Con la finalización de la primera rueda, se terminó el 2016 y, como siempre, es momento de un balance futbolístico. Después del tristísimo desenlace del torneo de transición en el que, ante un estadio repleto, Atlanta se quedó en las puertas del ascenso al no poder superar al campeón Flandria, el objetivo pasó a ser pronto lograr el ascenso esta temporada 2016/2017. Biggeri había cumplido su ciclo luego de luchar sin éxito dos veces por llegar a la B Nacional, y era el turno de Ruiz, quien ya lo había logrado con Almagro en 2015, cuando fue justamente verdugo de Atlanta.
El Bohemio armó un plantel renovado, con algunos nombres importantes gracias a un presupuesto alto para la categoría. En los papeles, ya era candidato. Sin Losada en el arco, sin el símbolo Mancinelli, y con Pons lesionado, Ruiz debió armar un equipo prácticamente desde cero. Sólo mantuvo a la dupla central Alonso-Otermin, e innovó colocando al cuestionado Ezequiel Rodríguez en la posición de volante central más retrasado. El Tucu se convirtió en una pieza clave del equipo desde esa nueva posición. Atlanta tuvo un comienzo de torneo más que prometedor, mostrando todo su poderío de ataque. Ramos apareció en su mejor versión, Peralta fue desequilibrante para llamar la atención de clubes de divisiones superiores, y Dorregaray sorprendió por su capacidad para asociarse al juego colectivo. El Bohemio era un equipo que mataba en el área rival, aunque sufría en la propia. Sin embargo, el nivel fue decayendo con el correr de las fechas hasta llegar a este presente gris. Por supuesto, perdió la punta y se hundió en el enorme pelotón de los que pelean arriba. Expectante, con la posibilidad de volver a retomar la cima, pero con la chance también de seguir cayendo cuesta abajo.
¿Qué pasó con ese Atlanta arrollador? Por un lado, nunca pudo solucionar sus problemas defensivos. En el arco, tanto Medina como Gómez presentaron dudas. En la defensa, Ruiz probó distintos marcadores laterales, tanto en el sector derecho (Monge, Tenaglia, Guerra) como izquierdo (Sánchez, Jerez). Por ahora, ni el DT ni los hinchas parecen convencidos de cuál debería ser la alineación en defensa. De todos modos, si al principio la endeblez defensiva era compensada con una buena dosis de efectividad ofensiva, el rendimiento goleador mermó en las últimas fechas. Cayeron las performances de Ramos, Dorregaray (luego de la lesión) y Peralta, jugadores que habían empezado en un alto nivel. Atlanta se convirtió en un equipo totalmente García dependiente. El Guri fue lo más destacado de la segunda mitad de esta primera rueda, pero no alcanzó su fútbol para que el equipo saliera a flote. Mientras tanto, Ruiz parece a veces desconcertado. Sus planteos extraños y defectuosos ante Morón y UAI Urquiza costaron dos derrotas y el enojo de los hinchas, que en la última fecha despidieron al DT con algunos insultos y reclamos. Se le exige más a un equipo que tiene jerarquía pero deberá encontrarle una vuelta a sus inseguridades abajo, y deberá recuperar el nivel individual de las figuras que sostenían el fútbol que alguna vez supimos ver.
jueves, 22 de diciembre de 2016
domingo, 18 de diciembre de 2016
ATLANTA 1 ACASSUSO 2
Atlanta cerró el 2016 de la peor manera, perdiendo en Villa Crespo frente al débil Acassuso en tiempo de descuento. La clasificación a la Copa Argentina ya estaba asegurada, pero luego de la necesaria vuelta a la victoria en Agronomía el Bohemio debía ratificar su recuperación con un nuevo triunfo que lo permitiera empezar el año cerca de la cima. Sin embargo, todo fue una pesadilla. El conjunto visitante no hizo méritos pero golpeó en los momentos justos: al principio y al final del partido. Sorprendió con un gol en contra de Otermín en el inicio que costó mucho remontar. El local tardó en hacerse del dominio de la pelota tras el golpe tempranero, pero pronto logró poner a Acassuso contra las cuerdas. El empate estaba al caer y llegó cuando el arquero titular visitante salió lesionado: en la primera jugada, Ezequiel Rodríguez metió un frentazo inatajable para emparejar el marcador. Con el 1-1, Atlanta se fue con todo para buscar darlo vuelta.
Sin embargo, no aprovechó sus oportunidades y su protagonismo se fue diluyendo. Desde el banco, los cambios no ayudaron para revitalizar el ataque sino que por el contrario debilitaron las posibilidades del equipo. Dorregaray, en bajo nivel, reemplazó a un movedizo Altobelli. La inclusión de Milton Giménez como tercer centrodelantero y cambiando el esquema táctico generó más confusión. La salida de Guri García, desde hace tiempo el jugador más desequilibrante, era el cambio que faltaba para que las chances del Bohemio se redujeran al mínimo. Desorientado, a Atlanta se le escapaba el tiempo y se hundía en su propia impotencia. Aun sin atacar, se mostraba descompensado atrás. Acassuso aprovechó los espacios y en un contragolpe, en el último minuto, el ex bohemio Bozzoni metió un zurdazo tremendo para silenciar a todo Villa Crespo.
Una dura derrota, inesperada, para un público que esperaba ver la recuperación de su equipo y alimentar las esperanzas para afrontar la segunda mitad del campeonato.
Sin embargo, no aprovechó sus oportunidades y su protagonismo se fue diluyendo. Desde el banco, los cambios no ayudaron para revitalizar el ataque sino que por el contrario debilitaron las posibilidades del equipo. Dorregaray, en bajo nivel, reemplazó a un movedizo Altobelli. La inclusión de Milton Giménez como tercer centrodelantero y cambiando el esquema táctico generó más confusión. La salida de Guri García, desde hace tiempo el jugador más desequilibrante, era el cambio que faltaba para que las chances del Bohemio se redujeran al mínimo. Desorientado, a Atlanta se le escapaba el tiempo y se hundía en su propia impotencia. Aun sin atacar, se mostraba descompensado atrás. Acassuso aprovechó los espacios y en un contragolpe, en el último minuto, el ex bohemio Bozzoni metió un zurdazo tremendo para silenciar a todo Villa Crespo.
Una dura derrota, inesperada, para un público que esperaba ver la recuperación de su equipo y alimentar las esperanzas para afrontar la segunda mitad del campeonato.
sábado, 10 de diciembre de 2016
COMU 0 ATLANTA 1
(Fotos: Jorge de Gregorio)
Un triunfo vital consiguió Atlanta en su visita a Agronomía, luego de una larga sequía de 5 partidos sin ganar que significó su peor momento en el campeonato. En el anteúltimo encuentro de este 2016, el Bohemio necesitaba la victoria para no seguir en caída libre en la tabla de posiciones, afrontar con algo más de confianza la segunda parte del torneo, y para buscar también el objetivo no menor de clasificar a la Copa Argentina. Ahora deberá ratificar su recuperación cuando reciba a Acassuso.
No le sobró nada al equipo de Ruiz para vencer a Comunicaciones, otro conjunto que en las primeras fechas venía peleando palmo a palmo y se cayó en las últimas fechas. El DT decidió volver a incluir a los mismos once que habían mostrado una mejora colectiva en el empate ante Estudiantes. El comienzo sin embargo no fue nada bueno. En buena parte del primer tiempo el dominador fue el local. Tuvo más la pelota y con sus llegadas era una fuera amenaza para el arco de Agustín Gómez. Atlanta pudo recuperarse de la mano de la conducción de Gurí García, el jugador clave en los últimos encuentros. El Bohemio emparejó el juego y llegó con peligro, pero nuevamente los delanteros no estaban en un buen momento. En el segundo tiempo, el destino torció el rumbo. Si en anteriores oportunidades Atlanta no había logrado llevarse el triunfo por su falta de definición, esta vez pudo aparecer el goleador Leo Ramos para peinar un buen centro de García y marcar el gol de los tres puntos. Con eso alcanzó. En el segundo tiempo el conjunto visitante fue más. Pese a resguardarse en cambios defensivos (Tenaglia entró por Ramos y Monge pasó a ser el volante derecho), Atlanta no sufrió tanto porque Comu no pudo generar chances claras para empatarlo. Incluso, pudo haber estado más cerca el segundo en algún contragolpe.
miércoles, 30 de noviembre de 2016
Lo barato sale caro
Teniendo uno de los presupuestos más altos de la categoría, muchos hinchas aparecen enojados con el rendimiento insatisfactorio de un equipo del que se esperaba más. Como ante cada crisis, la solución obvia y simple se busca por oposición a la realidad que no nos conforma. Claro que la realidad presenta una multiplicidad de elementos y resulta difícil distinguir cuál (o cuáles) es la causa del problema. Ahora pareciera que el problema radica en contar con un plantel caro, con jugadores que cobran grandes sueldos pero no rinden. Surge la hipótesis del plantel barato, con jugadores buenos pero que cobren bajos sueldos. Humildes, con hambre de gloria. Supongamos por un momento que existen varios buenos jugadores subvalorados con los cuales se pueda armar un plantel que ascienda (y no digo pelear el ascenso porque eso ya es insuficiente, ya lo hemos tenido de sobra estos años). Supongamos que sólo Atlanta quiere a esos jugadores y ningún otro club los quiere (porque en caso de que otro los quiera, por ley de oferta y demanda, el contrato sería cada vez más alto a medida que aumenta la competencia). Supongamos que tenemos el plantel barato, que las cuentas están claras, y que tenemos los buenos jugadores que nos permitan ser superiores al resto de los rivales. Ahora estos hombres deberán bancarse la presión desde la primera fecha. Atlanta es uno de los tres o cuatro equipos de la categoría en los que la obligación no es otra que ascender y cualquier otro resultado es un fracaso deportivo. Los hinchas lo hacen saber. No hay mucho tiempo para un proyecto de trabajo, para esperar resultados. Nosotros somos Atlanta, tenemos que ganar siempre, superar a todos los rivales, tener a los mejores jugadores ¡y que además cobren sueldos bajos!
martes, 29 de noviembre de 2016
ATLANTA 0 ESTUDIANTES 0
No alcanza el alivio de una mejora futbolística porque los números siguen sin cerrar y Atlanta continúa perdiendo terreno en el campeonato. La caída no tiene fin mientras el Bohemio se estanca en su sequía goleadora: lleva cinco sin poder ganar. La fecha libre será la oportunidad para que varios equipos lo superen en la tabla. La necesidad de triunfos es apremiante.
Por lo menos, esta vez el equipo se retiró con merecidos aplausos pese a no poder quebrar a Estudiantes, otro que venía entonado pero se fue cayendo en las últimas presentaciones. El visitante vino apenas a intentar llevarse un punto y logró, con un a propuesta poco ambiciosa. Atlanta sufrió poco en defensa y fue superior al conjunto de Caseros, pero nuevamente falló en la definición. Como en la segunda etapa ante UAI Urquiza, generó las situaciones de peligro y sólo le faltó concretar. El dominio no fue total ni absoluto, pero el equipo de Ruiz hizo los méritos como para ganarlo, especialmente en un segundo tiempo en que convirtió en figura excluyente al arquero Pucheta. Esta vez el mediocampo recuperó parcialmente su nivel de despliegue y juego, y la inclusión de Altobelli para volver a jugar con doble nueve fue positiva para el fútbol del equipo. Atlanta tuvo más peso en el área. Sobretodo desde la banda de Peralta, se cansó de desbordar y así llegaron las chances más claras. ¿Faltó una cuota de suerte? ¿Pericia ofensiva? Lo cierto es que quedó lejos la contundencia y efectividad de aquel equipo que mataba en el inicio del torneo por su poderío de gol.
Por lo menos, esta vez el equipo se retiró con merecidos aplausos pese a no poder quebrar a Estudiantes, otro que venía entonado pero se fue cayendo en las últimas presentaciones. El visitante vino apenas a intentar llevarse un punto y logró, con un a propuesta poco ambiciosa. Atlanta sufrió poco en defensa y fue superior al conjunto de Caseros, pero nuevamente falló en la definición. Como en la segunda etapa ante UAI Urquiza, generó las situaciones de peligro y sólo le faltó concretar. El dominio no fue total ni absoluto, pero el equipo de Ruiz hizo los méritos como para ganarlo, especialmente en un segundo tiempo en que convirtió en figura excluyente al arquero Pucheta. Esta vez el mediocampo recuperó parcialmente su nivel de despliegue y juego, y la inclusión de Altobelli para volver a jugar con doble nueve fue positiva para el fútbol del equipo. Atlanta tuvo más peso en el área. Sobretodo desde la banda de Peralta, se cansó de desbordar y así llegaron las chances más claras. ¿Faltó una cuota de suerte? ¿Pericia ofensiva? Lo cierto es que quedó lejos la contundencia y efectividad de aquel equipo que mataba en el inicio del torneo por su poderío de gol.
viernes, 25 de noviembre de 2016
Volvió Sentimiento, en forma de fichas de archivo
Sentimiento Bohemio vuelve a la nube. No, no habrá nuevas notas ni verá allí nada sobre la actualidad que tanto nos desvela. Solamente se irá subiendo a www.sentimientobohemio.wordpress.com el material de archivo que supo acumular la página partidaria del club más reconocida dentro y fuera del ámbito bohemio.
SB funcionó entre 1999 y 2014, en un mundo muy diferente al que vivimos hoy. El formato y el estilo que lo caracterizaron durante década y media no pudo sobrevivir a la invasión de las redes sociales y los dispositivos móviles. Surgió una nueva forma de informar y de leer, a la que SB nunca pudo ni quiso adaptarse. Hoy la información llega al instante, cruda, sin procesamiento alguno, sin redacción, sin análisis. El lector la devora y busca su siguiente presa con el scroll. La quiere ya, y en menos de 140 caracteres. Lo que pasó ayer, anteayer, ya es obsoleto. Quiere saber lo que está ocurriendo en este preciso momento, y anticipar lo que ocurrirá después. No importa si un pase se cae porque se desliza un nombre de un posible refuerzo. Todo sea por alimentar la vorágine de la información instantánea.
Lo que quedó del desguace de un medio periodístico de otra era de la comunicación fue por suerte un riquísimo material centrado sobretodo en la enorme historia de Atlanta. Por suerte es un material que nunca será inútil, obsoleto, sino que es eterno, infinito, atemporal. Hay detrás una gran dedicación de esfuerzo y una romántica pasión por la Verdad, el Bien y la Belleza.
SB funcionó entre 1999 y 2014, en un mundo muy diferente al que vivimos hoy. El formato y el estilo que lo caracterizaron durante década y media no pudo sobrevivir a la invasión de las redes sociales y los dispositivos móviles. Surgió una nueva forma de informar y de leer, a la que SB nunca pudo ni quiso adaptarse. Hoy la información llega al instante, cruda, sin procesamiento alguno, sin redacción, sin análisis. El lector la devora y busca su siguiente presa con el scroll. La quiere ya, y en menos de 140 caracteres. Lo que pasó ayer, anteayer, ya es obsoleto. Quiere saber lo que está ocurriendo en este preciso momento, y anticipar lo que ocurrirá después. No importa si un pase se cae porque se desliza un nombre de un posible refuerzo. Todo sea por alimentar la vorágine de la información instantánea.
Lo que quedó del desguace de un medio periodístico de otra era de la comunicación fue por suerte un riquísimo material centrado sobretodo en la enorme historia de Atlanta. Por suerte es un material que nunca será inútil, obsoleto, sino que es eterno, infinito, atemporal. Hay detrás una gran dedicación de esfuerzo y una romántica pasión por la Verdad, el Bien y la Belleza.
miércoles, 23 de noviembre de 2016
UAI URQUIZA 1 ATLANTA 0
Se vino abajo el equipo que arrancó con todo el campeonato, la sensación, el gran candidato. Perdido, confundido, no consigue resultados y se diluye entre el pelotón de la mediocridad. Lo más preocupante es que no aprende de sus errores. Como en aquella primera derrota ante Morón, Ruiz pateó el tablero con cambios difíciles de comprender. El desenlace fue el mismo: en el entretiempo debió incluir a los buenos jugadores en la cancha, el equipo mejoró, pero no pudo torcer el desenlace final de una derrota dolorosa y evitable. El técnico regaló el primer tiempo parando un once sin alma, sin fútbol, que fue superado por UAI Urquiza. El local se puso en ventaja gracias a una nueva ingenuidad en el fondo bohemio, y pudo haber aumentado la cuenta con un tiro en el travesaño. Atlanta no jugaba a nada. No tenía generación de juego ni jerarquía individual para quebrar a un rival ordenado, sacrificado. En el entretiempo, la salida de Igartúa era cantada, al igual que las inclusiones de los relegados Seijas y Peralta. Sin embargo, Ruiz sorprendió completamente al armar un 3-4-1-2 con Rodríguez como líbero, y Guri García de enganche. Con una disposición más ofensiva y jugadores de mayor peso propio, la cosa fue distinta. Pronto el Bohemio se puso el traje de protagonista y empezó a acorralar al local a fuerza de buenas asociaciones ofensivas y agresividad. Peralta entró enchufado, se asoció con García, y Atlanta generó las chances que no había generado en el primer tiempo. Y de sobra. Fueron cinco clarísimas, pero falló en la definición. Mal momento de los delanteros del equipo, sin gol. No le alcanzó el buen segundo tiempo al Bohemio. Fue superior y mereció llevarse al menos un empate. La derrota fue un castigo por haber regalado increíblemente la mitad del partido. Y regalado también la punta.
sábado, 19 de noviembre de 2016
TRISTÁN SUÁREZ 2 ATLANTA 2
Con esta perfomance será difícil mantener el puesto de privilegio. Habiendo obtenido 2 de los últimos 9 puntos disputados, y con muchas dudas en el nivel de juego, Atlanta por ahora sigue puntero pero sus rivales directos son cada vez más y están más cerca. En Ezeiza, se presentaba un partido para ganar, pero sólo se llevó un punto ante Tristán Suárez. Fue un encuentro muy abierto, con dos equipos que defendieron muy mal, regalando espacios y ofreciendo ventajas a los delanteros. Como los dos querían ganar, se dio un partido de ida y vuelta, muy cambiante, con resultado incierto hasta el último segundo.
Respecto de las presentaciones anteriores, el Bohemio recuperó la capacidad de generar una buena cantidad de peligro en el arco rival. Tuvo llegadas y gol, pero le faltó consistencia en el juego y seguridad en defensa. Agustín Gómez tuvo una gran actuación evitando más caídas en su arco, pero el local llegó en varias oportunidades y de forma muy clara. Además de los problemas en la marca, el mediocampo volvió a verse desdibujado. Rodríguez recién mejoró en la segunda etapa, Peralta no apareció con su poder de desequilibrio. García fue nuevamente lo más destacado, sobretodo en un primer tiempo de gran nivel individual y en el que marcó su primer gol con esta camiseta. Los delanteros no tuvieron una buena tarde.
Otro tema preocupante es la falta de variantes positivas para el equipo. La decisión de Ruiz de sacar a García y Peralta, los dos jugadores con mayor talento ofensivo, es muy cuestionable, ya que en el banco no tiene jugadores de jerarquía. El técnico ha probado incluir a diversos relevos últimamente, pero no han podido aportar lo que el equipo necesitaba.
Respecto de las presentaciones anteriores, el Bohemio recuperó la capacidad de generar una buena cantidad de peligro en el arco rival. Tuvo llegadas y gol, pero le faltó consistencia en el juego y seguridad en defensa. Agustín Gómez tuvo una gran actuación evitando más caídas en su arco, pero el local llegó en varias oportunidades y de forma muy clara. Además de los problemas en la marca, el mediocampo volvió a verse desdibujado. Rodríguez recién mejoró en la segunda etapa, Peralta no apareció con su poder de desequilibrio. García fue nuevamente lo más destacado, sobretodo en un primer tiempo de gran nivel individual y en el que marcó su primer gol con esta camiseta. Los delanteros no tuvieron una buena tarde.
Otro tema preocupante es la falta de variantes positivas para el equipo. La decisión de Ruiz de sacar a García y Peralta, los dos jugadores con mayor talento ofensivo, es muy cuestionable, ya que en el banco no tiene jugadores de jerarquía. El técnico ha probado incluir a diversos relevos últimamente, pero no han podido aportar lo que el equipo necesitaba.
jueves, 17 de noviembre de 2016
ATLANTA 0 RIESTRA 1
Después de un año, Atlanta volvió a perder como local. La fortaleza de Villa Crespo se quebró, y ahora comparte la punta con Comunicaciones, además de tener atrás a varios perseguidores muy cerca. Pero más preocupante que la derrota en sí misma es el nivel exhibido en éste y en otros partidos anteriores, en donde el Bohemio perdió el volumen de juego y la contundencia en el arco rival. Una mayor seguridad defensiva (que antes faltaba) no compensa esta enorme carencia ofensiva que mostró el equipo en sus últimas versiones. Porque ayer no mereció perder: el partido era un 0-0 clavado. Pero Riestra embocó su única chance clara que tuvo a poco del final y eso le alcanzó para llevarse una victoria impensada, un premio excesivo.
El dato fuerte es que el conjunto de Ruiz no logró generar una sola situación real de peligro en todo el encuentro. Apenas tuvo 10 minutos iniciales en los cuales arrancó con todo y amagó con volver a su mejor faceta, pero luego se estancó y se hundió en su propia confusión. Riestra por momentos dominó el trámite y generó terribles dolores de cabeza gracias al talento de Ortiz, que volvió locos a todos los jugadores locales. Nunca lo pudieron parar. Lo de Atlanta fue pobre. Gómez casi no tuvo que intervenir, la defensa estuvo firme, pero en el mediocampo y el ataque los rendimientos individuales fueron muy bajos. Difícil que las cosas salgan bien cuando Peralta, Rodríguez, Seijas y Ramos, todos juntos, no pueden asociarse y suman imprecisiones, equivocaciones. García fue el único que siempre intentó. Desde su rol de conductor, aportó su cuota de fútbol. Pero no alcanzó con un único jugador, lógicamente. Los cambios tampoco ayudaron sino que por el contrario le quitaron posibilidades ofensivas al equipo. Quizá sea momento de probar otras variantes en el medio y el ataque a la hora de mover el banco, al menos mientras se recuperan los lesionados. Ahora se vienen partidos duros y el equipo no está en su mejor momento. Es tiempo de recuperar la memoria pronto.
El dato fuerte es que el conjunto de Ruiz no logró generar una sola situación real de peligro en todo el encuentro. Apenas tuvo 10 minutos iniciales en los cuales arrancó con todo y amagó con volver a su mejor faceta, pero luego se estancó y se hundió en su propia confusión. Riestra por momentos dominó el trámite y generó terribles dolores de cabeza gracias al talento de Ortiz, que volvió locos a todos los jugadores locales. Nunca lo pudieron parar. Lo de Atlanta fue pobre. Gómez casi no tuvo que intervenir, la defensa estuvo firme, pero en el mediocampo y el ataque los rendimientos individuales fueron muy bajos. Difícil que las cosas salgan bien cuando Peralta, Rodríguez, Seijas y Ramos, todos juntos, no pueden asociarse y suman imprecisiones, equivocaciones. García fue el único que siempre intentó. Desde su rol de conductor, aportó su cuota de fútbol. Pero no alcanzó con un único jugador, lógicamente. Los cambios tampoco ayudaron sino que por el contrario le quitaron posibilidades ofensivas al equipo. Quizá sea momento de probar otras variantes en el medio y el ataque a la hora de mover el banco, al menos mientras se recuperan los lesionados. Ahora se vienen partidos duros y el equipo no está en su mejor momento. Es tiempo de recuperar la memoria pronto.
domingo, 30 de octubre de 2016
ATLANTA 1 ALMIRANTE 0
Nueva victoria de Atlanta para asegurarse quedar como único puntero al término de esta fecha. Volvió a recuperar la posición de privilegio luego de dos triunfos consecutivos y un regreso también a un fútbol de elevado nivel. No fue cómodo el triunfo: se sufrió hasta la última jugada, pero el conjunto de Ruiz fue muy superior a Almirante Brown y le ganó merecidamente. La producción en el primer tiempo fue muy buena, aunque no tuvo la efectividad de otros partidos. Igual le alcanzó para establecer una diferencia en el marcador que terminó siendo definitiva, gracias a un gol de laboratorio que culminó con una zurda letal del 9 del equipo, Leo Ramos. En aquella primera etapa, el Bohemio fue mucho más porque insistió constantemente en ser protagonista, intentando quebrar a su rival con juego asociado y buen pie. Pese al mal partido de Peralta, que venía de anotar un triplete en la Isla Maciel, Gurí García logró encontrar como socio a un encendido Julián Barría. El pibe de las Inferiores aprovechó su chance como titular por la lesión de Dorregaray y fue una de las figuras, importante para el dominio futbolístico del local en el primer tiempo.
En la segunda parte, en cambio, el equipo de Ruiz se desdibujó. Se notó el cansancio de García, que ya no pudo desequilibrar. El técnico intentó darle más aire colocándolo como mediapunta, ubicando a Tolosa como carrilero. Sólo el despliegue y el manejo de los enormes Seijas y Rodríguez en el mediocampo mantuvieron indemne a un equipo que estaba desordenado, confundido. Almirante aprovechó su momento y se vino al ataque, buscando la igualdad. Atlanta no logró volver a hacerse dueño del partido y terminó sufriendo en cada pelota del rival, aunque por suerte logró mantener en cero su valla y llevarse tres puntos importantes para seguir prendidos en la pelea grande.
En la segunda parte, en cambio, el equipo de Ruiz se desdibujó. Se notó el cansancio de García, que ya no pudo desequilibrar. El técnico intentó darle más aire colocándolo como mediapunta, ubicando a Tolosa como carrilero. Sólo el despliegue y el manejo de los enormes Seijas y Rodríguez en el mediocampo mantuvieron indemne a un equipo que estaba desordenado, confundido. Almirante aprovechó su momento y se vino al ataque, buscando la igualdad. Atlanta no logró volver a hacerse dueño del partido y terminó sufriendo en cada pelota del rival, aunque por suerte logró mantener en cero su valla y llevarse tres puntos importantes para seguir prendidos en la pelea grande.
sábado, 22 de octubre de 2016
ATLANTA 0 PLATENSE 0
Segundo 0-0 consecutivo y una sola victoria en los últimos cuatro partidos muestran la merma en el rendimiento de Atlanta y explican porqué perdió la punta. Otra vez el Bohemio estuvo flojo en el juego y no pudo quebrar a su rival. Platense, en un momento crítico, vino a Villa Crespo con el único objetivo de apostar al empate y lo logró. Para eso, recurrió a un esquema netamente defensivo y se dedicó a destruir el juego, muchas veces abusando de la violencia. El árbitro Vigliano fue totalmente cómplice del accionar del visitante, ya que en su afán por "controlar" el partido y evitar expulsiones en un primer tiempo agitado, castigó insuficientemente al Calamar. El 3 visitante se salvó increíblemente de una segunda amarilla indiscutible y al rato Kopriva lo sacó para evitar quedarse con uno menos. Hizo bien: no se entiende porqué Vigliano no lo expulsó, pero con fallos como éste perjudicó claramente a Atlanta. Los jugadores locales se pusieron nerviosos y no ayudó a clarificar un juego que venía turbio, opaco.
El conjunto de Ruiz fue superior a un Platense mezquino que no pateó al arco en todo el partido, pero no le alcanzó para ganarlo. Es que no fue el mismo Atlanta de otros partidos, con alto vuelo futbolístico, con volumen de juego. Fue el que propuso, el que intentó ser protagonista, pero llegó poco. Las más claras las tuvieron Altobelli en el inicio del encuentro y Tolosa a poco del final. Peralta no desequilibró y los centrodelanteros perdieron mucho ante los centrales. García no pudo asociarse. Previtali no tuvo una buena actuación reemplazado al sancionado Seijas. Los cambios tampoco ayudaron sino que aportaron algo de desorden y confusión al equipo en un momento en que Platense sintió incluso que podía animarse a un poco más.
Ruiz deberá volver a encontrar la buena senda. El equipo ganó en seguridad defensiva (lleva tres seguidos con la valla invicta) pero perdió el poder goleador que lo caracterizaba en los primeros partidos.
domingo, 9 de octubre de 2016
ATLANTA 1 BARRACAS 0
Gran triunfo de Atlanta, para reafirmar su condición de líder y candidato, en un partido difícil justamente ante otro candidato: Barracas Central, el conjunto de la billetera abultada. Villa Crespo fue así una fiesta en una ideal tarde soleada de domingo. Se sabía que iba a ser un encuentro chivo, complicado, y era la chance de ver cómo respondía el equipo ante este desafío. Fernando Ruiz se decidió por el esquema 4-3-1-2 para darle más libertad a García, pero el sistema fue mutando y por momentos García jugó como volante por derecha, como lo venía haciendo en anteriores partidos, para cubrir espacios en la marca. El primer tiempo mostró una imagen más bien pálida de Atlanta. Confundido tácticamente, al principio no pudo hacerse de la pelota y se vio levemente dominado por Barracas, que intentó ser protagonista, con Juan Martín como principal arma de ataque. El mediocampo no tenía presencia y el Bohemio no podía generar juego.
Hacia el final de la primera etapa el local fue afirmándose, aceitando su juego, y emparejó el trámite, ilusionando a sus hinchas con volver a ver el fútbol con que se había lucido en otras presentaciones. Atlanta salió muy decidido en la segunda parte a ganar el partido, con un importante volumen de juego y agresividad ofensiva. Ramos fue fundamental arriba y, aunque esta vez no apareció Peralta, crecieron las figuras de Seijas y Rodríguez. Interesante la tarea de Guerra en su polémica posición de lateral derecho: el volante jugó esta vez como para ganarse el puesto. Sin embargo, todos los flashes (si se hubiera jugado de noche) fueron para Leonel Altobelli, que en la primera pelota que tocó inventó un gol a partir de una jugada que no era de peligro. El centrodelantero la peinó y encontró adelantado a Elías Gómez para poner el 1-0, el gol de la victoria. A partir de ahí todo se le hizo más sencillo a Atlanta, que de todas maneras había hecho los méritos más que suficientes para ganarlo. Barracas entró en nervios y terminó quedando con nueve jugadores. Claro que eso no evitó el sufrimiento bohemio. Pese a la ventaja numérica, el marcador era ajustado y no podía liquidarlo ni monopolizar la pelota. De todas formas, poco pudo hacer el visitante para inquietar seriamente. Los tres puntos quedaron en casa.
jueves, 6 de octubre de 2016
Cuentas claras
El dramático caso de Estudiantes de San Luis escandaliza al mundo futbolístico, pero esconde detrás cientos de casos más que pintan una realidad crítica del fútbol argentino. El caso muestra gráficamente los inconvenientes del gerenciamiento, que endulza a los socios con grandes inversiones que pueden traer cegadores éxitos deportivos, pero a la larga, cuando el negocio deja de ser rentable, da lugar a la retirada y el club queda a la deriva. Ante la amenaza de una desafiliación, ahora el Gobierno de San Luis pretende hacerse cargo de los gastos del club. No es una solución. Por el contrario, es otra cara del mismo problema.
El fútbol argentino es inviable en la medida que fondos externos (no genuinos) aparecen para pagar los enormes presupuestos de los planteles, con los exorbitantes sueldos de los jugadores. El contexto deja a los clubes honestos, que pretenden mantener las finanzas ordenadas y armar un plantel acorde a sus propios recursos, en una situación de clara inferioridad y desventaja en cuanto a competitividad. Es así que de repente aparecen pequeños clubes apadrinados por algún mecenas logrando varios ascensos consecutivos y ocupando un lugar inédito en el fútbol argentino. Claro que en general nadie pone plata por amor. Los objetivos de estos mecenas pueden ser de distinta índole: lavado de dinero, proyección política, negocios, etc. Si el objetivo es oscuro, más oscuro puede ser su origen: narcotraficantes, sindicalistas y empresarios corruptos, dirigentes políticos. La intervención de gobiernos provinciales e intendencias municipales, en contacto íntimo con sus clubes, da una ventaja a los clubes del Interior, aparentando un federalismo inexistente. Los ejemplos ya los conocemos todos. No hace falta más que analizar las campañas de los últimos años y googlear un poco para saber porqué ese equipo está ahí donde está. No compremos los espejitos de colores, no creamos en el chamuyo.
miércoles, 28 de septiembre de 2016
Rompecabezas táctico
En el único líder de la B Metro se ha encendido una gran ilusión por el implacable rendimiento ofensivo del equipo en estas primeras seis fechas. Sin embargo, no todo es satisfacción en Villa Crespo. Hay aspectos que preocupan a los hinchas y también al técnico Ruiz, que en varias ocasiones ha ensayado importantes cambios tácticos y de jugadores con el fin de solucionar los problemas que han ido apareciendo.
Uno de los puntos más flojos este campeonato parece estar en el arco. Alejandro Medina no dio seguridad, especialmente en las pelotas aéreas. Sin dominar el área, el arquero no da confianza. Todavía no cometió errores groseros que hayan costado goles, pero no ha tenido buenas actuaciones y los murmullos se hacen sentir. En el banco espera Agustín Gómez, quien no tuvo un buen primer ciclo en el Bohemio pero fue el arquero titular con el que Ruiz ascendió a Almagro. Gómez llegó a pedido del entrenador, y no sería de extrañar que en algún momento decida incluirlo, si Medina no mejora su rendimiento.
En la defensa aparecen más problemas. Monge llegó para ser el lateral derecho, pero no conformó y el DT improvisó en ese puesto a Guerra. El problema sin embargo no está solucionado. A menos que pruebe con el juvenil Tenaglia, asoma como opción Ezequiel Vicente, quien es tradicionalmente un marcador central. Vicente podría entrar como un improvisado lateral, reemplazando a Alonso o como stopper para armar una línea de tres. Porque está claro que el problema defensivo no es solamente el sector derecho sino un tema estructural del equipo. La idea de armar línea de tres sería una apuesta muy arriesgada, poco recomendada quizá para un equipo que ya de por sí es débil defensivamente, pero sería coherente con la necesidad de que Guri García abandone su posición de volante por derecha, y pase a jugar de enganche, suelto, en un 3-4-1-2. Ya demostró que no siente jugar sobre la banda, con obligación en la marca, y de 10 puede juntarse mejor con el otro talentoso, Nahuel Peralta. El tema sería quién sería el carrilero derecho con este hipotético esquema. ¿Guerra sería nuevamente una opción para aportar cierto sacrificio? ¿Barría sería una alternativa demasiado arriesgada?
Otra posibilidad es armar un 4-3-1-2 para mantener una más conservadora línea de cuatro y acomodar a García de enganche. Esto implicaría que Seijas se acomode como interior derecho, que Rodríguez sea único 5, que el lateral derecho se asocie al juego y pase al ataque, y que Peralta juegue como interior, cuando su natural posición es la de carrilero, bien abierto por la punta.
Finalmente, un 4-2-3-1 que tan de moda se ha puesto en los últimos tiempos permitiría mantener el doble cinco, el enganche y a Peralta por la punta, pero habría que sacrificar a uno de los dos centrodelanteros, que están pasando por un gran momento. Una alternativa que parece poco probable en la mente de Ruiz.
Las piezas están. El DT debe armar el rompecabezas.
martes, 27 de septiembre de 2016
ATLANTA 3 SAN CARLOS 3
Aplausos finales acompañados de lamentos por no haber podido dar vuelta completamente la historia. La ambigüedad anímica de un empate que deja sensaciones encontradas. Por un lado, en los papeles, Atlanta estaba obligado a vencer a un débil rival como Villa San Carlos en condición de local, para estirar su ventaja en la punta. Sin embargo, tras un primer tiempo pésimo en el que quedó dos goles abajo, el Bohemio supo reaccionar y rescatar un punto. Claro que, sobre el final, y con un jugador de más, se podría haber ganado. De ahí el lamento por la imposibilidad de lograr una heroica remontada.
Al partido no le faltaron emociones. Así es el trámite que propone Atlanta, un equipo desequilibrado que ofrece con generosidad su vocación por el ataque, pero que se descuida atrás y todavía no ha logrado encontrar seguridad defensiva. El arranque con golazo tempranero de Peralta permitía suponer una victoria tranquila y holgada, una fiesta en Villa Crespo. Pero el conjunto de Ruiz tuvo su peor encuentro defensivamente en este torneo, y regaló amplios espacios y facilidades para que se anime un San Carlos audaz, que puso la pelota en el piso y se propuso dañar al local. La sucesión de errores defensivos y el mérito propio del visitante pusieron pronto el marcador en un sorpresivo 1-3. El primer tiempo del Bohemio fue muy malo. Generó muy poco peligro, no pudo desarrollar su juego. El mediocampo no paraba a nadie y la defensa hacía agua. Rendimientos individuales muy bajos, preocupantes, con excepción de un encendido Peralta.
Para la segunda etapa, Ruiz decidió cambios drásticos. Sacó a los dos marcadores de punta y armó línea de tres abajo incorporando a Vicente. Barría reemplazó a García en la banda derecha y el Guri pasó a jugar suelto, de enganche. Los cambios fueron altamente positivos y beneficiosos para el juego. Si bien con la línea de tres el equipo vivió al límite todo el segundo tiempo, con riesgo de recibir un cuarto y letal gol en contra, Atlanta logró dominar y llegar con más claridad. García había sufrido por la banda y fue muy importante en su posición creativa, juntándose con Ramos y Peralta. El 9 definió muy bien en dos oportunidades para conseguir un empate.
Atlanta es puntero, cuando un inminente paro amenaza con suspender la actividad por tiempo indeterminado. No pudo ratificar su autoridad como candidato, pero volvió a demostrar su jerarquía y poderío ofensivos. Todavía deberá trabajar para arreglar los problemas en la marca. ¿Pensará Ruiz en algún cambio táctico y/o de nombres?
lunes, 19 de septiembre de 2016
ESPAÑOL 0 ATLANTA 2
El Bohemio impuso su autoridad en el Bajo Flores y se llevó un triunfo justo, cómodo, para seguir sumando de a tres y mantenerse en la punta del torneo. Esta vez no se lució, no brilló por su juego ofensivo y generoso, pero igualmente ganó bien, sin sobresaltos. Ruiz repitió el mismo once que había vencido a Excursionistas, pero el primer tiempo fue chato, trabado y sin luces. El trámite era parejo, y Atlanta no podía hacerse del balón. Cada vez que lo tenía, apostaba al pelotazo a sus dos centrodelanteros, sin hacer pasar la pelota por los mejores pies del equipo. En el juego asociado, Atlanta no podía superar en esos términos a un rival limitado pero que por su localía se veía obligado a ir a buscarlo. La diferencia la marcó el Bohemio en el excelente manejo de la pelota parada como arma ofensiva. Mediante esta herramienta, hizo daño a Español en la primera etapa. Ante la falta de generación de fútbol por abajo, el conjunto de Ruiz se hizo fuerte de arriba, gracias a la exquisita pegada de Peralta. Así llegó la apertura del marcador, con cabezazo de Leo Ramos.
En el segundo tiempo, el anticipo tempranero del optimista Dorregaray selló el 2-0 y una pronta liquidación del partido. La diferencia de dos goles fue un duro golpe para el local, que no tuvo fuerza anímica para creer en una remontada. Y a su vez fue una inyección de confianza para Atlanta que, con mayor tranquilidad y seguridad, empezó a hacerse dueño del partido, a controlarlo a su antojo y manejar la pelota. Terminó ganándolo con gran autoridad, y pudo haber aumentado la diferencia. El equipo dirigido por Ruiz sigue creciendo y demostrando que puede ser tildado como uno de los candidatos.
sábado, 10 de septiembre de 2016
ATLANTA 3 EXCURSIONISTAS 1
Gran triunfo de Atlanta en Villa Crespo, dejando atrás rápidamente la mala imagen dejada en Morón. Fue una gran actuación en un mediodía soleado en que la gente disfrutó a pleno. Fernando Ruiz entendió que no podía repetir una deformación como la del último miércoles, y dispuso un esquema netamente ofensivo para enfrentar al equipo recientemente ascendido desde la Primera C. Disconforme con el rendimiento de Monge, improvisó nuevamente a Guerra como lateral derecho, y pobló el mediocampo con jugadores habilidosos, que tienen el arco de enfrente siempre en la mira.
De todos modos, el partido no empezó como se esperaba. Excursio manejó bien las pelotas paradas y se puso pronto en ventaja con un cabezazo. Sin embargo, el veranito al visitante le duró poco. Atlanta se puso los pantalones, empezó a jugar al fútbol y lo dio vuelta muy rápidamente: lo empató por intermedio de Dorregaray tras gran habilitación de Ramos y se puso arriba con un cabezazo de Rodríguez. El primer tiempo mostró una exhibición futbolística de alto nivel por parte del Bohemio, con un juego vertical, agresivo. García y Peralta hicieron estragos por las puntas, y Rodríguez se convertía nuevamente en la figura del partido recuperando en defensa y clarificando el juego. Atlanta tuvo varias llegadas claras para aumentar la diferencia pero falló en la definición. También tuvo algunas el visitante, pese a no manejar la pelota. El conjunto de Ruiz se despachaba en ataque pero no lograba encontrar el equilibrio y afirmarse en defensa.
Con una defensa poco segura y jugadores que empezaban a perder aire y sufrir el gasto físico, parecía que iba a ser un segundo tiempo para sufrir, como ocurrió con Talleres. La renovación y la reactivación del equipo llegaron con los cambios. Atlanta volvió a tomar protagonismo: Altobelli y Previtali entraron bien y se conectaron con el circuito de juego. Peralta, que fue clave en la segunda etapa, liquidó el pleito tras un generoso pase de Altobelli. Luego, fue todo de Atlanta, que controló el juego y sólo debió esperar a que el reloj diera su veredicto. Y Ruiz tuvo la chance de probar a Vicente, habitualmente central, como lateral derecho, en un puesto que todavía no tiene definido.
En definitiva Atlanta recuperó la memoria y le ganó muy bien a Excursionistas, un rival para respetar en este torneo. Por este camino, el Bohemio puede ilusionarse.
jueves, 8 de septiembre de 2016
MORON 2 ATLANTA 1
Luego de dos victorias iniciales que habían encendido la ilusión en Villa Crespo, llegó una derrota que significa un golpe duro. Era la oportunidad de demostrar en Morón que Atlanta podía ser un candidato, pero en vez de avanzar retrocedió varios pasos. Sorprendió para mal el planteo táctico que propuso Fernando Ruiz para este partido. Con Seijas y Peralta disminuidos físicamente tras el último encuentro, decidió sustituir a estas dos figuras de vocación ofensiva por Marrone y Jerez, dos jugadores de marca. El técnico tomó demasiados recaudos ante un rival que puede ser uno de los más fuertes de la categoría, pero que venía en un mal momento. Además, ningún rival de la B Metro amerita disponer en el campo siete jugadores de preponderancia defensiva. Lo más ilógico es que cambió totalmente su idea de juego luego de dos triunfos jugando bien.
Lo cierto es que Atlanta sufrió el primer tiempo de principio a fin. Con Guerra y Sánchez como carrileros, sin un socio para Rodríguez (otra vez el mejor del equipo) en la mitad de la cancha, no se generaron situaciones de peligro. Los dos nueves cumplieron una muy pobre actuación aunque no fueron abastecidos. Y sin embargo, la acumulación de jugadores de marca no implicó mayor seguridad defensiva. Por el contrario, el Bohemio nunca pudo hacer pie (literalmente). Confundido, sin ideas, terminó siendo la víctima perfecta de un Morón que necesitaba atacar y recuperarse. Sin llegar mucho, el local dominó la pelota y se puso arriba con un disparo cruzado de Akerman. La diferencia parcial era justa.
Para el segundo tiempo, estaba cantado que Ruiz debía desarmar el monstruo que había construido para la ocasión. García y Seijas ingresaron para darle fútbol al equipo, e increíblemente el shock funcionó al instante. Avisó pronto con un gol anulado, y poco después llegaba el empate por intermedio de Otermin, nuevamente gracias a la pelota parada que encuentra en Seijas, García y Peralta muy buenos ejecutantes. El arranque furioso y la vuelta a las fuentes le permitían volver a respirar con tranquilidad. Se podía suponer que con el envión futbolístico y anímico Atlanta podía darlo vuelta, sin embargo el juego se emparejó y Morón volvió a asumir el protagonismo nuevamente. Akerman volvió a aparecer y puso el 2-1. Al Bohemio no le alcanzó con sus momentos de fútbol. Regaló un tiempo y lo pagó caro. Para colmo, nuevamente el arbitraje volvió a ser polémico, con dos goles anulados, uno de ellos en tiempo de descuento, que podría haber significado el empate definitivo.
domingo, 4 de septiembre de 2016
ATLANTA 3 TALLERES 2
Luego del primer examen que Atlanta había superado con holgura, quedaba flotando la duda sobre la jerarquía de Colegiales, que luego perdió 5-0 en su segunda presentación. Talleres de Remedios de Escalada, un buen equipo que sorprendió en su regreso a la B Metro el torneo pasado, podía ser una buena medida en el debut del conjunto de Ruiz en Villa Crespo. El objetivo era ratificar lo realizado en la primera jornada.
En cuanto a resultado, y en buena parte también en cuanto a rendimiento, el Bohemio cumplió con las buenas expectativas generadas, consiguiendo un merecido triunfo como local frente a su gente, que todavía no logra superar el trauma de la "final" perdida ante Flandria. Ahora deberá revalidar su condición ante otro grande de la categoría como es Morón, en el Oeste.
En el primer tiempo, Atlanta fue una máquina, muy efectiva. Sin dominar la posesión de la pelota, mostró una actitud agresiva y una contundencia letal en ataque. Con las pelotas paradas (muy bien ejecutadas por los pies de Seijas y Peralta) y los pelotazos a las dos torres delanteras (Ramos y Dorregaray), el Bohemio complicó a Talleres y le metió tres goles, que parecían sentenciar el partido. El visitante intentaba poner la pelota en el piso y salir jugando, pero cometió errores defensivos y se vio apabullado por el hambre de Atlanta. Sin embargo, el encuentro no se terminó con ese 3-0. Pronto descontó Vega y cuando Dorregaray había marcado el cuarto, Meineri lo anuló en una decisión muy polémica.
El árbitro siguió haciendo de las suyas en el segundo tiempo. La expulsión de Dorregaray por una increíble segunda amarilla dejó al local con una gran incertidumbre de cara a los últimos minutos de partido. El descuento llegó -¿cuándo no?- por un penal sancionado por Meineri, pero por suerte el Bohemio pudo aguantar y quedarse con los tres puntos. No merecía terminar sufriendo.
Ezequiel Rodríguez y Seijas resultaron los jugadores más destacados en el equipo, haciéndose los dueños del mediocampo.
En cuanto a resultado, y en buena parte también en cuanto a rendimiento, el Bohemio cumplió con las buenas expectativas generadas, consiguiendo un merecido triunfo como local frente a su gente, que todavía no logra superar el trauma de la "final" perdida ante Flandria. Ahora deberá revalidar su condición ante otro grande de la categoría como es Morón, en el Oeste.
En el primer tiempo, Atlanta fue una máquina, muy efectiva. Sin dominar la posesión de la pelota, mostró una actitud agresiva y una contundencia letal en ataque. Con las pelotas paradas (muy bien ejecutadas por los pies de Seijas y Peralta) y los pelotazos a las dos torres delanteras (Ramos y Dorregaray), el Bohemio complicó a Talleres y le metió tres goles, que parecían sentenciar el partido. El visitante intentaba poner la pelota en el piso y salir jugando, pero cometió errores defensivos y se vio apabullado por el hambre de Atlanta. Sin embargo, el encuentro no se terminó con ese 3-0. Pronto descontó Vega y cuando Dorregaray había marcado el cuarto, Meineri lo anuló en una decisión muy polémica.
El árbitro siguió haciendo de las suyas en el segundo tiempo. La expulsión de Dorregaray por una increíble segunda amarilla dejó al local con una gran incertidumbre de cara a los últimos minutos de partido. El descuento llegó -¿cuándo no?- por un penal sancionado por Meineri, pero por suerte el Bohemio pudo aguantar y quedarse con los tres puntos. No merecía terminar sufriendo.
Ezequiel Rodríguez y Seijas resultaron los jugadores más destacados en el equipo, haciéndose los dueños del mediocampo.
jueves, 11 de agosto de 2016
A empezar... otra vez
Ni la Copa América ni los Juegos Olímpicos nos hicieron dejar en el olvido la frustración de aquel último partido ante Flandria en que la posibilidad del ascenso estuvo tan cerca y se escapó. Pero ha pasado bastante tiempo y es hora de volver a empezar, de arrancar con una nueva oportunidad, un nuevo campeonato que nos puede devolver quizá la ilusión y ojalá el tan ansiado ascenso a la B Nacional.
En medio de la convulsión general de una AFA acéfala, con los clubes en pie de guerra por la repartición del dinero de la TV, sin garantías de que el torneo comience efectivamente en la fecha prevista, Atlanta tuvo que volver a afrontar la dura tarea de rearmar un plantel que pueda pelear por el primer puesto. Quedarse en la puerta tras una buena campaña no sólo implica la desazón propia del fracaso deportivo, sino la imposibilidad de retener a los mejores jugadores, y por lo tanto la dificultad para lograr cierta continuidad. Esta vez, el cambio de nombres no fue tan rotundo como en el último receso, pero sí podemos decir que el Bohemio no contará con sus tres mejores hombres del torneo anterior. El arquero Losada y el capitán Mancinelli continuarán sus carreras en categorías superiores. Pons, el goleador que tanto extrañamos en las últimas fechas, todavía tiene varios meses de recuperación de su lesión. Además, hubo un cambio de mando. Después de dos intentos de ascenso frustrados, Aníbal Biggeri decidió que se había terminado un ciclo y se fue a dirigir a Almagro. Para reemplazarlo, llegó Fernando Ruiz, un ex jugador de la casa con una amplia experiencia en equipos humildes de la B Metropolitana y un reciente exitoso paso por Almagro, club al que ascendió y mantuvo en la B Nacional. Tiene fama de dirigir equipos poco generosos en el juego, que no regalan nada. En este sentido, el técnico ya se aseguró -en los papeles- una defensa que sale de memoria. En el arco estará Medina, y la línea de cuatro estará integrada por Monge, Alonso, Otermin y Sánchez. La dupla central sobrevivió desde el campeonato pasado, por su buen rendimiento, y llegaron los laterales para cubrir dos puestos en los que Atlanta había sufrido muchos problemas. En el medio, Marrone será el volante central de marca tradicional, acompañado quizá por Seijas, que proviene de Estudiantes de La Plata, con un poco más de juego. Nahuel Peralta y Duego García aparecen como dos buenas opciones de buen pie para aportar fútbol al equipo. En la delantera, las fichas están puestas en Leo Ramos para que permita no extrañar a Pons en la primera mitad de la temporada.
En los amistosos el Bohemio mostró orden y seguridad defensiva, pero le faltó fútbol y gol. En un campeonato en donde la mayoría de los equipos vendrán a Villa Crespo a cuidar el cero, Atlanta deberá encontrarle la vuelta para ser protagonista y superar a sus rivales, sin perder la solidez en el fondo.
sábado, 18 de junio de 2016
El último campeón en perspectiva
Desde el descenso en 2012, Atlanta peleó por la vuelta al Nacional en cuatro de los cinco torneos disputados, aunque seguramente nunca estuvo tan cerca como esta última chance en que se quedó a un gol del campeonato. Con distintos planteles, técnicos y propuestas futbolísticas, el resultado ha sido el mismo: la frustración de quedarse en la puerta del ascenso. En momentos así, es inevitable mirar hacia atrás, a aquella temporada 2010/11 mágica en la que todo resultó bien y Atlanta pudo coronarse campeón, logrando el deseado sueño. ¿Qué hicimos bien entonces y qué estamos haciendo mal ahora? Son interrogantes difíciles de responder, sobretodo cuando se analiza en perspectiva el título obtenido ya hace cinco años.
En definitiva, hoy parece difícil de explicar que aquel equipo haya ganado el ascenso con tanta comodidad, de punta a punta, prácticamente sin dejar dudas. Para empezar, no era un campeonato sencillo, con rivales de bajo nivel como ocurrió por ejemplo este último torneo. Había varios rivales de peso en la categoría. Segundo, no podemos decir hoy que Atlanta haya contado con una calidad y jerarquía de jugadores excepcional. La carrera de aquellos ídolos del 2011 distó de ser lo que se esperaba. Seguramente en aquel momento muchos hinchas nos ilusionamos con que las figuras de la Primera B pudieran brillar también en el Nacional, y soñamos con seguir los pasos de Tigre o All Boys. ¿Cómo no hacerlo? Habíamos sido campeones indiscutibles, y veíamos que era la oportunidad de volver a la élite. Pero aparentemente los jugadores no eran lo que imaginábamos. Tal es así que la gran mayoría continuó su carrera en la Primera B, incluso en clubes sin protagonismo. La gran excepción, irónicamente, fue la de Pasquini, suplente en 2011 y hoy asentado en el campeón del fútbol argentino. Si aquellos monstruos que les ganaban a todos los rivales con que se cruzaban, en todas las canchas, no eran las estrellas que parecían ser, ¿la clave estaba en el banco? ¿En alguna dirección adecuada que ordenaba las piezas de forma armoniosa como en una orquesta? Javier Alonso, el DT que llegó en silencio al cargo, continuó una carrera aun más opaca que sus dirigidos. Increíblemente, el técnico que logró que sus hombres jugaran tan bien al fútbol, tuvo pocas oportunidades y demostró poco.
¿Fue todo una casualidad? ¿Una alineación de planetas en el Universo? No es intención desmerecer aquel campeonato sino todo lo contrario. Los mellizos Soriano, Mancinelli, Llinás, son ídolos, y aquel plantel conformó un equipo exitoso que le dio una gran alegría al pueblo bohemio. Que no sólo ganó, sino que gustó e hizo ilusionar en grande. Pero no nos ayuda a develar el misterio, la incógnita de lo que necesita Atlanta para volver a conseguir un ascenso. Quizá haya sido importante para la conformación de aquel equipo campeón el hecho de que se haya armado lentamente, a lo largo de dos o tres años. Llinás, Cherro, Arancibia, Segovia, Galeano, Guzmán, Andrés Soriano, eran la base a la que se sumaron Mancinelli, Ferragut, Pogonza y Abel Soriano para darle más jerarquía y generar sociedades que no eran nuevas, como Ferragut-Pogonza o Soriano-Soriano. Claro que para que la cocción a fuego lento fuera posible Atlanta debió comerse dos campeonatos consecutivos sin clasificar al Reducido. En estos últimos años, en cambio, las frustraciones de quedarse en la puerta del ascenso se han sufrido por partida doble, ya que las buenas actuaciones individuales han atraído el interés de clubes de categorías superiores, por lo cual Atlanta debió afrontar cada temporada el desafío de empezar un nuevo proyecto, con muchos jugadores nuevos. Son muchas veces los tiempos de crisis los que dan oportunidad para los cambios y el surgimiento de nuevos paradigmas.
¿Fue todo una casualidad? ¿Una alineación de planetas en el Universo? No es intención desmerecer aquel campeonato sino todo lo contrario. Los mellizos Soriano, Mancinelli, Llinás, son ídolos, y aquel plantel conformó un equipo exitoso que le dio una gran alegría al pueblo bohemio. Que no sólo ganó, sino que gustó e hizo ilusionar en grande. Pero no nos ayuda a develar el misterio, la incógnita de lo que necesita Atlanta para volver a conseguir un ascenso. Quizá haya sido importante para la conformación de aquel equipo campeón el hecho de que se haya armado lentamente, a lo largo de dos o tres años. Llinás, Cherro, Arancibia, Segovia, Galeano, Guzmán, Andrés Soriano, eran la base a la que se sumaron Mancinelli, Ferragut, Pogonza y Abel Soriano para darle más jerarquía y generar sociedades que no eran nuevas, como Ferragut-Pogonza o Soriano-Soriano. Claro que para que la cocción a fuego lento fuera posible Atlanta debió comerse dos campeonatos consecutivos sin clasificar al Reducido. En estos últimos años, en cambio, las frustraciones de quedarse en la puerta del ascenso se han sufrido por partida doble, ya que las buenas actuaciones individuales han atraído el interés de clubes de categorías superiores, por lo cual Atlanta debió afrontar cada temporada el desafío de empezar un nuevo proyecto, con muchos jugadores nuevos. Son muchas veces los tiempos de crisis los que dan oportunidad para los cambios y el surgimiento de nuevos paradigmas.
martes, 14 de junio de 2016
Momento de balance
Se nos escapó un corto torneo de transición y también culminó el corto ciclo de Aníbal Biggeri como DT de Atlanta. En poco tiempo, nos ilusionamos con dos ascensos, pero nuevamente las ilusiones se transformaron en frustración, y ahora la revancha deberá esperar una temporada completa, con un nuevo entrenador. Los números de Biggeri en el banco bohemio son muy buenos, con una alta efectividad de puntos obtenidos. Llegó a finales de la temporada 2015 para reemplazar a Sialle y con el objetivo de levantar a un equipo que había mostrado poder de gol pero también una gran irregularidad. Ya la posibilidad del título era remota pero la idea era apuntar al Reducido. Biggeri casi no metió mano en el equipo pero sus dirigidos experimentaron un envión anímico y un fortalecimiento futbolístico. Atlanta llegaba entonado como el gran candidato a ascender por el Reducido, pero una fatídica noche ante Almagro cortó muy prontamente el sueño de ascenso.
Lamentablemente, para afrontar el torneo de transición 2016, Atlanta sufrió importantes bajas en su plantel. Los mejores jugadores, con excepción del emblema Mancinelli, partieron hacia clubes de categorías superiores, dejando un plantel diezmado. Había que rearmar todo de cero, y con un torneo muy breve esperando. Pese a contar con un presupuesto elevado, no se armó un plantel de la jerarquía esperada. Quizá el mayor error de Biggeri en Atlanta haya sido el armado de la plantilla, aunque luego demostró también su capacidad para sacarle el mayor jugo posible al pobre material disponible. En las primeras fechas pagó muy caro el tener un equipo totalmente nuevo. Lo pagó con varias derrotas que luego costó remontar. Aun con grandes limitaciones futbolísticas, Atlanta encontró su lugar. Con mucha entrega y compromiso, logró convertirse en el equipo más goleador del campeonato. Acumuló sufridos y ajustados triunfos que le permitieron meterse en la pelea. En un torneo mediocre, primer animado por Fénix, luego por Colegiales y por último por Flandria, el Bohemio no encontró el camino para hacerse con la punta pero llegó a la última fecha con chances de superar a su rival en la cima y ser campeón. Le faltó apenas un gol pero también un abismo.
Entre las individualidades, las figuras más destacadas fueron las de Losada, Mancinelli y Pons. El joven arquero empezó con dudas pero demostró seguridad y temperamento. Mancinelli, el ídolo, fue muchas veces el alma del equipo y el principal argumento ofensivo. Pons se lesionó en su mejor momento, cuando era el goleador del campeonato. Quizá, otro hubiera sido el resultado final de haber tenido a Pons hasta el final. La delantera fue uno de los puntos más flojos. Olego mejoró su rendimiento en la segunda mitad del torneo pero no hubo reemplazo posible para Pons. En el medio, Marrone se ganó el puesto de volante central recién en las últimas fechas. Cardozo fue irregular, y Rodríguez se puso al hombro la responsabilidad de conducir y asociarse con Mancinelli, aunque con intermitencias. A Atlanta le faltó fútbol. La defensa por su parte fue por momentos el sector más flojo del equipo, pero se afirmó hacia el final gracias a la solvencia de la dupla central Alonso-Otermin. El uruguayo Pérez dejó una buena imagen final por su garra, pero no cumplió en general una buena labor defensiva.
Ojalá pueda mantenerse la base de un equipo que estuvo ahí de obtener el ascenso, manteniendo a los jugadores más importantes. Sin embargo, son necesarios también refuerzos, en lo que respecta a los marcadores laterales, un volante central, un volante creativo y delanteros. Todo dependerá también de los gustos del entrenador entrante. Los demás estaremos ahí como siempre hemos estado.
domingo, 12 de junio de 2016
ATLANTA 0 FLANDRIA 0
No pudo ser. Esta vez no pasaron cosas raras, no hubo maderitas ni lesiones ni bloopers. Todo se definió adentro de la cancha de fútbol, como debe ser. Afuera, las dos tribunas y la platea fueron una fiesta. Todo el pueblo bohemio se acercó ilusionado ante la posibilidad del ascenso. Explotó el León, pero al fútbol lo juegan 22 jugadores. La historia, el nombre, la gente, no pesan. Y en la cancha Atlanta no hizo los méritos suficientes para ganar el partido, para convertir el gol que le diera las llaves del ascenso. No hubo nada extraño, nada fuera de lo común: el conjunto de Biggeri mostró las mismas virtudes y los mismos defectos que a lo largo de todo el campeonato. No se puede reprochar la entrega, el enorme corazón de este equipo que supo reponerse de grandes adversidades para llegar a esta última fecha con esta chance de campeonar. Ni la lesión del goleador Pons ni la falta de riqueza en un plantel limitado impidieron que Atlanta renunciara a su sueño. Quizá, al final, le faltó ese plus, esa diferencia que permite el desequilibrio, para imponerse y lograr la victoria del campeonato.
Del partido poco se puede analizar. Se jugó como una verdadera final, o sea, muy poco. Muy poco cualitativa y cuantitativamente. Porque el juego se hizo muy trabado, accidentado, cortado. Flandria vino a hacer su negocio de mantener el cero, y acudió a todas las artimañas posibles para hacer pasar el tiempo y frenar el empuje local. Todo lo que le permitió el tibio Mastrangelo, aunque sin jugar sucio. Atlanta chocó con sus propias limitaciones futbolísticas y contra una defensa inexpugnable. Muy poco intentó jugar el Bohemio. Mucha voluntad, muchas ganas, pero no alcanzó. La actuación de Griffo y de la defensa visitante fue perfecta. El Canario, que jugará en la B Nacional por primera vez en su historia, dio una verdadera lección de fútbol al pueblo bohemio. Algunos ingenuos hinchas de Atlanta piensan que jugar bien es acumular delanteros, arriesgar y atacar locamente, respetando supuestamente la histórica tradición ofensiva de un equipo grande (justo Atlanta que se hizo grande como laboratorio de Zubeldía). Fuimos el equipo más goleador del campeonato y Biggeri es injustamente acusado de cagón. Si su equipo jugaba como Flandria le pegaban una patada en el culo en Atlanta en la primera fecha, porque nosotros somos grandes, ¿se entiende?
domingo, 5 de junio de 2016
Una práctica fascista
Desnudar, humillar y golpear entre decenas de personas a un joven menor de edad puede ser tildado por algunos como un acto de cobardía. Seguramente lo sea, aunque la calificación de cobarde esconde también la legitimación de cierto código implícito de la administración de la violencia, validando por ejemplo la pelea en "igualdad de condiciones" como un modo natural de dirimir los conflictos en la sociedad. En el fútbol, este código se enmarcó históricamente en "la cultura del aguante", que tuvo su apogeo a partir de los años '80 y que perdió vías de expresión con las recientes medidas de prohibición. Ahora bien, ¿en qué cultura se enmarca este acto cruel, salvaje, que presenciamos en el estadio de Platense? La imagen era brutal. Decenas de hinchas locales descargando su ira contra algún hincha infiltrado que habrá cometido el ingenuo pecado de deschavarse. Nada justifica lo que ocurrió después. La golpiza y la humillación fueron tan lamentables como los gritos de aliento hacia los agresores que partían desde la misma platea, desde el mismísimo sector de prensa.
Lo que se vio fue un acto plenamente fascista, digno de la Alemania nazi o de las fuerzas represivas del Estado durante la última dictadura argentina. El goce en la tortura. El deseo de la aniquilación de una minoría indefensa por parte de un colectivo que intenta justificar su propia conducta mediante la culpabilización. El chivo expiatorio. Lo más enfermo y aberrante del género humano.
PLATENSE 1 ATLANTA 2
Un partido increíble ganó Atlanta en Vicente López, para llegar a la última fecha con la seguridad de que un triunfo garantizará el ascenso, sin depender de otros resultados. Será una gran final, en Villa Crespo, frente al sorprendente Flandria, que con un empate festejará el campeonato. El Bohemio necesita ganar para hacerle honor a su historia y lograr la hazaña, de la misma manera que tenía que ganar hoy de visitante frente a Platense y lo logró. Con angustia y mucho sufrimiento, en un partido para el infarto, el Bohemio se llevó una victoria histórica.
Ya sería repetitivo decir que a este equipo le falta mucho fútbol pero le sobran un enorme corazón y unas ganas tremendas de ascender. Hoy dio una nueva muestra de personalidad al dar vuelta un partido muy complicado. Platense ya no jugaba por nada pero quería arruinarle la fiesta a Atlanta. El gran gol de tiro libre de Quiroga puso cuesta arriba el trámite bohemio. Desde la lesión de Pons, al conjunto de Biggeri le cuesta convertir las situaciones que genera. Con la obligación de asumir protagonismo viéndose en desventaja, fue apretando, arrinconando a su rival. Cardozo tuvo la más clara en el primer tiempo, solo en el área chica. Por la inefectividad de los delanteros, lo mejor en ofensiva venía de la producción de Mancinelli y Rodríguez, los jugadores de mayor aptitud futbolística. Empatarlo parecía misión imposible, mientras en las esporádicas contras Platense amenazaba con liquidarlo. Por lo menos Flandria seguía sin poder ganarle a Almirante y las chances de Atlanta en el torneo seguían vivas, pese a la derrota.
Probablemente un símbolo de este Atlanta flojo de fútbol pero gigante en voluntad sea el uruguayo Pérez. Tosco pero comprometido, el lateral izquierdo tuvo su mejor partido en el club. Las peleó todas, estrelló un tiro libre en el travesaño y convirtió el gol del empate, de derecha, cuando faltaba poco para el final. Ahora había que ir por todo. Los de Biggeri buscaron el segundo y Lupani le cobró penal a López, tras tantos reclamos de penales anteriores. Mientras llegaban las noticias del agónico gol de Flandria, obligando a Olego a convertir el penal para que Atlanta siguiera en carrera. El goleador no falló y desató el delirio del Bohemio, que en pocos minutos, sobre el final, estaba dando vuelta el partido.
domingo, 29 de mayo de 2016
ATLANTA 1 TALLERES 0
Explotó Villa Crespo en una húmeda tarde de domingo con olor a pelea por el campeonato. La injusta derrota en Tristán Suárez había sido compensada con favorables resultados de Flandria, Colegiales y Fenix, y Atlanta volvía a quedar con importantes chances. Ya dependía de sí mismo. Afortunadamente, supo reaccionar positivamente ante esta presión y logró una victoria vital para pasar por primera vez en el torneo a la punta, al menos hasta que juegue Flandria mañana.
En este tramo final del campeonato se hace cada vez más difícil el análisis futbolístico. No es novedad que este equipo no suele jugar bien, y efectivamente el encuentro ante Talleres no fue la excepción, pero es irreprochable el compromiso, la personalidad y la determinación con los que el Bohemio salió a jugar este partido decisivo. Asumió el peso de la mochila que cargaba, absorbió la ansiedad y la ilusión de la gente que reclamaba por el título. Jugó en sintonía con lo que se vivía afuera: con muchas ganas de aferrarse a un triunfo que alimentara la esperanza de ascender.
Claro que muchas veces con la entrega no alcanza para ganar. Superar a un rival requiere de algo de fútbol. Enfrente tenía a un Talleres que, pese a ser uno de los recién ascendidos, era una de las revelaciones del torneo por su juego audaz y al ras del piso. Atlanta presionó con ímpetu a un rival que salía siempre jugando de abajo. La diferencia a favor del local la marcó el ídolo Lucas Mancinelli, que nuevamente se destacó por convertir goles importantes. Ejecutó un tiro libre excepcional, hermoso, para generar el delirio en Villa Crespo.
El segundo tiempo se sufrió mucho. Parecía que la victoria sería más cómoda cuando Talleres se quedó con uno menos por último recurso, pero al rato Alonso se iría por expulsado por la misma razón. El defensor había sido una de las figuras del partido: ¿será el turno de la vuelta de Díaz Villán para enfrentar a Platense? Los dos equipos con diez, una cancha rápida, el partido más abierto. El juego no convenía a Atlanta, que tenía que cerrar el espacios para abrochar la victoria. Sorprendentemente, Biggeri decidió incluir a Guerra y no a Verino tras la expulsión de Alonso, quedando Marrone como central. Seguramente la explicación esté en el juego por abajo que elige exclusivamente Talleres. Sufriendo, peleando cada pelota, llegó el pitido final y los tres puntos se quedaron en casa. Para alegría del pueblo bohemio que se anima a soñar con la vuelta al Nacional.
sábado, 21 de mayo de 2016
TRISTAN SUAREZ 2 ATLANTA 1
Cuando de repente Atlanta se encontraba en una buena posición para pelear por el ascenso y su gente empezaba a ilusionarse seriamente, llegó esta impensada e injusta derrota que representa un duro golpe para las aspiraciones en las próximas fechas. Era la oportunidad de pegar el zarpazo en Ezeiza, pero cayó derrotado y ahora debe esperar otros resultados para no alejarse demasiado de la punta. ¿El romance duró poco o habrá una nueva chance?
Biggeri repitió los once que habían ganado sin discusión en la Isla Maciel, para este segundo partido consecutivo como visitantes. Tristán Suárez venía mal, tras tres caídas seguidas, y parecía un encuentro medianamente accesible, en una cancha que generalmente le fue favorable en los últimos años. Efectivamente Atlanta fue levemente superior en el juego, aunque sin generar claro peligro en el primer tiempo. Manejó más la pelota, intentó ser protagonista e imponer su autoridad, pero le faltó atrevimiento para quebrar al rival. Lo mejor venía por el lado de Cardozo, desbordando por izquierda, pero no hubo presencia en el área. López jugaba abierto, y Olego más retrasado. El fantasma de Pons volvía a rondar por el aire.
Para colmo, en la primera llegada, Tristán logró ponerse en ventaja gracias a una jugada polémica que debió ser invalidada primero por una mano y finalmente por el offside de Akerman. En el segundo tiempo, el Bohemio fue a buscarlo, fue más incisivo y de a poco fue apretando al local, que presentaba pocos recursos. Tauber empezó a ser cada vez más importante tapando situaciones claras de gol, pero Atlanta se sacó la mufa con un penal que convirtió Olego. Sin embargo, pronto iba a hacerse evidente que no era la tarde bohemia. Poco después del empate, la segunda llegada de Suárez en el partido terminó en un nuevo gol del Lechero, con ayudita de Losada, que no logró interceptar un centro. Increíble, pero Tristán Suárez había hecho muy poco y había logrado convertir dos goles. Responsabilidad defensiva bohemia. El problema es que el conjunto de Biggeri falló terriblemente en la definición. En una misma jugada, Mancinelli metió un remate en el travesaño, y en el rebote Ledesma volvió a cabecear al travesaño, con el arquero tirado en el piso. Tauber seguía convirtiéndose en figura, sacando un buen cabezazo de López. Atlanta llegaba con mucho peligro, estaba ahí del empate, pero fallaba en la última puntada, esa que los goleadores siempre suelen dar.
Así se terminó yendo con las manos vacías sin merecerlo, pero perdió un partido que no podía permitirse si quiere pelear por el ascenso. Habrá que ver si nuestros rivales nos dan una nueva vida.
domingo, 15 de mayo de 2016
La trampa
Atlanta entró de lleno en la lucha por el campeonato, y lamentablemente se empiezan a leer y oír reclamos desde algunos hinchas hacia la dirigencia para comprar árbitros, jueces de línea y/o equipos rivales en las cuatro fechas que quedan. Así, lisa y llanamente. Sin pelos en la lengua, sin vergüenza.
Está claro que esto ya no se trata de discutir si tiene que jugar o no Rodríguez, o de juzgar la capacidad de negociación dirigencial en el caso del microestadio. El pedido en este caso implica una acción no sólo ilegal -que quizá sería lo de menos- sino totalmente inmoral. Los hinchas de Atlanta (y del fútbol) podemos guiar nuestras vidas por los más variados principios religiosos, políticos o ideológicos, pero debemos concordar al menos en resguardar lo más sagrado: el fútbol en su estado más puro y primitivo. Podrá estar contaminado (como toda actividad humana) de las peores miserias, de las garras del capitalismo, de la violencia, de las mafias políticas. Pero no podemos abandonar la idea primordial y es que se trata de un juego, en el que el ganador y el perdedor se definen en una cancha. Esto no quiere decir que nos dé lo mismo perder y ganar. Podemos sufrir y vivir el fútbol con pasión, podemos ir a las canchas más remotas para ver a nuestro equipo, o estar deprimido una semana por un resultado. Hasta podríamos suicidarnos por una derrota, y sería poético, por lo menos. Podemos discutir incluso qué se puede hacer para ganar, si está bien colgarse del travesaño o hasta hacer tiempo con algunas picardías. Pero nunca deberíamos superar ese límite que es pagar directamente para lograr un objetivo, sin jugar. ¿Si no, para qué vemos fútbol? ¿Por qué nos gusta? ¿Por qué nos apasionamos?
En este punto, las reacciones de los hinchas son diversas. Quizá el más puro y estricto pueda elegir alejarse completamente del fútbol para no contaminarse. Creo que este tipo de hincha no existe. En cierto momento, ya no es posible abandonarlo. Por ello, para una buena mayoría de los hinchas que rechaza moralmente este tipo de arreglos, todo esto se convierte en una especie de tabú. Sabe que existen los partidos o arbitrajes arreglados pero elige esconderlo y vivir en una pretendida ignorancia, en una incómoda hipocresía. La idea de comprar un campeonato no lo hace feliz. Lo atormenta, lo incomoda. Pero festejará igual, y creerá (elegirá creer) que las sospechas son rumores. Este tipo de hincha representa la reserva moral de la nación futbolera. Su contraparte representa en cambio lo deleznable, lo abominable, el tumor que debe ser extirpado. Es el hincha que acepta la compra-venta de partidos como si se tratara de cualquier otro bien. No ve ningún tipo de problema moral en ello. Para ellos, el camino al éxito requiere de varios pasos. Sobornar árbitros es tan natural y necesario como elegir un buen plantel, pagar los sueldos o mantener el césped del estadio en buen estado. Me cuesta entender que este tipo de hincha pueda disfrutar el fútbol de la misma manera que yo? ¿Se emocionará también con una apilada de Messi? Cómo funciona la mente de esta gente me resulta un misterio. Pero aún hay más. Porque dentro de este grupo hay un subgrupo de hinchas que conforman el núcleo duro del tumor, cuya malignidad haría sonrojar al mismo Satán. Existen hinchas que no solamente piden comprar árbitros, sino que se regodean y disfrutan esta vía hacia el éxito aun más que por los medios convencionales. Son psicópatas que se sienten orgullosos de estas acciones. Lo viven como el éxito del más vivo en un mundo en donde todo se puede comprar, y a ellos les encanta eso, que todo se pueda comprar, que todo tenga un precio. Son los que -salvando las diferencias- se emocionan más con la mano de Dios que con el otro gol, el que todos podemos ver una y otra vez sin cansarnos. Son la lacra del fútbol, y de la sociedad.
De repente estamos ahí
Resulta extraño que un campeonato tan corto haya sido tan cambiante para la situación bohemia. Como en un trastorno bipolar, Atlanta pasó por todos los estados anímicos posibles. El comienzo fue amargo, con la decepción de notar que se había desarmado un gran plantel y un panorama futbolístico desalentador. El equipo jugaba mal y ganaba poco. La punta quedaba muy lejos. Sin embargo, con el correr de los partidos, se fue acomodando en la tabla y se encuentra ahora en una inesperada situación: tercero, a un punto de los líderes Flandria y Colegiales, cuando quedan cuatro fechas por jugarse. La pelea por el ascenso parecía muy remota pero el conjunto de Biggeri está viviendo en una racha bárbara: desde la caída en Munro, acumuló seis victorias y dos empates. Pudo capitalizar así el bajón de Colegiales, que venía imbatible hasta hace poco. Claro que deberá mantener esta impresionante performance si quiere ascender. No hay mucho lugar para las equivocaciones, teniendo en cuenta que Atlanta enfrenta un fixture complicado, mientras que por ejemplo Flandria tiene partidos accesibles. ¿Habrá final mano a mano por el título en Villa Crespo la última fecha?
En un torneo de escaso vuelo, sin ningún equipo muy superior al resto y con muchos clubes importantes fuera de la pelea desde hace tiempo, lo de Atlanta no escapó al nivel del campeonato. Sin embargo, ha mejorado considerablemente respecto al opaco inicio. Sin grandes figuras más que el arquero Losada, el símbolo Mancinelli y el ahora lesionado goleador Pons, el Bohemio logró ganar solidez y efectividad. Ya no hay dudas de que los once que salen a la cancha son los mejores, más allá de alguna discusión por uno o dos jugadores. En este sentido Biggeri, con este plantel menos rico que el anterior, encontró un equipo que le está dando resultados. Los goles de Olego y López en la Isla trajeron tranquilidad tras los interrogantes que dejó la lesión de Pons. Ya no hay espacio más que para confiar en este equipo, en creer que puede quedarse con el ascenso que Villa Crespo está buscando desde hace cuatro años.
martes, 10 de mayo de 2016
ATLANTA 1 ALMIRANTE 1
Por primera vez en el campeonato se vivía un Villa Crespo un clima de pelea por el ascenso. Acompañó más gente, se cantaba por el título, y se sentía la ilusión entre los hinchas. Había que ganar para mantener vivas las posibilidades, pero Atlanta no pudo conseguir su quinta victoria consecutiva y hoy puedo quedar más lejos si Colegiales gana su encuentro. Apenas logró salvar un empate en los últimos minutos de juego frente Almirante Brown, uno de los equipos de peor rendimiento en el torneo.
La gran incógnita pasaba por ver cómo iba el Bohemio a cubrir la enorme ausencia de Luciano Pons, goleador que sufrió una grave lesión en su mejor momento. Era el exponente de ataque, el hombre gol, la garantía en la red. Y como se podía prever, Atlanta padeció su ausencia. En el primer tiempo, cuando el conjunto de Biggeri insinuó por momentos algunas buenas insinuaciones, generó algo de peligro gracias a las combinaciones de Mancinelli y Olego. El delantero, movedizo, no ocupó el tradicional puesto de centrodelantero. Jonathan López, reemplazante de Pons, tampoco sintió el rol. Así fue el que el gol no se hacía presente. López se lo perdió solo sin arquero tras un pique venenoso y Cardozo cabeceó muy mal un centro de alto peligro.
Pero en definitiva Atlanta no jugó bien. Con dudas en defensa -sobretodo en el sector derecho defendido por Podestá, y pocas ideas ofensivas, fue un equipo sin protagonismo, deshilachado. Hubo rendimientos individuales muy bajos. Almirante Brown manejó mejor la pelota y hasta fue levemente superior al local. Con el 0-1 en contra las cosas parecían cada vez más difíciles. El Bohemio no encontraba el camino. El empate llegó recién en el minuto 37 del segundo tiempo, gracias a un cabezazo de Otermin que se le terminó metiendo de forma muy extraña a Migliore. Medio de carambola, ahora el partido estaba 1-1. Villa Crespo volvió a encenderse, con la ilusión de repetir un agónico triunfo en casa. Atlanta fue con todo (con alma, sin fútbol), a buscarlo, a llevarse por encima a Almirante, que ya se conformaba con la igualdad. El ingresado Tolosa tuvo la más clara, cuando arremetió y encontró la pelota boyando en el área chica. Era mejor que un penal, pero la terminó tirando por arriba del travesaño y perdiendo la chance del triunfo. No hubiera sido justo.
Atlanta sufrió la ausencia de Pons porque pese a que no jugó bien tuvo algunas pocas oportunidades claras para ganarlo y falló en la definición, jugadas en las que Pons no solía fallar. Lo seguiremos extrañando en las fechas que quedan, y quizá la posibilidad del ascenso se aleje aún más.
viernes, 29 de abril de 2016
Estado de situación
Cuando quedan siete fechas para definir el único ascenso que otorga este corto campeonato, Atlanta se abraza a su ilusión pese a que el panorama no es accesible. Tres victorias consecutivas volvieron a poner en la pelea al Bohemio, que se ubica cuarto, siete puntos por debajo de la cima. Los dos próximos encuentros que se avecinan son con rivales que navegan en los últimos puestos de la tabla (UAI Urquiza y Almirante Brown), por lo que no es descabellado soñar con dos nuevos triunfos. El equipo está en su mejor momento en el torneo luego de un comienzo muy desdibujado. Sin embargo, para alcanzar el objetivo, deberá resolver los problemas que todavía sufre, y esperar que se caiga el sorprendente Colegiales, invicto y con una gran efectividad de puntos obtenidos. Cada vez se lamenta más la derrota sufrida en Munro ante el ahora líder.
Habiendo jugado bien solamente de a ratos en algunos partidos, Atlanta encontró mayor regularidad y se acomodó en el torneo, aunque la brevedad del modo de disputa no admite muchas equivocaciones. Luego de un comienzo con dudas, el joven Losada se afirmó con seguridad en el arco. Las presencias de Alonso y Otermín suben su valor en una defensa que es uno de los puntos más flojos del conjunto de Biggeri, que pese a todo no recibió tantísimos goles en contra. En el mediocampo, algunos pincelazos de Cardozo y la presencia siempre desequilibrante de Mancinelli, emblema y garantía del equipo. La ilusión se sostiene arriba con los goles de la gran figura, Luciano Pons, quien venía de romper redes en Primera C y ahora es el goleador de la B, con siete tantos. ¿Le alcanzará a Atlanta para pegar el zarpazo? No depende de sí mismo, y deberá tener una enorme efectividad en los partidos que restan.
martes, 26 de abril de 2016
ATLANTA 2 ARMENIO 1
El Bohemio se quedó con el triunfo en la última jugada, en el sexto minuto de descuento, y consiguió lo que necesitaba para acortarle distancia al líder Colegiales, que ahora está siete arriba. Es la tercera victoria al hilo y le permite a Atlanta soñar. La obligación era grande porque el rival se trataba del último de la tabla, Armenio, en Villa Crespo. Sin embargo, las emergencias también eran importantes. Con Alonso y Pérez suspendidos, Biggeri tuvo que rearmar la defensa con el juvenil Esmail. Para colmo, Verino se lesionó en el primer tiempo y debió ingresar otro juvenil, Imanol Castro, para darle otro grado de improvisación al esquema defensivo.
Con la apertura del marcador gracias a una guapeada de Mancinelli parecía que se abría también el camino para un triunfo tranquilo. El visitante daba muchas ventajas atrás, había espacios y oportunidades para liquidarlo. Lo tuvo Mancinelli -imparable en la primera etapa- poco después del primer gol y lo tuvo Olego, con todo el tiempo para definir. Pero si el panorama ofensivo era prometedor, Atlanta no lograba hacer pie en defensa. El desorden y la falta de marca eran una invitación para Armenio, que en el segundo tiempo salió más decidido y aprovechó estas ventajas para igualar el resultado. El equipo que había marcado sólo dos goles en el campeonato le convertía al que no había recibido ninguno como local.
En la segunda parte se vio lo peor del conjunto de Biggeri. Sin ideas, desaparecido Mancinelli (había tenido problemas físicos antes del partido), no podía dominar el juego y sufría el protagonismo del visitante, que incluso estaba más cerca de ganar el encuentro. Rodríguez y Tolosa no remediaron la situación. Atlanta estaba confundido, mientras los dirigidos por Ferraresi empezaron a conformarse con el empate y se dedicaron a hacer tiempo metódicamente. Tantos jugadores se tiraron al suelo que se terminaron jugando seis minutos de descuento. Tantos se tiraron que uno terminó afuera de la cancha en la última jugada, cuando Pons, el goleador del torneo, recibió un pelotazo y la mandó a guardar. Sin jugar nada bien, Atlanta se llevaba los tres puntos que había que lograr. Para seguir en la pelea.
viernes, 8 de abril de 2016
ATLANTA 1 BARRACAS 0
Para no perder la costumbre, Atlanta volvió a ganar en su casa, como para enderezar el rumbo en este torneo corto en el que sufre un andar irregular. Solamente resignó dos puntos jugando en Villa Crespo, pero con esta gran cosecha de local no alcanza para pelear arriba. Biggeri repitió los mismos once que habían empatado 3-3 en Berisso, y su equipo ganó ajustadamente ante Barracas Central, en un partido parejo y muy abierto, con situaciones para ambos. El empate hubiera sido lo más justo, y Atlanta de hecho tuvo la suerte a su favor, ya que el visitante pegó dos tiros en los postes. No fue una buena noche defensiva para el Bohemio, con deslucidas actuaciones de los defensores y del volante de contención Marrone. Sufrieron bastante frente a un Barracas audaz, que decidió atacar con muchos jugadores, sin conformarse con la igualdad que reinó durante la mayor parte del tiempo. Entre los palos y la gran tarea de Losada -que se está afirmando en el arco- impidieron que los barraqueños pudieran quebrar el invicto que tiene la valla bohemia en Villa Crespo durante todo este campeonato. El último gol recibido fue el de Almagro, en el Reducido.
Si bien la tarea defensiva fue muy pobre, en ataque Atlanta mostró un poco más. Buscó protagonismo y generó algunas buenas chances para ponerse arriba, con un Cardozo movedizo por izquierda y la imponente presencia de Pons en el área. Justamente el gol llegó, a poco del final del partido, gracias a un tiro de esquina ejecutado por Diego Cardozo y que encontró el cabezazo letal del goleador, Luciano Pons. El ex San Miguel se consolida como la referencia ofensiva del equipo y como uno de los nombres de mayor peso ofensivo en la categoría. Claro que todavía le falta más a Atlanta si quiere ser protagonista en el torneo, cuando el tiempo apremia.
sábado, 26 de marzo de 2016
ATLANTA 4 ACASSUSO 0
La goleada llegó en un momento crítico, cuando el equipo llevaba tres partidos sin poder ganar y se estaba alejando del primer puesto de la tabla. Atlanta no lució pero, como ante Español en este mismo torneo, terminó goleando gracias a su eficacia en el segundo tiempo y las tremendas ventajas que otorgó su rival. El primer tiempo fue muy malo. Fue un error táctico de Biggeri colocar al aguerrido Guerra en una posición prácticamente de enganche, dejando a Marrone retrasado como volante de contención. El Bohemio no jugó a nada, sin un conductor de fútbol.
En el entretiempo, la salida de Guerra estaba cantada. Biggeri volvió a sorprender haciendo ingresar para ese puesto a Cequeira, cuando lo lógico hubiera sido colocar a Rodríguez o Requena. El solo ingreso de un jugador con mejor manejo de pelota le dio de todos modos algo de movilidad ofensiva al equipo. Sin embargo, la apertura del marcador no llegó por una mejoría en el juego bohemio sino por un increíble regalo del visitante: Pizarro quiso rechazar un centro y la terminó metiendo de emboquillada en contra de su propia valla. Acassuso cometió luego un penal tonto y Olego aumentó la cuenta. Atlanta había encontrado el 2-0 casi de casualidad, sin hacer demasiados méritos, aunque había mostrado más que un extremedamente débil Acassuso. El Quemero no sólo dio muchas ventajas defensivas, también facilitó el trámite por su inoperancia ofensiva. Más tranquilo con los dos goles de diferencia y la victoria muy cerca, el conjunto de Biggeri pudo soltarse, encontrar espacios y amplió el triunfo. Olego asistió muy bien de taco a Mancinelli para el tercero, y finalmente Pons (la figura de la cancha) selló la goleada con una buena volea.
En el entretiempo, la salida de Guerra estaba cantada. Biggeri volvió a sorprender haciendo ingresar para ese puesto a Cequeira, cuando lo lógico hubiera sido colocar a Rodríguez o Requena. El solo ingreso de un jugador con mejor manejo de pelota le dio de todos modos algo de movilidad ofensiva al equipo. Sin embargo, la apertura del marcador no llegó por una mejoría en el juego bohemio sino por un increíble regalo del visitante: Pizarro quiso rechazar un centro y la terminó metiendo de emboquillada en contra de su propia valla. Acassuso cometió luego un penal tonto y Olego aumentó la cuenta. Atlanta había encontrado el 2-0 casi de casualidad, sin hacer demasiados méritos, aunque había mostrado más que un extremedamente débil Acassuso. El Quemero no sólo dio muchas ventajas defensivas, también facilitó el trámite por su inoperancia ofensiva. Más tranquilo con los dos goles de diferencia y la victoria muy cerca, el conjunto de Biggeri pudo soltarse, encontrar espacios y amplió el triunfo. Olego asistió muy bien de taco a Mancinelli para el tercero, y finalmente Pons (la figura de la cancha) selló la goleada con una buena volea.
sábado, 19 de marzo de 2016
COLEGIALES 2 ATLANTA 1
Lo tenía, se le escapó y se quedó sin nada. Todavía no pudo ganar de visitante en lo que va del torneo, y la punta se va alejando. Justamente perdió un partido clave ante el nuevo puntero (e invicto) del campeonato, el sorprendente Colegiales. Una lástima porque el conjunto de Biggeri hizo un gran primer tiempo y logró ponerse en ventaja, pero dilapidó todo lo hecho en esa primera etapa con un segundo tiempo muy malo, en el que la victoria se le escurrió de las manos.
En la primera parte, Atlanta superó táctica y futbolísticamente al local. Con la novedad de un esquema 4-1-2-3, con Mancinelli y Rodríguez como interiores, y Tolosa y López bien abiertos por las puntas, impuso su juego pasando de forma rápida y sorpresiva al ataque, por las bandas, con pases largos que agarraron mal parada a la defensa tricolor. Se vieron buenas combinaciones entre López y Pons, y se sostenía en el medio gracias al sacrificio de Guerra. Alonso era el líder de una defensa que no sufría demasiado frente a un Colegiales que casi no llegó con peligro. En cambio, el Bohemio dilapidaba situaciones increíbles, especialmente en los pies del errático Tolosa. Pons abrió el marcador de cabeza tras un buen centro de Mancinelli pero daba la impresión de que la diferencia con que se fue al entretiempo podía haber sido mayor.
Lamentablemente, la situación se invirtió totalmente en el segundo tiempo. En parte porque Atlanta tomó una actitud más cauta, y en parte porque Colegiales cambió y se lo llevó por delante. Se vino con todo el local, y el equipo de Biggeri no supo cómo frenarlo. La resistencia defensiva se desbordó, y se desnudaron los errores; el mediocampo desapareció, y en ataque dejó de producir peligro. Colegiales primero lo empató con un penal y luego lo terminó de dar vuelta con una contra. Atlanta había pagado caro su ineficacia ofensiva en el primer tiempo. Cuando quiso volver a reaccionar, no encontró ni el fútbol ni la confianza para hacerlo. Desordenado, confundido, intentó acumular delanteros y jugadores ofensivos, pero sin una idea de juego. Nunca estuvo cerca del empate. En este campeonato, cada vez que estuvo en desventaja en el marcador, terminó perdiendo. Nunca pudo dar vuelta un resultado.
sábado, 12 de marzo de 2016
ATLANTA 0 DEFENSORES 0
El Bohemio hizo todo para ganarlo, pero no pudo salir del cero frente a Defensores. Es la primera vez que resigna puntos como local en este campeonato, y el segundo empate consecutivo. Sin acumular triunfos, será difícil alcanzar la punta que por ahora encuentra al imbatible Fenix.
Con casi un tercio del torneo disputado, el conjunto de Biggeri ha mejorado su imagen y su producción respecto del errático inicio de la temporada, aunque todavía muestra serias falencias que lo alejan de ejercer el protagonismo en el campeonato. Aun con sus problemas, Atlanta fue superior al visitante en la mayor parte del partido, aunque Defensores dominó en el inicio del juego. En ese primer tramo demostró los conflictos defensivos, ya sea en las pelotas aéreas como por las puntas marcadas por Podestá y Pérez. Luego el Bohemio se fue asentando en el campo, y las asociaciones futbolísticas entre Mancinelli y Ezequiel Rodríguez dieron buenos frutos. El centrodelantero Pons no tuvo una buena tarde y no pudo convertir. Olego gritó dos veces pero en off side.
En el segundo tramo del primer tiempo y el primer tramo del segundo se vio lo mejor de Atlanta. Un equipo protagonista, predispuesto al ataque. El gol estaba al caer. Defensores se quedó con diez, acentuó su repliegue en el campo de juego, y parecía que estaba todo dado para que Atlanta finalmente se llevara los tres puntos. Sin embargo, la salida del increíblemente cuestionado Rodríguez dejó al equipo sin generación de fútbol. Biggeri con sus cambios no varió el esquema táctico pese a que la ventaja numérica podía permitir más riesgos, pero puso en cancha a los jugadores más pedidos por la gente (Requena, y los juveniles del club Milton Giménez y Cequeira) y Atlanta no produjo jugadas de peligro. Así terminó quedándose con sólo un punto cuando el desarrollo del juego pedía más.
sábado, 27 de febrero de 2016
ATLANTA 1 ESTUDIANTES 0
Una buena victoria, para recuperarse tras el traspié ante el puntero Fenix. En cuatro fechas, el balance es de dos ganados como local y dos perdidos como visitante. Pero la gran novedad en este caso no fue que Atlanta ganó, sino que lo hizo en buena forma, jugando por momentos bien y superando a su rival. Algo nuevo y un buen indicador luego de tres presentaciones que dejaron dudas y preocupaciones. Sin duda éste fue el mejor partido del equipo en lo poco que va del campeonato.
La ventaja fue escasa pero el triunfo fue justo. Pese a terminar jugando con un hombre de más, el Bohemio no se privó de sufrir el final del encuentro. Tenía a su disposición el dominio del campo y la posibilidad de liquidarlo de contra, pero desperdició las chances claras que tuvo. Le alcanzó para llevarse los tres puntos el primer gol de Luciano Pons, el goleador de la C que vino a demostrar una categoría arriba. El ex San Miguel la empujó tras una buena jugada de Mancinelli y López.
La principal virtud de Atlanta estuvo en su juego ofensivo. Dejó atrás su peor cara, la de un equipo sin alma, sin actitud y sin ideas, y pudo elaborar buenas jugadas de peligro, con mayor asociación de juego y rendimientos individuales superiores. Ezequiel Rodríguez dejó algunas pinceladas en el medio. Tolosa se mostró movedizo por la izquierda. Pons hizo su valer su presencia en el área.
Si bien el conjunto de Biggeri no se destacó por su solidez, se asentó en la defensa liderada por Alonso, y con una tarea aceptable de Otermin, que reemplazó a Verino en ese puesto. Lo cierto es que Estudiantes fue un rival que también le hizo las cosas bastante sencillas a Atlanta. Vino a Villa Crespo a especular, a no proponer nada. Recién cuando se encontró en desventaja en el marcador se adelantó en el campo de juego, pero con la expulsión se le hizo todavía más cuesta arriba.
sábado, 13 de febrero de 2016
ATLANTA 3 ESPAÑOL 0
El Bohemio encontró su desahogo al conseguir su primer triunfo en el campeonato, en su primera presentación ante su gente en el gran León, tras el desalentador debut en Agronomía. Ojalá la victoria sirva para que Biggeri pueda trabajar con más confianza y tranquilidad en esta dura tarea de armar un equipo con pretensiones con un plantel totalmente nuevo. Sin embargo, lo holgado del resultado -y el triunfo en sí mismo- no debe confundir. El partido fue uno antes de la expulsión de Mayorga y otro después. En el primer tramo del encuentro, Atlanta volvió a mostrar los mismos problemas y falencias que en su primera presentación del torneo, pese a los tres cambios introducidos por el técnico (adentro Otermin, Rodríguez y Pons) y el cambio de esquema (de nuevo al 4-4-2 con Mancinelli de volante). Flojo en defensa, sin dominio del mediocampo, sin asociación de juego en ataque. El local dejaba una mala imagen frente a su público y Español se mostraba con mayor protagonismo, mejor parado. La jugada que cambió el partido para siempre fue un pelotazo que encontró a Jonathan López yéndose solo hacia el arco, y Mayorga decidió cometerle falta para frenarlo. La expulsión por último recurso cambió totalmente el curso del juego. Atlanta ganó confianza e hizo valer la diferencia numérica frente a un conjunto visitante que se fue achicando cada vez más y empezó a sufrir el partido.
Sin lucir, el Bohemio se acercó, apretó y evidenció las debilidades de Español. Con más fuerza y empuje que fútbol. Así convirtió el primer gol en el campeonato, cuando el uruguayo Pérez captó una pelota en el área tras un tiro libre y la mandó a guardar, para dedicárselo a su uruguayito. Luego Cardozo fabricó con viveza un penal bien cobrado y él mismo lo ejecutó para marcar el 2-0. Y como todos los goles esta tarde tenían que venir desde la banda izquierda, el pequeño Tolosa terminó convirtiendo el tercero tras una buena asistencia del juvenil debutante Barría, cuando ya el visitante jugaba con nueve jugadores y la diferencia era abismal.
sábado, 6 de febrero de 2016
COMUNICACIONES 2 ATLANTA 0
El comienzo de este campeonato tan corto y que ofrece únicamente un ascenso al primero de la tabla no podía ser más desalentador. Atlanta jugó decididamente muy mal: fue un equipo sin virtudes, sin argumentos para la ilusión, y cayó derrotado cómodamente frente a un Comunicaciones que tuvo que hacer muy poquito para ganar.
Biggeri sorprendió con un 4-2-3-1, un esquema totalmente distinto al 4-4-2 con que venía practicando en los amistosos. Mancinelli, de nuevo en su posición de lateral y el único no novato entre los titulares, fue el único que pudo destacarse, el único que buscó desnivelar, un cambio de ritmo. El resto se hundió en un pantano anodino, sin fútbol, sin alma, sin juego, sin sangre. El equipo falló en todas las líneas. Cuando Comu, con sus limitados argumentos, apretó, generó grandes dudas y peligros. Así evidenció una defensa endeble, que pagó un par de errores con goles en contra. El mediocampo falló en la generación de fútbol: la confianza estaba puesta en los habilidosos Requena y Cardozo, pero en Agronomía mostraron tibieza e imprecisión. Arriba, López y Olego casi ni molestaron a los rivales.
Lo de Atlanta en el debut fue realmente muy malo. Prácticamente no atacó en todo el partido, ni siquiera cuando estaba dos goles abajo en el marcador. Sin ideas, sin gol, con rendimientos individuales muy bajos, el debut dejó solamente preocupaciones. Se ha cambiado casi todo el plantel después de una gran campaña, y habrá que encontrar las variantes que le permitan al Bohemio poder pelear arriba. El torneo corto no da demasiado tiempo para la adaptación.
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