situaciones de peligro. Desperdició muchas chances, pero metió una y le alcanzó para vencer. El gol llegó gracias a una avivada de Guzmán, que se la robó a un defensor y habilitó a Sanabria, quien definió sin arquero y convirtió su tercer gol en el campeonato. Tres goles que valieron nueve puntos, por cierto. Lo mejor de Atlanta estuvo en el mediocampo, con Palisi y Gaby López muy activos y participativos, y Guzmán y Sanabria complicando siempre a los rivales. Morón fue un equipo frágil, que dio muchas ventajas atrás y no tuvo reacción. Además tuvo que lidiar con la impaciencia de sus hinchas, disconformes por la campaña y quienes no escatimaron insultos contra la dirigencia y los jugadores, incluso Akerman, goleador del campeonato.
Más allá de la superioridad bohemia, Atlanta no logró establecer una mayor diferencia en el marcador y por momentos la victoria corrió peligro. Cuando se fue acercando el final, Rondina decidió intentar cerrar el juego y defender la ventaja. El triunfo se festejó porque vuelve a poner al Bohemiocon altas expectativas en la pelea por el título. Quedan cinco partidos y hay que seguir por este camino para dar la vuelta olímpica.

sábado, 13 de abril de 2013

Una tarde infernal

Todo le salió mal a Atlanta esta fecha. Perdió como local frente a un débil Tristán Suárez y se le acercaron varios rivales en la lucha por el ascenso directo. San Carlos, en un gran momento, es el único escolta, a un punto. El margen de error quedó reducido al mínimo y ahora vienen dos partidos de visitante, en los que un traspié puede significar la pérdida de la punta. Los hinchas terminaron agarrándose la cabeza por el partido que se le escapó al puntero este sábado. Atlanta jugó muy mal. La defensa estuvo muy insegura, mostró muchas distracciones, y de una distracción en la marca llegó el único gol del encuentro, el de la derrota. Falló la generación de juego: el Bohemio fue un equipo sin fútbol, que no propuso, que no supo. Y las chances que pudo generar no entraron. Un remate de Mancinelli en el primer tiempo, una aparición de Sanabria que increíblemente no terminó en gol, un cabezazo de Hernán Lopes que se desvió en Soriano y pegó en el palo. El arquero Ramírez terminó convirtiéndose en figura. Atlanta se acordó tarde de atacar y apretar al rival: sobre el final llegaron las mejores situaciones, pero las desperdició increíblemente. Un empate hubiera sido lo más justo para un encuentro parejo. Para colmo, el árbitro Carreras no convalidó un claro penal para el local, cuando el partido se moría. Su juez de línea, justamente, había sido el que había dado por válido el inexistente gol de San Carlos en Berisso. Puntos perdidos  en el pito pero también perdidos por un Atlanta que en 90 minutos mostró muy poco. Habrá que volver a encontrar pronto la senda del triunfo para no perder la punta que viene manteniendo desde hace tantas fechas.

lunes, 8 de abril de 2013

A un año de un batacazo

Hace exactamente un año atrás Atlanta le ganaba 1-0 a River en el estadio de Vélez y lograba un triunfo histórico que quedará en la memoria de todos los hinchas. Está claro que, siendo Atlanta un equipo que disputó 45 termporadas en Primera División durante el Profesionalismo, la lista de victorias frente al más campeón del fútbol argentino no es escasa. No fue un hecho único, ni significó ningún logro deportivo más que la victoria en sí. Pero, por contexto, no puede perder su resonancia. Porque por aquella época los ojos del mundo deportivo estaban posados sobre el andar de River en la B Nacional y el Bohemio saltó de repente a las tapas de todos los diarios. Porque después de tantos años en la tercera categoría le estaba ganando a uno de los dos equipos más importantes del país. Porque estaba en los últimos lugares de la tabla,  yéndose al descenso, siendo uno de los peores equipos del torneo. Porque había perdido inobjetablemente por 7-1 ante el mismo rival en la primera rueda y parecía imposible conseguir un resultado positivo.
Por todas esas cosas, la victoria se vivió con infinita intensidad y se festejó como un campeonato. Los hinchas disfrutaron a lo grande, y sufrieron hasta el pitido final. El golazo de Lorefice. El penal inventado por Etchenique y malogrado por Cavenaghi. El sacrificio de los jugadores para compensar las enormes diferencias de jerarquía y calidad con el rival. Sin embargo, inevitablemente el posterior triste descenso empañó aquella gran alegría. Cuesta entender porqué un equipo que supo ganarle a un rival tan superior sufrió tanto a lo largo de todo el campeonato y descendió merecidamente. Recordamos con una sonrisa aquel batacazo en el Amalfitani, pero sabemos también que a Atlanta la B Nacional le quedó grande, que no pudo hacer pie y que si de casualidad se salvaba del descenso hubiera tenido que hacer una campaña excelente para zafar esta temporada. No se trata de ganar partidos puntuales sino de generar una estructura, recursos, divisiones inferiores, que puedan llevar a Atlanta un escalón más arriba, al menos. Sin dudas, el hecho de encontrar al equipo hoy puntero de la B Metro y a pocas fechas del final es un buen indicio de estabilidad y jerarquia: es decir, se recuperó rápido del descenso, no se cayó, y está peleando por volver. No es algo que suele suceder con los equipos que bajan. Sin embargo, los hinchas se preguntan si en caso de conseguir un nuevo ascenso Atlanta estará en condiciones de afrontar el desafío de la B Nacional con más espalda. El tiempo dirá. Por ahora, hay que luchar para ascender, que no será algo sencillo. 

domingo, 7 de abril de 2013

El triunfo no fue POSSIble

Habría que entender la satisfacción con la que la mayoría de los hinchas bohemios recibió el empate final ante Platense. El equipo se fue despedido con aplausos y la gente se fue cantando por el ascenso, en contraste con otras fechas en las que el equipo no había podido ganar en Villa Crespo y se había ido entre dudas y murmullos. Las razones pueden ser varias. Atlanta sigue firme en la punta, se acercan los momentos definitorios y la ilusión se mantiene intacta. Pudo empatarle al Calamar, un rival que resulta históricamente difícil, luego de empezar perdiendo el partido. Una derrota hubiera sido un golpe muy duro, pero con el punto se mantiene la confianza en alto y se agrandó la ventaja sobre Chacarita, que quedó libre, aunque se acercaron San Carlos (único escolta a cuatro puntos) y Brown, que goleó. Si bien todos siguen prestando más atención a los resultados del Funebrero, no hay que perder de vista a los otros rivales, que vienen subiendo y pueden dar el zarpazo. 
Los hinchas no vieron este empate como un tropiezo para lamentar sino más bien como una esperanza. Atlanta se sobrepuso nuevamente a una situación adversa en el juego, igualó en el marcador y hasta pudo ganarlo. De hecho, no hubiera sido injusto que el local se quedara con la victoria. Platense vino a Villa Crespo a jugar como un equipo chico, apostando al contragolpe. El Bohemio arriesgó atrás y fue el único que propuso, que tomó la iniciativa. Sin embargo, le costó generar situaciones claras de gol. Para colmo, en el primer tiempo sufrió el gol en contra de tiro libre y el pésimo arbitraje de Yamil Possi, que con dos o tres decisiones perjudicó claramente al local. No parecía sencilla la situación, con Platense preparado para defender la ventaja. 
Pero en la segunda etapa siguió insistiendo Atlanta. Se volcó al ataque, aunque con poca profundidad. Hasta que Palisi habilitó muy bien a Mancinelli y el 4 decretó el empate. Luego, el Calamar se quedó con uno menos y la victoria terminó estando más cerca del Bohemio que del equipo que había abierto el marcador. 

domingo, 24 de marzo de 2013

Para pasar unas Pascuas tranquilas

La maquinita del triunfo, este Atlanta efectivo que sufre más que lo que disfruta, pone más que lo que juega y gana más que lo que gusta. El único líder del torneo, con una amplia ventaja sobre sus perseguidores en un campeonato parejo, en donde la diferencia entre el mejor y el peor es insignificante. Ilusiona, cree en el ascenso. Porque las fechas pasan, los resultados son positivos, y el Bohemio se mantiene firme en la punta, en la posición que le otorgará la vuelta a la B Nacional en caso de permanecer allí hasta la última fecha. Obtuvo una importante victoria en su visita a Rosario. El empate no parecía negocio teniendo en cuenta que Central Córdoba se está yendo al descenso y ocupa el último lugar en la tabla de posiciones, y que la próxima fecha el equipo de Rondina queda libre, por lo cual corre el peligro de que los perseguidores se acerquen. Después de este "descanso" en Semana Santa, se viene la recta final, con algunos partidos complicados. 
El trabajoso 1-0 costó y se sufrió como la mayoría de los triunfos bohemios en este campeonato. ¿Pero qué se le puede reprochar a este equipo? Éste es el juego de Atlanta y así ha llegado adonde está. Con un planteo inteligente, cuidando cada detalle, luchando cada pelota. El gol llegó en el segundo tiempo, gracias a un regalo del rival: el arquero Leguizamón no pudo contener el remate del Chino Sanabria y le dio la ayudita que Atlanta necesitaba para superar un escollo complicado. El partido se jugó mal y fue parejo en el juego, con muy pocas chances de peligro para ambos equipos. El visitante generó poco y dependió demasiado de Ferreiro como conductor. Gagliardo en el arco (siempre seguro), Valdez en la defensa y Gaby López en el medio terminaron siendo los baluartes del triunfo bohemio. Al final, Atlanta no tuvo vergüenza en utilizar todas sus armas para defenderse y cortar el circuito de juego del Charrúa. Rondina hizo los cambios necesarios para acumular jugadores de marca atrás y asegurar el cero en el arco de Gagliardo. 
Se ganó, se festejó. Atlanta, el puntero, dio un paso más. 

sábado, 16 de marzo de 2013

La invención de Soriano

De la nada. De un centro pasado que parecía perdido, sin destino, el genial Andrés Soriano fabricó el gol del triunfo. Otra vez volvió a sorprender el cordobés, mostrando todo su oficio goleador. Metió un cabezazo impensado, el 2-1, para terminar de dar vuelta un partido en el que Atlanta había empezado con el pie izquierdo frente a Almagro. Pero el Bohemio lo ganó y Villa Crespo terminó festejando y cantando ilusionado con el ascenso. A falta de diez fechas, el conjunto de Rondina sigue como único puntero, y pese a los problemas en el juego y algunos traspiés, el equipo se muestra entero y no se cae, la sigue peleando. 
Hubo un solo equipo que quiso ganar el partido y fue Atlanta. Tuvo más la pelota, jugó en el campo contrario, pero no logró encontrar el fútbol, armar los circuitos de juego, y nuevamente volvió a sufrir los ocasionales ataques del rival. Almagro llegó muy poco pero fue efectivo: en la única que tuvo en el primer tiempo logró ponerse en ventaja. En la defensa bohemia, Valdez y Segovia estuvieron sólidos, pero fallaron los laterales, en especial por el lado de Pinto. En la mitad de cancha, la actitud de Palisi mantuvo vivo al equipo en su peor momento, cuando no podía encontrarle la vuelta al encuentro y se veía en desventaja en el marcador. Villa Crespo revivió cuando Ferreiro se inspiró y habilitó magníficamente a Guzmán, que cabeceó por encima de Centeno, pegó en el travesaño, y en el rebote el chaqueño pudo anotar el empate. 
Atlanta se fue al entretiempo con todas las esperanzas de poder darlo vuelta en la segunda etapa. Almagro se dedicaba a defenderse, pero si sufría la presión suficiente, su resistencia cedería. El Bohemio intentó pero no podía. Entraron Sanabria por el intrascendente Suárez y luego Pasquale y Mbombaj. Hasta que llegó el fenomenal Soriano, goleador de este equipo y uno de los máximos artilleros del club. Ídolo, se retiró ovacionado. Es que gracias a su astucia otra vez Atlanta se llevó los tres puntos y alimenta su sueño de ascenso.  

martes, 12 de marzo de 2013

La otra cara de la moneda

Hace seis años el público visitante desapareció de las canchas de Ascenso y ya nos hemos acostumbrado a ello. La violencia generalizada protagonizada por las parasitarias barrabravas, los elevados costos de los operativos, los problemas en los traslados de las hinchadas visitantes, la necesidad de una infraestructura cada vez más exigente para recibir no muchas visitas. Todos estos factores contribuyeron a que la dirigencia del fútbol argentino decidiera prohibir el ingreso de los visitantes y sacarse el problema de encima. 
Evidentemente esta medida logró evitar los choques entre las hinchadas durante los partidos, pero no impidió que aumentaran en número los casos de feroces luchas internas en las barras, peleas con la policía y otros incidentes, como subirse al alambrado para parar un partido o, mejor dicho, como método de extorsión. Es que la voracidad destructiva de la mafia no encuentra límites y, como un liquido, se adapta a la forma del recipiente y descarga su furia barbárica por la vía de escape que encuentre. 
Todos sabemos que, si bien el público visitante está prohibido, muchos hinchas siguen a su equipo a todas las canchas, ya sea de incógnito o como prensa partidaria. De Atlanta pueden verse varias decenas, incluso cientos, dependiendo del partido y de la cancha. Es cierto que en estos años de prohibición en general han habido episodios de violencia, en su mayoría incidentes que no han pasado a mayores (con excepción de la emboscada en San Martín, por ejemplo). Sin embargo, hay que destacar el hecho de que en muchísimas canchas hinchas locales y visitantes conviven armoniosamente en una platea. Es decir, uno como hincha de Atlanta puede ir tranquilamente a la platea de otro equipo, ser seguramente reconocido como ajeno (cuanto más chico el club, más se conocen todos entre sí) y sin embargo no es víctima de un ataque ni nada por el estilo. Y eso que a veces los partidos se ponen calientes, los hinchas se ponen nerviosos y comienzan los insultos, hacia los jugadores bohemios, a las cabinas de prensa, contra los judíos, etc. 
Al fin y al cabo, los hinchas de los otros equipos sufren lo mismo que nosotros. Cuando a uno le toca ser local, al otro, visitante. Deberíamos estar hermanados en esta cruzada, reclamando por una medida injusta que nos sacó un condimiento muy lindo del fútbol. Ojalá podamos demostrar algún día que podemos convivir en paz, sin perder el tradicional folclore del fútbol argentino. Y que el problema está solamente en las decenas de mafiosos que chupan la sangre de este deporte y tienen a la violencia como medio para otros fines. 

domingo, 10 de marzo de 2013

El fantasma

No pudo sumar Atlanta en su complicada visita a Berisso, en donde cayó derrotado frente al sorprendente Villa San Carlos, que ahora acecha a cuatro puntos, con un partido menos. Chacarita también ganó y se puso a tres. El Bohemio sigue en la punta pero sufrió un duro revés este fin de semana, en el que los resultados no se le dieron. No mereció perder: jugó como para traerse al menos un punto pero un gol fantasma disparó la polémica y significó la derrota. La pelota no pareció atravesar totalmente la línea del arco, sin embargo el juez de línea corrió hacia la mitad de cancha convalidando el gol, ante las quejas de todo Atlanta. Poco después, cuando el visitante estaba para el cachetazo, Barraza anuló lo que era el 2-0 para San Carlos por una falta en ataque. 
¿A alguien le servirá saber que el conjunto de Rondina no mereció irse derrotado de Berisso? Quizá a quienes suelen entristercerse y enojarse cuando el equipo gana jugando mal. Bah, eso sería lo lógico. San Carlos, con gran esfuerzo, mostró sus virtudes con un Vegetti intratable, pero Atlanta fue el que tuvo más la  pelota y mostró mejores intenciones de juego, con excepción de los primeros minutos del partido y los momentos posteriores al gol, en donde el local se encontró con las mejores chances para liquidarlo pero chocó con Gagliardo. El Bohemio pagó por su falta de efectividad en el área rival. En el primer tiempo, no aprovechó a un Ferreiro enchufado que desbordó constantemente por el sector izquierdo. En la segunda etapa ingresó Mbombaj por Suárez -cambio cantado- para dar más equilibrio en la marca (por los costados se sufría en defensa) y porque el conductor no lograba encontrarse en el juego. Tras el 0-1, y luego de superar el decaímiento anímico por la desventaja, Atlanta volvió a tomar la iniciativa y generó oportunidades como para empatarlo. No pudo. El ingresado Pasquale se perdió la más clara.
Fue una caída, pero no es el fin del mundo. Atlanta todavía está arriba y tiene para recuperarse, aunque los rivales se acercan y el margen de error volvió a achicarse. 

jueves, 7 de marzo de 2013

Con la historia no alcanza

Todos los hinchas bohemios conocemos la rica historia del club. La larga estadía en Primera División, la cantera de jugadores de Selección, aquellos equipos competitivos que peleaban mano a mano con los grandes, el gran club con su gran sede social y su masa societaria. Pero la realidad marca lamentablemente que con el tiempo esta historia pasa de ser un recuerdo a una historia leída, relatada. Los más jóvenes vieron  a Atlanta más tiempo en la tercera que en la segunda categoría. Los que andan por los treinta y pico apenas recordarán el último y aislado paso por la Primera en 1984. Recién los que están por arriba de los cincuenta y pico habrán vivido los memorables tiempos de los '60 y '70 en los que Atlanta podía aspirar a pelear por un título de Primera A. Es decir, para muchos (¿la mayoría?) de los bohemios la historia de Atlanta en la máxima categoría está solamente en los libros. 
La decadencia del club en los últimos 25 años ha sido arrasadora. En lo institucional, lo social y lo futbolístico. Probablemente ningún equipo argentino haya decaído tanto en ese período de tiempo, en relación a su historia. Después de tanta destrucción, está costando mucho levantarse. En Villa Crespo existe la tácita obligación y el inmenso deseo de volver a ser de Primera, pero ese ansiado objetivo tiene un futuro incierto. No es casual que la mayoría de los hinchas más críticos, impacientes y exigentes sean justamente los que vivieron los mejores años del fútbol bohemio. Pero con la historia no alcanza. En el momento de jugar son 11 contra 11, y Atlanta es de los tres clubes de la categoría con más historia (junto a Platense y Chacarita) pero debe tener varios equipos arriba en la tabla de presupuestos. 
Nunca debemos olvidar nuestra historia porque nos enseña quiénes somos, cómo llegamos acá, porque nos permite aprender de nuestros errores cometidos en el pasado. Pero también hay que saber dar una vuelta de página, mirar al futuro y, desde una posición de humildad, entender que actualmente somos un equipo de la B Metropolitana, que lucha por ascender, que está creciendo, que recién pudo salir de la categoría en 2011 tras doce temporadas consecutivas de campañas mayormente mediocres, que no estuvo preparado para afrontar una B Nacional. Hay que pelearla y confiar dando pasos seguros, silenciosos, generando una estructura detrás. Para empezar a escribir una nueva historia.

lunes, 4 de marzo de 2013

Cuestión de fe

Atlanta está puntero desde hace varias fechas y si permanece en esta posición hasta el final del torneo conseguirá el ascenso. Sin embargo, no se vive en Villa Crespo un clima de lucha por el ascenso. Más allá de algunos insultos, reprobaciones y murmullos, no son pocos los hinchas que exhiben incluso en secreto un fuerte pesimismo con respecto a las posibilidades de este equipo. ¿No ilusiona ver a Atlanta puntero, peleando arriba? El sentimiento se evidencia también en la poca concurrencia del público en estos partidos, considerando que estando en la punta se esperaría más cantidad de público. Y el clima con el que se viven estos partidos decisivos no parece un clima de campeonato. Pocas canciones, por ejemplo, hacen referencia  al posible ascenso a la B Nacional.
¿Por qué ocurre esto? La respuesta más fácil sería decir que este equipo no contagia, que no juega bien, que los rivales están cerca y que en cualquier momento puede perder el liderazgo. El juego poco lucido del conjunto de Rondina puede ser un factor, pero me animo a afirmar que hay algo más importante influyendo en la cabeza del hincha y son los antecedentes de estos últimos dos años. Este equipo es inevitablemente comparado con aquel brillante campeón de la 2010/2011, un campeón excepcional por cierto que debe haber sido uno de los mejores campeones de los últimos años junto a Ferro, Tigre o All Boys. La comparación es inevitable pero inútil. Son planteles distintos, momentos distintos. Y a veces el recuerdo grato lleva a una idealización del pasado, generando una imagen distorsionada que borra los malos momentos. Si el hincha espera ganar con comodidad, jugar bien, establecer una cómoda diferencia sobre los seguidores y ascender varias fechas antes, está equivocado. Está exigiendo más de lo que se podría esperar.  
Pero no sólo el gran campeonato del 2011 es una pesada mochila para este equipo de Rondina, que seguramente pierda en la comparación futbolística pero no tiene qué envidiarle en sacrificio y corazón. El antecedente del reciente descenso también pesa en el sentimiento de los hinchas, inundándolos de un negro pesimismo. Es como si el ascenso no valiera tanto, porque ya se ha visto lo difícil que es para un club como Atlanta mantenerse en la categoría. Y en definitiva nadie quiere volver a descender inmediatamente. Como la novia despechada que ya no quiere saber nada con ningún hombre ¿Eso implica que ya no podamos ilusionarnos siquiera con un ascenso? Desde 1999 que el Bohemio bajó a la B Metro se peleó muy pocas veces arriba. No podemos dejar de valorar esto, ser otra vez protagonistas, estar arriba de otros clubes con presupuesto más grueso, darle una nueva oportunidad al corazón y darle el permiso de creer.