lunes, 8 de diciembre de 2014

¿El hincha sabe de fútbol?

Que el Huevo Rondina haya ascendido al humilde Villa Dálmine a la B Nacional en una increíble final al candidato Tristán Suárez de Caruso Lombardi no pasó desapercibido por Villa Crespo. No sólo por el pasado bohemio de Rondina -como jugador y más reciente como entrenador- sino porque su nombre había estado rondando en las cabezas de los dirigentes como un firme candidato a ser el DT de Atlanta en 2015.
El Huevo tomó la dirección técnica bohemia en 2012, cuando el equipo prácticamente ya estaba descendido a la B Metropolitana. Se quedó y afrontó el desafío de volver a la segunda categoría. No empezó bien pero luego armó un buen equipo que, sin un juego vistoso, se hizo de la punta por un buen número de fechas. Sin embargo, Atlanta se cayó, entró en un profundo bajón futbolístico y se fue muy pronto en el Reducido por el segundo ascenso. Rondina fue muy criticado a lo largo del torneo, acusado de mezquino, incluso cuando el equipo ganaba y punteaba. 
Parecía raro que, un par de años después, el nombre de Rondina volviera a sonar fuertmente para el cargo. Los dirigentes habrán querido recuperar a un DT laburador, frontal, conocedor de la categoría, después de las malas experiencias de Méndez y Mayor en lo humano, y del error de haber traído a un novato como Capria. Rápidamente, muchos hinchas hicieron notar su bronca por la posibilidad de la vuelta de Rondina. Quizá la CD no quiso arriesgar contratando a un técnico que ya de entrada tenía tanto rechazo, y desistió de la idea. De todos modos, con este ascenso de Villa Dálmine, seguramente tampoco hubiera sido posible la vuelta de Rondina de haberlo querido.
El hincha, generalizando impunemente, nuevamente se equivocó. Como se equivoca casi siempre. El que pide que entre un jugador y después no hace nada. El que pide que reemplacen a alguno y hace el gol. ¿Cuántas veces habrá pasado que alguno putea por cómo le pegó un jugador a la pelota y el remate termina en gol o en una magnífica habilitación? Lo mismo que se escucha en la cancha se lee en las redes sociales.
El hincha es algo abstracto. Hinchas somos todos, vos, yo, los dirigentes también lo son. El fútbol no es una ciencia exacta, no es posible predecirlo ni dominarlo. Quizá solamente si admitimos todos cuán poco sabemos de fútbol, podamos bajar del pedestal de la soberbia y buscar cuál es el mejor camino para que Atlanta logre lo que todos deseamos: el pronto ascenso al Nacional. Todos debemos hacernos cargo desde nuestro lugar, socios o dirigentes. 

lunes, 24 de noviembre de 2014

La Taberna despide a su progenitor

Nuestro deber filial nos llama y despedimos así a Sentimiento Bohemio, de cuyas entrañas nació este peculiar sitio web denominado "La Taberna del Siome". El engendro se fue gestando en su vientre, como una sección humorística de un medio que se destacaba más bien por una vocación informativa, investigadora y crítica. "Alienados por Alianello" dio el puntapié para ilustrar lo que fue sin dudas el "pecado siome original", cuando Atlanta contrató al jugador que lo había mandado al descenso. Más siome imposible. 
Sentimiento Bohemio puso el primer ladrillo, y acogió además en su Libro de Visitas una especie de incubadora en donde creció el germen siome. La creatividad volaba por los aires en ese gran brainstorm orgiástico siomeril y lo que surgió como un insulto terminó convirtiéndose en un motivo de extraño orgullo, en una cuestión de identidad: el siomerío. Nació La Taberna del Siome en su máximo esplendor, en un momento muy particular en la historia de Atlanta, ya que se trataba del peor momento futbolístico vivido jamás. Después de descender del Nacional B y de fracasar con el Dream Team, el Bohemio se encontraba prácticamente descendido a la Primera C al comenzar la temporada 2002/03, época del apogeo siome y nacimiento de esta página. Ese año se sufría cada minuto de partido, propio o ajeno. Era una angustia constante, pero eso no impidió que la situación pudiera ser tomada con humor sino todo lo contrario. 
Lo importante es que Sentimiento Bohemio nos deja no solamente un modelo de periodismo partidario de calidad, serio y comprometido, sino que también nos enseña la importancia del humor como herramienta de supervivencia y superación de problemas. Al fin y al cabo, por mucho que queramos a Atlanta, por mucho que nos amarguemos en cada derrota, debemos entender que el fútbol no es más que un juego. Y es un mensaje muy relevante en tiempos de dramatismo y violencia.
Andá a saber si Sentimiento Bohemio estará orgulloso de su hijo, La Taberna. Un hijo medio atorrante, que nunca estudió ni laburó, que siempre vivió de arriba. Jodanse, ahora que somos el Decano de los medios partidarios no nos para nadie. Hasta capaz actualizamos seguido y comentamos los partidos, quién te dice.

martes, 18 de noviembre de 2014

Un semestre para olvidar

A mediados de este año, Atlanta se quedaba por segunda temporada consecutiva en la puerta de una final por un ascenso, después de haber ido puntero y peleado el título durante la mayor parte del campeonato. Carlos Mayor había llegado en las últimas fechas para levantar a un equipo que había perdido terreno y todavía tenía chances. Logró enderezar el rumbo y Atlanta fue superior en la semifinal frente a Platense, pero no se le dio en los penales. El Bohemio no era menos que sus rivales, como por ejemplo Temperley, que terminó ascendiendo y ahora está cerca de Primera.
Mayor juró junto a sus dirigidos tomarse revancha en el torneo de transición, con el objetivo de conseguir el ascenso negado. Reforzó el equipo con jugadores que conocía de Almagro, llegaron dos buenas incorporaciones de Fenix como Puch y Torres, y volvía al arco el recordado Santillo. Considerando que la mayor parte del plantel y de los titulares -con la excepción de Vega y Godoy- permanecía para este torneo, se podía suponer que Atlanta volvería a ser protagonsta.
Sin embargo, un hecho inesperado convulsionó a todo Villa Crespo y cambió los planes. Mayor fue tentado por Godoy Cruz y se fue a Mendoza a poco de comenzar el campeonato. De urgencia, la dirigencia optó como reemplazo por la contratación de Rubén Capria, uno de los mayores errores futbolísticos de los últimos años. Capria llegó sin experiencia como DT y tampoco conocía la B Metropolitana. Intentó implementar un esquema de juego muy generoso, abierto, bien ofensivo, como tantas veces se ha escuchado el reclamo del hincha. Pero descuidó totalmente el aspecto defensivo -aunque tampoco ayudaron las lesiones de Francés y Peláez- y se tuvo que ir con cinco derrotas en cinco encuentros, entre ellas el clásico con Chacarita, de local. Fue una mochila difícil de levantar la de aquel comienzo en el que todo salió mal y parecía que ya no había chances en un torneo tan corto. El ciclo del Pipa Cassano, interino hasta el final del semestre, tuvo muchos altibajos, más bajos que altos. En algunos partidos parecía que había encontrado el equipo, con un 4-4-2 más compacto y solidario, con Francés liderando en la defensa y Palisi en el medio, con Puch como lo más peligroso por el medio y Pedrozo complicando arriba. Fueron algunos partidos interesantes pero aislados, sin continuidad, y sin contundencia para obtener más puntos. Hizo un gran partido de visitante con Tristán Suárez, también en San Martín donde perdió increíblemente sobre la hora, y logró su único punto de visitante en Caseros. A su vez, goleó a Villa Dálmine, otro de los protagonistas. También mostró su faceta más oscura, la de un equipo sin ideas y sin alma.
Al final, salió todo muy mal porque fue una de las peores campañas en la historia, y para colmo ascendió el clásico rival en el mismo torneo, lo cual empeoró aún más el ánimo de los hinchas. Es difícil de explicar lo que pasó. La ida de Mayor fue un golpe duro, pero aun así, hubo rendimientos individuales muy lejos de lo esperado. Díaz Villán, antes muy rgular, cometió muchas equivocaciones. Sardella, la figura del equipo de Méndez, ya venía de un bajón en el último tramo del campeonato anterior, y continuó en la pendiente negativa. Maraschi completó un mal semestre. Finalmente lo que parecía una merma menor en el plantel -las idas de Vega y Godoy- terminaron siendo determinantes. Porque Santillo estuvo muy lejos de ser el del 2003 y nunca dio seguridad en el arco. Porque faltó un nueve con presencia que diera su cuota goleadora.
Un semestre para barajar y dar de nuevo. Hay que recuperar la senda que nos dejó como protagonistas de la categoría en los últimos años. 

domingo, 9 de noviembre de 2014

El mal de las reestructuraciones

En tiempos en que el fútbol argentino afronta una nueva reestructuración, podemos hacer un balance de cómo le ha ido a Atlanta en cambios de esta mangitud en el formato de los torneos de AFA.
Desde el inicio de la era profesional en 1931, el primer gran cambio que afectó a la Primera División fue la inauguración de los torneos Metropolitano y Nacional en 1967. Hasta ese momento, los cinco grandes habían dominado de forma exclusiva la escena, pero Atlanta había logrado desde su vuelta a Primera en 1956 meterse en un importante puesto de protagonismo, peleando arriba en varios campeonatos, armando grandes equipos y sacando muy buenos jugadores de sus Inferiores.
Sin embargo, el cambio abrió la cancha a los más diversos equipos, especialmente los más populares del Interior como Rosario Central, Newell's, Unión, Talleres de Córdoba, etc. Si bien Atlanta pudo realizar la mejor campaña de su historia en el Nacional de 1973, fue más bien un hecho aislado, y en muchos campeonatos de esa época peleó el descenso o no logró clasificar a las fases finales de los Nacionales. Su época dorada se estaba apagando, y estaba perdiendo terreno frente a los otros equipos chicos.
Pese a todo, el descenso de 1979 encontró a Atlanta como un protagonista y candidato indiscutible de la segunda categoría, por entonces la Primera B que solamente tenía clubes metropolitanos. La B parecía quedarle chica: estuvo cerca en 1982, se le dio en 1983, y volvió a quedar en la puerta en 1985. Allí ocurrió una nueva importante reestructuración en nuestro fútbol, que nos perjudicó enormemente: la instauración del Nacional B. En ese torneo de transición de 1986 se suponía que Atlanta debía pelear por subir, y así lo hizo en un principio, pero terminó quedándose en lo que se convertiría en la Primera B Metropolitana, la tercera categoría, algo inédito. 
Fue un golpe duro en lo futbolístico que se sumó a una crisis institucional que finalmente derivó en la quiebra. Luego de superar lo más duro de la quiebra, volvió la alegría a Villa Crespo con el ascenso de 1995, pero una nueva reestructuración ocurrió, esta vez únicamente en la segunda categoría. Atlanta había ascendido a un Nacional B de 20 equipos, pero al año siguiente aumentaron el número para armar las zonas Metro e Interior, regalando ascensos a mansalva. Los dirigentes de AFA deberían aprender hoy de aquella lección, ya que el formato ampliado duró apenas cinco años y luego debieron aumentar el número de descensos, lo que terminó siendo una carnicería. Atlanta descendió justo antes de que empezara la carnicería, de eso no nos podemos quejar. Pero la B Metro a la que el Bohemio descendió en 1999 y en donde no había equipos de peso se convirtió pronto en una categoría atractiva y competitiva, con varios clubes con una rica historia.
Ahora nuevamente afrontamos otra reestructuración, esta vez mucho más grande y que afecta a todas las categorías, aunque personalmente no sé cuánto puede durar este monstruo que armaron en la calle Viamonte. En un intento de federalizar el fútbol argentino a la fuerza y no en base a los méritos deportivos, no sólo aumentará el número de equipos en Primera (lo cual implicará, en promedio, más equipos del Interior en la A) sino que también se modificará de prepo la proporción de equipos metropolitanos y del Interior en la B Nacional en favor de éstos últimos. 
El perjuicio a clubes como Atlanta es enorme. En la práctica, no será más sencillo que antes ascender a la segunda categoría porque la cantidad de ascensos será la misma y los rivales serán más o menos de la misma envergadura que en los últimos años. Y para colmo, la segunda categoría será de un nivel inferior a la B Nacional actual, en donde vemos equipos que tranquilamente podrían estar en Primera. 
¿Casualidad o destino? La realidad es que a Atlanta nunca le ha ido bien con las reestructuraciones. En general han significado un paso atrás más que un paso adelante. 

domingo, 12 de octubre de 2014

Cumpleaños con dignidad

En su 110° aniversario Atlanta tenía una visita de riesgo en Caseros, frente al puntero de la zona Estudiantes. Sin embargo, el Bohemio confirmó su buen momento y estuvo más cerca del triunfo que de la derrota. Mereció más que el empate en cero que se llevó para Villa Crespo. Le jugó de igual a igual al líder, tuvo la iniciativa, generó situaciones, y hasta encontró el gol cuando ya tenía un jugador menos, pero el árbitro Possi no convalidó la conquista en una polémica decisión. Hubiera sido un gran y merecido triunfo.
Fue más que digno lo que hizo esta nueva versión del equipo que supo encontrar el interino Cassano y que se aleja muchísimo de aquella deslucida versión que perdiera todo lo que jugare. Un 4-4-2 prácticamente inamovible, basado en la firmeza defensiva, el sacrificio y la solidaridad. Con Francés como líder desde el fondo, fortaleciendo a Díaz Villán y Peláez, que habían tenido un inicio de torneo atroz. Con Silva ganándose la titularidad en lugar de Perujo. Doble cinco con Palisi marcando y Galeano intentando armar el juego. Puch y Torres por las bandas, con menos obligación en la marca que antes. Arriba, Maraschi volvió al gol frente a su ex club Almirante y Pedrozo se ganó el puesto pese a arrancar al inicio de la temporada por detrás de Bonfigli, Maraschi, Ledesma y el incorporado Cavallo. Lástima que en Caseros se fue tontamente expulsado.
Atlanta es hoy un equipo más que digno. Repitió en cuanto a rendimiento una actuación similar a la que mostró en otros dos recientes complicados partidos de visitante, frente a Tristán Suárez y Chacarita, con la diferencia de que en esas dos ocasiones se fue derrotado injustamente. Quizá ya sea tarde para pelear por algo a esta altura de este corto torneo de transición que premia a las grandes apuestas de los abultados bolsillos de los barones del Conurbano, y terminó castigando a un Atlanta que tuvo un inicio plagado de errores y catástrofes.
110° años de historia. Buen momento para recordar que no siempre las grandes historias se forjaron desplegando un fútbol vistoso y generoso. Que en algún momento en Atlanta se incubó el germen de la escuela de Zubeldía, un hito en la historia del fútbol argentino. Que el Toto Lorenzo nos dio el último ascenso a Primera. Que en los '60 tiraban claveles a la platea y patadas a los rivales. ¿Mito?¿Realidad? ¿Cuento?  De algo hay que aferrarse para encontrar una identidad futbolística. Eso sí, el cuento de que Atlanta es grande y por historia tiene que salir a atacar suicidamente siempre, no me lo creo más.

sábado, 27 de septiembre de 2014

Que empiece otra historia

La primera rueda de Atlanta en este torneo de transición estuvo marcada por la catástrofe deportiva. Todo salió mal desde el comienzo y solamente había podido cosechar 4 puntos. Primero, la renuncia de Mayor a poco del debut. Luego, la desastrosa gestión del inexperimentado Capria al mando del plantel, con cinco derrotas en cinco partidos. Cassano en algunos partidos le agarró un poco más la mano, pero en otros se le fue de las manos. Las lesiones impidieron armar una defensa sólida, y tampoco ayudó la decisión de improvisar con juveniles o directamente dejar de lado la faceta defensiva del equipo, como si defender fuera un pecado. El primer gran error fue creer que para ganar solamente hay que salir a atacar. El resultado fue que Atlanta empezó abajo en el marcador en todos los partidos de la primera rueda y acumuló muchísimas derrotas. El bajo nivel futbolístico de algunas piezas importantes como Santillo, Díaz Villán, Sardella y Maraschi también fueron un obstáculo para que el equipo levantara.
Cassano se animó a enfrentar a los prejuicios de quienes denominan "cagón" a cualquiera que no pone cinco delanteros como si estuviéramos en los años 30, y en Suárez puso un 4-4-2 con Sardella-Palisi de doble cinco. Atlanta jugó bien pero volvió a caer derrotado. El mismo esquema no le sirvió en el siguiente partido de local, en donde es difícil ganar con un esquema así cuando el rival no tiene la iniciativa. Pero al menos no perdió, a diferencia del resto de los partidos en los que salió a arriesgar sin ningún sustento.
Hoy, en la primera fecha de la segunda rueda, se ganó bien. Volvieron Francés y Peláez a la defensa. Sí, un tres que marca y no sube. Pero que marca. Así se volvió a formar una defensa similar a la del campeonato pasado, que fue una de las claves para que Atlanta pudiera pelear el ascenso. Con Torres jugando de volante y no de lateral. 4-4-2. Esta vez con Galeano en vez de Sardella para tener más juego (y Atlanta efectivamente lo tuvo), pero 4-4-2 al fin.
El Bohemio pudo ganar y verificar que puede volver a la normalidad, que es algo alejado de ese equipo destruido perdía siempre. Porque tiene jugadores, que tienen que recuperar la memoria. Ahora hay que mantener la sintonía en el clásico, donde habrá que ver si Cassano repite la alineación o se inclina por la dupla Palisi-Sardella para cortar el juego de Chacarita, como aquel gran segundo tiempo en que Atlanta se llevó el triunfo en este mismo 2014. Esperemos que hoy, ante Fenix, haya empezado otra historia diferente a la que sufrimos hasta ahora.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Nada cambió

La victoria ante Merlo en el debut de Cassano parece haber sido un hecho aislado. Atlanta se había encontrado con un rival que defiende incluso peor y se llevó el triunfo pese a haber recibido tres goles. Pero eso no va a pasar siempre. Esos fueron los únicos puntos que obtuvo el Bohemio en el torneo, y hoy sufrió su segunda derrota consecutiva, la séptima en ocho fechas. Los números son escalofriantes. 
Fue un duro golpe el que propinó el débil Social Español en Villa Crespo. El abultado 0-3 agotó totalmente la paciencia de los hinchas. Nada va a cambiar si no se hace nada para que algo cambie. Las ausencias de Díaz Villán, Francés y Peláez en la defensa, más allá de su mala actualidad, se hizo sentir. Se debió incluir juvenil debutante Dubois de central pero no se hizo nada para fortalecer la estructura defensiva. No se pueden mantener dos laterales como Perujo y Torres que no sienten la marca cuando los marcadores centrales no responden. Tampoco se puede poner un solo cinco cuando el cinco es Sardella y está en un nivel tan bajo. Los carrileros tampoco ayudan en la marca. ¿Entonces quién marca en Atlanta? Nadie. Por eso Español convierte tres goles llegando en la misma cantidad de oportunidades. La fragilidad defensiva del equipo es una invitación para que los rivales apuesten al error y luego se defiendan. 
Para colmo, como si los problemas abajo no fueran suficientes, el arco está muy mal defendido por Santillo. Ya no bajaron aplausos para este arquero que volvió como ídolo tras su paso exitoso entre 2003 y 2004, pero que viene acumulando muchos errores y no brinda ninguna seguridad, lo cual posiblemente pueda influir en la confianza de los defensores. Además, en la cancha comenzó a comentarse su abultado salario y cómo le cayó al plantel que un recién llegado fuera el mejor pago y ¿Podemos imaginar a Santillo en el banco?
Atlanta no pega una. De nada sirvió que por momentos dominara el juego y acorralara a Español, cuando estaba a dos goles del empate. Maraschi tuvo las más claras, también las tuvo Ledesma, pero el Bohemio chocó con su falta de definición y con el arquero Hernández, de rendimiento impecable.
Los números no mienten. Lo de Atlanta en este campeonato es pésimo. Sufre y sangra por la defensa. Los jugadores están en un muy bajo nivel y hay una gran desorientación táctica. 

martes, 2 de septiembre de 2014

Volver a perder

Duró poco la alegría por la primera victoria ante Merlo. Atlanta volvió a conocer la derrota -la sexta en el torneo- en su visita a Campana, y Cassano perdió su invicto en su segundo ciclo como entrenador. Fue superado sin discusión por Villa Dálmine en un partido poco atractivo, generalmente mal jugado. Santillo, que no viene dando demasiada seguridad en este segundo paso por el club, fue en parte responsable del gol, y la defensa volvió a mostrar algunos problemas, aunque en líneas generales se mostró un poco más ordenada que en encuentros anteriores. Para el próximo encuentro, además de las ausencias por lesión de Francés y Peláez, tampoco podrá contar con Díaz Villán, que se fue expulsado. El uruguayo, de todos modos, viene cumpliendo actuaciones muy malas, pero Cassano deberá improvisar más de la cuenta para armar la defensa. Probablemente deba incluir como titular al juvenil Dubois, que debutaría.
El rendimiento del equipo volvió a ser preocupante en esta presentación. Atlanta no reacción a la desventaja, no generó peligro real en el arco local. No hubo jugadas de riesgo a favor. El Bohemio fue muy apático, sin fútbol que mostrar. La pregunta es si es posible encontrar un rendimiento colectivo con las pésimas actuaciones individuales que venimos viendo. Ayer, no hubo un solo jugador para destacar. Jugadores como Maraschi, Sardella, Díaz Villán o Galeano, que el campeonato pasado eran importantes en la estructura, hoy juegan como para comer banco. El problema es que tampoco otras variantes han mostrado algo mejor en estos partidos.
El panorama es complicado. Con el puntero Estudiantes a 14 puntos, ya el ascenso directo parece imposible. Solamente una gran remontada podría poner al equipo en situación de pelear por el tercer ascenso. Pero hace falta un gran cambio en lo táctico, lo futbolístico y lo anímico para que eso suceda.

lunes, 25 de agosto de 2014

El fin de un ciclo desastroso

Se acabó el ciclo de Rubén Capria como técnico de Atlanta. La estadía fue muy corta: apenas cinco partidos en los que acumuló cinco derrotas, para igualar el peor arranque en un campeonato en la historia del club y convertirse en el peor técnico de la historia del Bohemio. La tristeza invade Villa Crespo por este desastre futbolístico, al mismo tiempo que el cambio de mando permite renovar las esperanzas de torcer el rumbo, porque con Capria en el banco parecía muy difícil dejar de perder.
Este torneo de transición estuvo mal parido desde que Carlos Mayor abandonó repentinamente el cargo para irse a Godoy Cruz. Con él el equipo había repuntado la temporada pasada y tenía esta chance para armar su plantel y tomarse revancha en la lucha por el ascenso. La ida sorpresiva obligó a la dirigencia a improvisar con una búsqueda rápida de entrenador. Hoy, con el diario del lunes, podemos decir que se cometió el mayor error en materia futbolística de los últimos años. El Mago Capria llegaba sin ningún antecedente como técnico, ni siquiera como ayudante o en Inferiores. De él sólo conocíamos su claridad expositiva y conceptual a la hora de analizar el fútbol, con una clara tendencia a defender el fútbol denominado "lírico".
Pero de la teoría a la práctica hay un gran trecho. Capria no conocía la categoría, no conocía a los jugadores, y tuvo que enfrentarse a algo tan nuevo con las grandes urgencias que tenía el hincha, que sabía que el torneo es corto y que hay que conseguir resultados porque el objetivo no es otro que el ascenso. Capria vino a hacer su experimento, a intentar hacer jugar a su equipo como él quería, como el consideraba que debe jugarse a este deporte. La concepción del buen fútbol terminó convirtiéndose en una insana obsesión, en un infantil capricho, en un suicidio futbolístico. 
En estas cinco derrotas no hay excusas. Más allá de las lesiones y de la mala suerte que acompañó al equipo en algunos encuentros, no hay discusiones para semejante seguidilla de caídas. Atlanta nunca logró ponerse en ventaja, se fue perdiendo a todos los entretiempos. Tuvo tres penales en contra. Lo que caracterizó el ciclo de Capria fue una grave falencia en la marca. El técnico priorizó siempre la creación del juego y el ataque -aunque sin buenos resultados tampoco ya que sólo convirtió dos goles en cinco encuentros- sacando jugadores de marca para incluir jugadores más ofensivos. Así faltó contención, y se vio siempre un equipo desequilibrado, que cometió muchos errores que costaron goles y dio demasiadas ventajas a los rivales. En general Atlanta fue un equipo que hizo poco daño arriba y fue muy benévolo atrás. 
Capria cometió el grave error de no pestarle atención a la defensa y pensar solamente en el ataque. Una concepción del fútbol que podrá parecer bonita en los papeles pero que le impidió sumar un mísero punto en su primera experiencia como entrenador. Quizá lo aprenda para más adelante, aunque es difícil teniendo en cuenta que nunca realizó una autocrítica, nunca intentó cambiar su forma de jugar o corregir esta falencia defensiva. 
Al menos debe dejarnos una enseñanza: los equipos se arman de atrás para adelante. Y a nosotros, los hinchas, en ser más pacientes cuando los técnicos no arriesgan tanto como a veces se deseara. Nunca más quiero escuchar en la cancha que se le grite "Cagón" a un DT en Atlanta. Acordémonos de Capria, el técnico menos cagón de la historia del club.

sábado, 23 de agosto de 2014

La cuarta derrota

Atlanta volvió a perder y ya no es noticia. Es la cuarta derrota en cuatro partidos jugados, y el crédito del DT Capria está muy cerca de acabarse. Todo indica que si no consigue un buen resultado en Adrogué este lunes no seguirá siendo el técnico. ¿Cómo puede sostenerse si no un cuerpo técnico que pierde prácticamente sin discusión todos los partidos?
Esta vez el victimario fue Estudiantes de Caseros, que venía entonado con tres victorias en el torneo y el pasaje a cuartos de final de la Copa Argentina. Todo lo contrario a Atlanta, que en este semestre sólo acumula caídas. El Pincha, sin grandes méritos, vino a hacer su negocio a Villa Crespo. Sabiendo todos los problemas que enfrenta el local, el momento iba a llegar y lo iba a aprovechar. Nuevamente el Bohemio cayó en desventaja en el primer tiempo. Había empezado jugando un poco mejor que su rival, teniendo la pelota y mostrando mejores intenciones, aunque sin generar peligro. Pero luego se quedó, perdió el mediocampo y Estudiantes empezó a desnudar sus flaquezas defensivas. Una sucesión de errores y Juan Martín puso el 1-0.
En la segunda etapa Atlanta no pudo acercarse al empate. Estudiantes lo controló. Desde el banco no hubo respuestas más que acumular centrodelanteros en el frente de ataque. Para eso debilitó el medio y la defensa, que quedaron desguarnecidos, y pudo haber llegado el segundo gol visitante. El resultado ya parecía inevitable: otra derrota que está terminando con la paciencia de los hinchas para el técnico y los jugadores. 
Como ya dijimos en otros partidos, Atlanta debe cambiar. Debe asumir como propio el compromiso de mantener el cero en el arco, equilibrar el equipo. Habrá que poner jugadores que sientan la marca en la defensa y asegurar mayor presencia en el mediocampo, aun a costa de reducir el poderío de gol. Esto se puede solucionar, pero el primer paso debe ser admitir el problema, realizar una autocrítica e intentar encontrarle la vuelta. Si no, seguiremos inmolándonos cada partido.

sábado, 16 de agosto de 2014

No encuentra respuestas

No hubo caso. Atlanta sufrió una nueva derrota, la tercera en tres fechas disputadas. Está en caída libre y el Mago Capria no le encuentra la vuelta al equipo. Ni una le sale bien. Esta vez cayó por 3-1 en Casanova frente a una mala versión del reciente ascendido Almirante Brown, que no había ganado todavía. Jugó una hora con uno menos por la pronta expulsión de Galeano -que volvía de su suspensión- aunque esta vez estuvo mal expulsado por López Aldazábal. De todas maneras, la diferencia numérica no se notó demasiado. Atlanta tuvo la pelota, encontró espacios y generó chances ante un rival que mostró debilidades. De hecho, Sciorilli marcó el empate transitorio con un gran tiro libre en el primer tiempo, y pudo haberlo empatado con otro tiro libre que estrelló en el travesaño. El enganche, aun con sus imprecisiones, fue de lo mejor en la ofensiva bohemia. Pero como dijimos hace menos de una semana, no importa lo que haga Atlanta en ofensiva si sigue defendiendo como lo hace. Quizá la llegada de un nueve como Cavallo pueda aportar el gol que le falta al equipo, pero no vamos a empezar a sacar puntos si no se corrige lo que es el principal problema del equipo. Capria podrá ser un técnico que mira más el arco de enfrente que el propio pero su primera prioridad debe ser ordenar el fondo y asegurar el cero en el arco. La defensa es un desastre total. A los increíbles errores individuales de Peláez, Francés y Díaz Villán que no veíamos el campeonato pasado se le suma un planteo táctico suicida. La línea de tres conformada por tres defensores lentos, más un mediocampo sin jugadores de marca, son una invitación a los rivales, que mucho no tuvieron que esforzarse en estas tres fechas para convertir. En este campeonato, Atlanta nunca pudo estar en ventaja en el marcador, y nunca pudo sostener un empate por más de media hora. La fragilidad defensiva es alarmante. Está claro que el problema no está únicamente en la defensa. Los mediocampistas deben colaborar también, pero deben elegirse los actores adecuados para esta empresa. El mensaje debe empezar desde el banco. Hay que patear el tablero y ordenar la defensa. Abocarse a la tarea de marcar como un equipo solidario y construir el juego desde la solidez del fondo. Si no, seguiremos teniendo este equipo deshilachado, sin alma, que seguirá siendo humillado. 

miércoles, 13 de agosto de 2014

El partido que no queríamos perder

Segunda presentación en el campeonato de las urgencias, después de una preocupante derrota en el debut, y se venía nada menos que el clásico con Chacarita, con todo el pueblo villacrespense esperando una recuperación en este partido tan importante, el que nunca queremos perder. Pero Atlanta volvió a perder y llenó de tristeza los corazones bohemios en la fría noche de Villa Crespo.
Después de un debut en el que el equipo cumplió una pésima actuación, con individualidades en un muy bajo nivel, Atlanta mostró una mejoría y se pueden extraer al menos algunas cosas positivas. Pero no le alcanzó la mejoría para evitar la derrota frente a un rival que tiene buenos jugadores, que sabía a lo que venía, que supo cómo ejecutar su plan y que además, para colmo, tuvo la suerte a su favor. Porque ciertamente el Bohemio pudo haberse llevado un mejor resultado. Chacarita pudo ponerse en ventaja rápidamente con un penal y después, cuando se le venía la noche, encontró un extraño gol. El partido se le dio a su favor, pero también lo buscó. Supo salir jugando rápidamente de contra, presionar a los defensores bohemios y complicar siempre.
Capria puso un esquema nuevo en cancha: un 3-4-1-2 para reemplazar al 4-3-1-2 con el que había jugado en el debut en Pilar. Rojas se destacó en el primer tiempo manejando la pelota y se vieron algunas pinceladas de Sciorilli y la voluntad de Puch. Atlanta tuvo más juego y un muy buen lapso cuando estaba 0-1 y logró empatarlo a través de una buena jugada que terminó Torres. A lo largo del partido, el Bohemio sufrió principalmente dos problemas: su fragilidad defensiva y su falta de definición. Francés, aun con sus desaciertos, fue el único que logró imponer su presencia y frenar los arrebatos visitantes. Díaz Villán y Peláez están los dos en un bajo nivel. La pregunta es si beneficia a este tipo de jugadores jugar con línea de tres. Son jugadores pesados, sin buen manejo del balón. A Atlanta lo atacaron mucho por las bandas y nunca supo cómo contrarrestar tácticamente la disposición de Chacarita. Dando ventajas de este tipo se hace muy difícil conseguir buenos resultados, incluso cuando el equipo juega un poco mejor como lo hizo ayer. Otro problema grande es la falta de contundencia en el área. Maraschi es más asistidor que definidor y se perdió un gol increíble, en el área chica, en tiempo de descuento. Bonfigli arrancó con el pie izquierdo, y con la cabeza izquierda, porque en la primera etapa falló increíblemente un cabezazo que pudo haber sido el 2-1 a favor.
Atlanta tiene que cambiar si quiere tener chances en este corto torneo. Capria no encuentra el esquema, los nombres, y los resultados no se dan.

sábado, 9 de agosto de 2014

Comienzo decepcionante

Fue pésimo el debut de Atlanta en este torneo corto que otorgará tres ascensos. Por donde se lo mire, es muy difícil extraer algo positivo, un dejo de esperanza pensando en lo que viene, que no es poco. La recuperación debe ser rápida porque el torneo es muy corto y porque ya el martes se viene un partido crucial: el clásico con Chacarita en Villa Crespo.
Las urgencias son grandes para un equipo que venía encaminado con la continuidad de Mayor y sufrió un duro golpe, totalmente impensado, con la ida de su técnico y el reemplazo por un DT que inicia su primera experiencia en ese cargo, y en una categoría que no conoce. El Mago Capria siempre ha pregonado un discurso del fútbol bien jugado y con pretensiones ofensivas, pero nada de eso pudo plasmar en el campo de juego. Ciertamente el mal estado del césped fue un impedimento: nunca se pudo jugar por abajo. Las imprecisiones fueron moneda corriente. Pero el que más sufrió fue Atlanta, que jugó un pésimo partido. En el primer tiempo no pudo dar dos pases seguidos ni llegar al arco rival. Sin juego en el mediocampo, sin potencia ofensiva, tampoco anduvo bien en la marca: dejó espacios, cometió errores, y así Fénix, que jugó un poco mejor en la primera etapa, pudo animarse a más y llegar al gol, con un remate de Gil tras pase de Santiago Bianchi.
En el segundo tiempo, el local se quedó con diez prontamente y parecía ser la oportunidad del Bohemio para encontrar el empate. La ventaja numérica le dio la chance de sufrir menos atrás y poder dominar la pelota y adelantarse en el campo. Pero no mejoró en el juego. Por insistencia, se acercó un poco más al gol, pero no pudo generar situaciones clarísimas para empatarlo, con todo el partido a su favor. El ingreso de Guzmán le dio una inyección de dinámica. No alcanzó. 
Atlanta se fue con una derrota pero lo más preocupante es el nivel exhibido en Pilar, ante un rival que venía de ser la sorpresa del campeonato pero que se había desarmado completamente. La defensa quizá pueda ordenarse con la vuelta de Francés, que debía una fecha de suspensión. Y la presencia de Sardella parece obligada en un mediocampo que no tuvo marca ni fútbol. El nivel colectivo e individual fue muy bajo. Este debut pide cambios a gritos. De nombres y quizá también de esquema. ¿Se puede arriesgar a jugar con dos laterales con poca marca? ¿Se puede jugar con enganche cuando éste se encuentra en un nivel tan bajo? ¿Se podrá probar con un doble cinco?

sábado, 26 de julio de 2014

En medio de la urgencia

Después de caer por penales ante Platense por la semifinal del Reducido, todo Atlanta se habia puesto el objetivo de ascender en este torneo. El DT Mayor se quedaría para terminar de moldear al equipo que había levantado su nivel en los últimos partidos y el club trataría de conservar la mayor parte del plantel para no resentir la estructura. Atlanta, pese a no haberse reforzado tan bien como otros equipos, era tan candidato como estas últimas temporadas en las que tampoco tuvo de los mejores planteles pero con ingenio se las arregló para pelear por el ascenso. Es éste un campeonato especial porque implica una reestructuración del fútbol argentino y ascender ahora parece una obligación mayor que nunca para el hincha. 
Sin embargo, la conflictiva e inesperada salida de Mayor fue un duro golpe. Él mismo armó el nuevo plantel, trajo refuerzos que conocía y se estaba embarcando buscando el ascenso que se le había negado la temporada pasada. Hubo que dar un golpe de timón, conseguir una nueva dirección. El elegido fue Rubén Capria, de quien podemos decir que fue un exquisito jugador de fútbol y del cual podemos conocer su forma de ver el fútbol a través de su rol de panelista en diversos programas de TV. Ésta será su primera experiencia como técnico y no conoce la categoría. También estará acompañado por José Luis Calderón, quien tuvo un paso poco feliz por Gimnasia de Jujuy, y por Adrián González, que jugó recientemente en la B Metro. Es una apuesta de alto riesgo porque Capria deberá rendir examen muy pronto y con grandes urgencias. ¿Habrá tiempo para un proyecto, para intentar armar un equipo que juegue bien y trate bien la pelota? Parece difícil en un campeonato tan corto y con tantas presiones. ¿Cuál será la paciencia de los hinchas, normalmente impacientes con todos los técnicos anteriores, incluso con el campeón Alonso?
Ya sabemos. Si las cosas andan mal, los predicadores de siempre dirán que se hizo mal en elegir a un DT inexperimentado, que no conoce lo que es la B Metro. Ojalá el Mago pueda armar un equipo que juegue como a él le guste, que pueda plasmar sus ideas en la cancha. No hay un camino único al éxito: lo importante es el convencimiento y la ejecución.

sábado, 19 de julio de 2014

Otra mancha más al fútbol

El fútbol argentino se encuentra en un camino de tal destrucción que ya nada sorprende. Lo más bajo, lo más reprochable, lo menos deseable: todo puede pasar. A poco de comenzar lo que quizá sea el último de los grandes desastres perpetrados por la gestión de Grondona al frente de la AFA, este torneo de transición que dará lugar al nefasto megatorneo de 30 equipos, las abominaciones se suceden. Sería ingenuo pensar que todos los males se deben a un único malhechor poderoso, el supremo mandamás de la Asociación. En el guiso de la podredumbre de nuestro fútbol también se encuentran dirigentes, técnicos, jugadores e hinchas que son parte de esto.
Almirón renunció a su cargo en Godoy Cruz y se fue al otro día a Independiente. Los mendocinos no tuvieron mejor idea que responder a este robo de técnico robándoselo a otro club. Nos tocó nosotros y Carlos Mayor abandonó sorpresivamente el barco. Se había generado una importante ilusión porque había agarrado el equipo en un mal momento al final del campeonato pasado y lo había llevado a repuntar su juego y clasificar con grandes expectativas al Reducido. En la semifinal con Platense, perdió inmerecidamente por penales. Ahora quería su revancha y armó un nuevo plantel pensando en el ascenso. Eligió y trajo a sus jugadores, algunos de ellos conocidos en su paso por Almagro. 
¿Y ahora? Atlanta debe asimilar el golpe e intentar conseguir un reemplazante. Pero ya corre con desventaja en relación a otros equipos. La actitud de Mayor es totalmente reprochable: decidió abandonar un proyecto en el peor momento para hacerlo. Sin moral, sin valores. Así se comportan también algunos técnicos. Son los mismos que después reclaman mayor continuidad laboral. A Carlos Mayor no podemos no desearle lo peor en su ciclo en Godoy Cruz. Si después de perder cuatro partidos deciden echarlo, se lo tendrá merecido. Porque en este fútbol argentino, la mierda se tapa con más mierda pero de otro color. 

martes, 3 de junio de 2014

El otro campeonato

El campeonato futbolístico terminó para Atlanta el domingo pasado, con la dura caída frente a Platense por penales en la semifinal por el segundo ascenso. Sin embargo, hay otro campeonato que se sigue jugando en Villa Crespo y que adquiere cada vez mayor intensidad: el campeonato político. La final se jugará el 10 de agosto, día de las elecciones y de la verdad. Allí se verá la opinión de los socios, se acabarán las especulaciones y los rumores. La gente del club deberá decidir si aprueba la gestión de la última década o si le da la chance a la agrupación opositora. Por primera vez en más de dos décadas se plantearán dos alternativas en las urnas y es histórico. También es signo de cuanto ha cambiado el club: hace algunos años nadie quería agarrar el fierro caliente, un club quebrado y desierto, y hoy por suerte tenemos dos agrupaciones, con proyectos diferentes, que quieren dirigir Atlanta cada uno a su manera.
Las dos agrupaciones han adoptado distintas estrategias y las han variado a lo largo del tiempo desde que se presentó Bohemios de Primera en la escena pública. La oposición se fue gestando alimentándose del descontento de parte de los hinchas con la dirección de Korz y se materializó en BdP. Irrumpió en la escena con gran visibilidad y tirando dardos de fuego contra las decisiones dirigenciales. En principio dominó la opinión pública. La aparición del oficialismo se hizo esperar pero finalmente terminó presentando su lista antes que Bohemios de Primera. 
Una encuesta de Sentimiento Bohemio reflejaba una clara ventaja del oficialismo. Después de esa encuesta, se reflotó el tema del Microestadio, cuyo estancamiento había sido uno de los puntos más criticados por la oposición. El oficialismo aprovechó para anunciar obras en la Sede a partir de los pagos del Microestadio. Por otra parte, los resultados futbolísticos siempre influyen en el ánimo de los hinchas. Atlanta no pudo conseguir el ascenso, que era el gran objetivo, y resultó una gran decepción. La CD esta vez intentó torcer el rumbo contratando a Mayor a poco del final, para evitar lo que había ocurrido en el ciclo de Rondina. El equipo mejoró, la peleó hasta el final y el hincha reconoció el esfuerzo de los jugadores, pero hay que ver si es atenuante suficiente para el malestar de los hinchas que esperaban un final feliz.  La expectativa por el minitorneo de los cuatro ascensos es grande: el oficialismo confía en ratificar su mandato en las urnas y redimirse con un nuevo ascenso, mientras que la oposición quiere debutar en su gestión con un ascenso.
Hay que ver cuáles serán las estrategias de uno y otro en estos meses, cuando no hay fútbol y mientras la CD debe ocuparse también de armar el plantel para la segunda mitad del año. Los socios deberán estar atentos: proliferarán los rumores, las acusaciones cruzadas. A medida que se acerque la fecha todo será válido si el trofeo en juego es el poder.

jueves, 29 de mayo de 2014

A ganarlo en casa

Quiere creer Atlanta. Todo se definirá en Villa Crespo luego del empate sin goles en Vicente López. El Bohemio dejó una mejor imagen que Platense en el duelo de ida, pero la serie está abierta. Tendrá la responsabilidad de ganarlo en casa si quiere llegar a la final por el ascenso. Su rival, el conjunto del Gallego Méndez, no está pasando por un buen momento pero tiene algunos jugadores importantes y será muy duro el partido de vuelta. Además, unas fechas atrás, el mismo Platense supo ganarle a Atlanta en Villa Crespo llegando una sola vez en todo el encuentro y sin jugar a nada. En esta semifinal, el Calamar volvió a mostrar un juego opaco, poco ambicioso, pese a tener el apoyo de toda su gente. El parecer de la mayoría de los hinchas locales era que su equipo había decepcionado y no había hecho los méritos suficientes para llevarse una ventaja.
Atlanta mostró algunas cosas interesantes. Tuvo mayor posesión de la pelota y por momentos dominó al local. En un partido mal jugado, con muchas imprecisiones y errores, hubo varias situaciones de peligro para ambos. El Bohemio, pese a jugar levemente mejor, no generó más chances que su rival. Las más claras las tuvo Godoy en dos mano a mano al principio del primer tiempo. El mismo Godoy protagonizó la jugada más polémica de la noche: le cometieron un penal que todo Atlanta reclamó pero que Vigliano no cobró. 
El equipo de Mayor jugó los 90 minutos con gran intensidad, peleando y metiendo cada pelota. En la defensa, Díaz Villán, Francés y Peláez sacaron todas desde arriba. Galeano aportó el juego, sobretodo en el primer tiempo. Y Gabriel Pinto fue la figura, sorprendiendo otra vez en un gran nivel en su nuevo puesto de volante por izquierda. Vega también se destacó sacando una pelota complicada abajo a un palo. Sardella salió lesionado en la primera etapa pero Palisi pudo suplirlo bien.
Atlanta se fue de Vicente López con confianza pero sin ventaja. Ahora deberá asumir la presión de ganar en su propio estadio. No será sencillo, pero las esperanzas están intactas.

lunes, 26 de mayo de 2014

¿Podrá con la maldición?

Llegó la hora de la verdad. Atlanta terminó la fase regular del campeonato con un atractivo empate frente a Barracas Central y finalizó en la tercera posición, por segunda temporada consecutiva. Como en el ciclo de Rondina, el equipo estuvo puntero varias fechas pero luego se cayó. La llegada de Carlos Mayor abrió una nueva esperanza para Atlanta que afrontará el Reducido con el único objetivo de conseguir el segundo ascenso y acompañar a Nueva Chicago a la B Nacional.
Poca importancia tenía para el Bohemio este encuentro en el Sur de la Capital Federal: ya clasificado, solamente restaba saber cómo serían los cruces en el Reducido. Barracas, su rival, en cambio, luchaba por clasificar. Mayor presentó un combinado de juveniles y suplentes que cumplieron una dignísima labor e incluso pudieron haberse llevado un triunfo, pero se les escapó sobre el final. Además, volvió a jugar después de su lesión Maraschi, que se hizo amonestar para llegar a la quinta amarilla, ya que no llega en óptimas condiciones para la semifinal de ida. 
En estas dos semanas se define el futuro futbolístico del Bohemio. La semifinal por el ascenso no será nada sencilla: el rival es el Platense del Gallego Méndez, definiendo en Villa Crespo. Pero más allá del rival, Atlanta deberá romper un maleficio que lleva ya muchos años: la maldición de los reducidos. Desde el año 2000, perdió todas las series eliminatorias por ascensos: en el 2000 y 2004 frente a Sarmiento, en 2004 también con Tristán Suárez, en 2005 con Morón, en 2008 ante Armenio y el año pasado contra Almagro. En esos encuentros, Atlanta no ganó un solo partido y siempre definió de local pero también perdió todos los encuentros en esa condición. ¿La séptima será la vencida? El equipo no llega en su mejor momento pero algo cambió para bien en los últimos partidos y no hay un rival claramente superior dentro del Reducido. Hay que creer: Atlanta puede estar a cuatro partidos del ascenso.

sábado, 17 de mayo de 2014

Una derrota injusta

Habiendo ya asegurado la clasificación al Reducido, el objetivo de Atlanta era mantener el envión para llegar en su mejor forma a las finales por el ascenso. Una victoria como local ante Platense, uno de los posibles rivales en la serie decisiva, hubiera servido para ganar más confianza. El Bohemio jugó como para ganar, pero le faltó gol y cayó injustamente derrotado frente a un rival que no propuso nada y convirtió en la única jugada que tuvo a su favor. El único descuido, el único error de una defensa bohemia que estuvo muy firme la mayor parte del partido. Mantener el arco en cero hubiera sido lo más lógico. En el juego, Atlanta superó al conjunto dirigido por el Gallego Méndez. Fue más, trató mejor la pelota y generó las mejores chances, pero falló en la definición. La tuvo Peláez de cabeza, la tuvo Guzmán, también Galeano. El Bohemio había hecho todo el gasto, pero en su primer descuido llegó el inesperado gol de Platense que marcó la derrota. Atlanta no se pudo sobreponer al golpe. Quedó desorientado, nervioso. Si antes era un equipo práctico, con un Pinto punzante por la izquierda, perdió el orden y la sorpresa cuando Pinto bajó a cubrir el sector de Peláez, en un cambio supuestamente ofensivo de esos que la gente suele aplaudir. El conjunto de Mayor no supo reaccionar y el partido se le fue escurriendo mientra Platense se hacía cada vez más dueño de los tres puntos y de su clasificación.
Jugando así es posible pelear, pero no se pueden cometer ciertos errores y hay que solucionar la falta de contundencia en el área rival. Se extraña a Maraschi, cuya recuperación podría ser una gran esperanza para afrontar el Reducido. 

¿Se puede?

En los últimos años, la decadencia de los clubes grandes del fútbol argentino y el ascenso de los más chicos hizo creer a los que se quedaron atrás que era posible volar más alto. Los hinchas de Atlanta vimos a Argentinos, Banfield, Lanús y Arsenal salir campeones, a Tigre, Chicago y All Boys varias temporadas en Primera. ¿Y porqué nosotros no? Las exigencias son cada vez más altas: los hinchas han visto un club recuperándose y creciendo en la última década pero quieren torcer el destino de tercera división al que nos hemos acostumbrado los últimos 30 años.
Después de la mala experiencia que significó el mecenazgo de Broda en los 90 y los primeros años de este siglo, está claro que un proyecto ambicioso debe apoyarse en recursos genuinos y propios. Todo Villa Crespo parece coincidir en que los aportes externos de un inversor no son la solución sino que la clave está en ordenar las finanzas, aumentar la masa societaria y explotar los recursos propios. En este sentido, los ejemplos de casos exitosos de este tipo son pocos. Tigre tiene a Massa, All Boys a Bugallo. Argentinos, Banfield, Lanús y Arsenal tienen o tuvieron un peso importante en AFA. Lo interesante es que algunos de estos casos testigo muestran cómo el éxito no sustentado en recursos propios puede significar un duro golpe cuando se terminan las bondades del benefactor, sea éste político o económico. ¿Qué será de Tigre sin Massa o de Arsenal sin Grondona? Ya lo supo Atlanta cada vez que Broda abandonó el barco. Le cuesta mucho a un club salir de un esquema en donde se acostumbró a los favores políticos o a los aportes financieros mensuales de un mecenas. Pero es el único camino sustentable hacia un proyecto serio y duradero. La gran pregunta es si realmente se puede, si hay lugar en este fútbol argentino corrupto para un club que quiera crecer por su propia cuenta, por las buenas. 

lunes, 12 de mayo de 2014

Una nueva esperanza

Atlanta volvió al triunfo y se festejó con ganas en Villa Crespo. No era para menos. La sequía había dejado como saldo la pérdida del título en manos de Chicago, el cargo de Cassano como entrenador y el peligro incluso de no clasificar al Reducido. El Bohemio necesitaba una victoria así en el segundo partido del ciclo de Carlos Mayor, que llegó al club con la misión de resucitar a un equipo en decadencia e intentar pelear por el segundo ascenso. Era fundamental ganar en casa y ante un rival importante, directo en la lucha por la clasificación, como Los Andes. Atlanta fue más que el conjunto que mejor se armó para afrontar esta temporada, demostró que todavía está vivo, que la puede pelear, y se llevó tres puntos que lo acercan al Reducido. 
Pero en la cabeza de ningún hincha está la idea de clasificar al Reducido como un objetivo por sí mismo. El ascenso es lo que se busca. Sin embargo, es difícil borrar del recuerdo las últimas presentaciones bohemias en cuadrangulares y octogonales, en donde el equipo llegó decaído y se despidió muy rápido. Hay que llegar pero hay que llegar bien, en forma y con un equipo competitivo. Frente a Los Andes Atlanta dio un paso para avanzar en confianza y, si bien todavía resta enfrentar a Acassuso entresemana, el partido contra Platense en la siguiente jornada será importante también para que el equipo pueda crecer y creer que es posible atrapar el segundo ascenso. 
El plantel es corto , en el banco de suplentes no hay muchas variantes y la lista de lesionados y suspendidos aumenta los problemas. Pese a todo, se celebra el regreso de Francés en la zaga central, figura ante los Milrayitas. A su vez, si bien todo el equipo exhibió una mejora futbolística en cuanto a actitud, agresividad y dominio con respecto a partidos anteriores, se observaron buenos rendimientos de Pinto, Galeano, Godoy y Sardella, que recuperó su predominio en la mitad de cancha. El juvenil Ledesma, por otra parte, entró bien y pide pista. A él le cometieron el penal que terminó convirtiendo Godoy.
Está claro que muchos problemas persisten en este Atlanta que se sacó la mufa (como Godoy en su festejo de gol) pero todavía tiene que recuperar confianza, tranquilidad y contundencia. Sufrió mucho, demasiado, para llevarse los tres puntos, aunque ante un rival complicado. Solamente pudo convertir de penal y no logró ganarlo con mayor amplitud pese a que terminó con 10 jugadores contra 8 de Los Andes, y con Lorefice atajando en lugar de Gagliardo. 
Hay una nueva esperanza que se abrió en los corazones bohemios. Mayor y sus hombres deberán confirmarla en estos partidos y demostrarle al hincha que se puede.

miércoles, 30 de abril de 2014

El mito del federalismo en el fútbol

Uno de los argumentos que mayor apoyo pareciera encontrar en la población en favor de la nueva reestructuración de los torneos de fútbol argentino es el de la supuesta necesidad de federalizar el deporte más popular del país. ¿Quién podría negarse a semejante argumento? ¿Quién podría rechazar a los hermanos del Interior? Aparentemente, solamente un porteño egocéntrico y soberbio.
Sin embargo, hay que tener cuidado. Es cierto que el fútbol argentino se ha caracterizado históricamente por ser protagonizado casi exclusivamente por equipos de Buenos Aires y sus alrededores, a diferencia de otros países en donde hay varios equipos importantes en cada ciudad (Brasil, Colombia, México, España, Italia, Inglaterra, etc). Pero también es cierto que Argentina es un país poco federal, en el sentido de que Buenos Aires ha siempre concentrado toda actividad política, económica, cultural. El fútbol es un ejemplo. No se puede pretender que federalizando el fútbol se logre federalizar el país entero: el proceso debe ocurrir a la inversa. Si Brasil tiene equipos igualmente fuertes en Rio, San Pablo, Porto Alegre y Belo Horizonte es porque son ciudades más o menos igualmente fuertes también.
La Historia nos enseñó que experimentos como éstos no ayudan a federalizar, sino a exponer las grandes diferencias que existen entre los equipos. En 1967 se dio la primera gran reestructuración del fútbol argentino, con la inclusión de los equipos del Interior en los torneos Nacionales. Previamente, el sistema era claramente injusto porque ningún equipo del Interior podía participar de la Primera División a menos que se afiliara directamente a la AFA. Aquella reestructuración permitió el crecimiento y fortalecimiento de equipos exteriores a Buenos Aires como Rosario Central, Newell's (que ya participaban de todos modos en Primera porque estaban afiliados), los cordobeses Belgrano, Talleres, Instituto y Racing, y en menor medida algún que otro equipo con campañas dignas. El resto en general mostró un nivel muy por debajo de la categoría. Puerto Comercial de Bahía Blanca recibió la peor goleada en Primera en el profesionalismo: 13-1. Muchos partidos no tenían demasiado interés, y los torneos Metropolitanos eran más atractivos porque jugaban mejores equipos. 
Pronto los cordobeses fueron incluidos en los Metropolitanos y en 1985 volvió a reestructurarse el fútbol. Desaparecieron los Nacionales: luego de casi 20 años el fútbol argentino se había federalizado muy poco. La creación del Nacional B fue una decisión correcta: de esa manera se podía determinar qué equipos jugarían en Primera en base al mérito deportivo y no por pertenecer a una determinada región. Los ascensos y descensos a lo largo de estos casi 30 años de Nacional B mostraron, con oscilaciones, que los equipos del Interior nunca llegaron a "copar" la Primera División por méritos propios. Hubo equipos de Chaco, Corrientes, San Juan, Mendoza, Tucumán, Jujuy, Salta, pero siempre fueron una minoría, y en general peleando por el descenso. Nunca un título de Primera viajó más lejos que Rosario.
No se puede federalizar por decreto, no se puede inventar lo que no existe. Esto no es discriminación positiva. Los clubes del Interior no son las provincias relegadas por el puerto de Buenos Aires en la época de Bernardino Rivadavia. Tienen detrás importantes sponsors y el dinero y el apoyo político de gobernadores e intendentes, algo de lo que no gozan los pequeños clubes de Capital Federal, que en estos tiempos han sido los peores perjudicados en la repartija de favores y ayudas. Que no nos metan más el verso de la federalización del fútbol argentino.

sábado, 26 de abril de 2014

Sin triunfo y sin DT

Volvió a sumar una nueva decepción Atlanta, que lleva seis partidos sin ganar y empieza a correr peligro la clasificación al Reducido, cuando ya Chicago se vuelve prácticamente inalcanzable. El Bohemio ratificó parcialmente algo de las mejoras futbolísticas exhibidas en Morón, pero no pudo llevarse los tres puntos. Se repitió la misma historia que en otros partidos: empezó ganando pero no logró sostener la ventaja y otra vez se le escapó sobre el final. No pega una Atlanta. Ahora, cuando quedan 5 encuentros por disputarse, se quedó sin técnico: Pipa Cassano ya había acordado con los dirigentes antes del encuentro terminar este ciclo que tuvo un gran comienzo pero una importante declinación en el último tramo. El Bohemio intentará levantar vuelo con un nuevo DT, con el objetivo de pelear por el segundo ascenso. 
En Villa Crespo, fue más que un Defensores que solamente piensa en zafar del descenso a Primera C, pero otra vez se le negó la victoria. En el comienzo del primer tiempo, Acuña puso arriba al local. El Chichi venía de ser figura en el Oeste y hoy, aunque no jugó bien, tuvo su premio de gol. Posteriormente, Atlanta tenía el partido a su favor: parecía que si aceleraba podía llegar el segundo. Pero no lo definió cuando era el momento de hacerlo, y se cayó. Perdió el mediocampo y dejó llegar a Defensores. El cambio de Nanía por Acuña pareció tardío, pero de todos modos el empate llegó a poco del final, en una jugada muy polémica: el juez de línea había marcado córner para Atlanta, pero el árbitro Giménez marcó saque de arco, y de allí vino la contra del conjunto visitante. En lo que quedaba del tiempo, los jugadores locales estaban muy nerviosos y no pudieron reaccionar. 
El Bohemio dejó pasar otra chance y sigue flaco de triunfos. Sumando tan poco se van acercando los rivales. Como el año pasado, Atlanta punteó este torneo y se ilusionó con el título pero se cayó al final y ahora debe pelear para entrar al Reducido. A diferencia del campeonato anterior, cuando muchos hinchas pedían la renuncia de Rondina, esta vez los dirigentes decidieron dar un timonazo y cambiar de técnico para intentar revertir esta tendencia negativa.

miércoles, 23 de abril de 2014

Difícil de explicar

Resulta complicado digerir una derrota como la que sufrió Atlanta este martes a la noche. Venía de empatar cuatro encuentros consecutivos, jugando cada vez en un nivel futbolístico más bajo y la paciencia de la gente se había agotado. Ante Morón parecía ser otra la historia: empezó ganando, mejoró el nivel de juego, pero se lo dieron vuelta y se fue con las manos vacías sobre el final. Como para no amargarse: las cosas no le están saliendo nada bien al Bohemio, que merecía llevarse un triunfo enorme que se correspondiera con la clara superioridad que demostró ante un rival duro, pero se fue derrotado. No aprovechó la caída de Chicago, el puntero, y se le acercan cada vez más los perseguidores.
¿Alcanzará la luz de esperanza que apareció con esta recuperación futbolística exhibida en el Oeste? ¿O el resultado negativo opacará todo y volveremos a ver el equipo anodino, nervioso, de las últimas fechas? Una victoria hubiera sido justa, ideal para volver a creer. Ahora hay que hacer un gran esfuerzo para volver a ilusionarse cuando los resultados vienen siendo tan esquivos. Es que el fútbol es así: en la tabla de posiciones solamente quedará registrado el 2-1 a favor de Morón, los dos goles de un Akerman que tuvo el sentido de la oportunidad que no tuvieron los definidores bohemios.
Sin Maraschi, lesionado, Atlanta encontró el fútbol de la mano de un Acuña enchufado, movedizo, que jugó su mejor partido en la temporada y se ganó seguramente la titularidad para reemplazar a Maraschi. Junto a Guzmán en el primer tiempo y Marcos Godoy, comandaron la ofensiva de un Atlanta que fue más, por ambición y claridad. Generó las mejores chances, con el partido 1-0 gracias al cabezazo del uruguayo Díaz Villán, y luego del empate 1-1 a principios del segundo tiempo. Pero pagó muy caro sus fallas en la definición (el ingresado Collavini se perdió la más clara) y las distracciones defensivas.
No tiene respiro Atlanta. Hace cinco que no gana y eso es mucho para pelear arriba. Únicamente un triunfo traerá algo de tranquilidad a Villa Crespo.

sábado, 19 de abril de 2014

Sin respuestas

Cuarto empate consecutivo de un Atlanta que se aleja cada vez más de la punta. El título se le escapa al anterior puntero y las ilusiones están en baja en Villa Crespo: pocos confían en que pueda luchar por el segundo ascenso. Todavía está a tiempo: quedan varias fechas y el equipo de Pipa Cassano se mantiene por ahora cómodamente en la segunda posición, aunque los perseguidores se acercan. Todavía Atlanta puede recuperar el fútbol y clasificar al Reducido con mejores expectativas. 
Pero en los últimos partidos no hubo respuestas. Por el contrario, el Bohemio juega cada vez peor, y está cada vez más lejos del nivel que lo llevó a pelear arriba. Esta tarde-noche, los hinchas explotaron y, por primera vez en mucho tiempo, despidieron a los jugadores con estridentes insultos y silbidos. La gente, todavía dolida por el ascenso perdido en el ciclo Rondina, siente que nuevamente sufrirá una decepción. Las críticas al DT van en aumento: ¿se mantendrá la confianza de la CD al técnico que inicialmente había sido interino pero que por los buenos resultados se quedó definitivamente, como Javier Alonso en su momento? Por lo pronto, Cassano no tiene mucho margen de acción. Al revocar la sanción de Godoy y hacerlo entrar en la segunda etapa, ahora no parece haber muchos cambios posibles para meter en la alineación: los de adentro no andan bien, pero cuando entran los de afuera es peor.
Atlanta jugó un pésimo partido recibiendo en su cancha por primera vez en la historia a Ferrocarril Urquiza, hoy patrocinado por la Universidad Abierta Interamericana. El primer tiempo fue un desastre: el Bohemio fue inferior a su rival, no encontró la pelota y no generó una buena chance de gol en toda la primera etapa. Una imagen lastimosa, lamentable, estaba dejando un equipo que pretende luchar el ascenso. En el segundo tiempo, con el ingreso de Godoy, Atlanta mejoró un poco. Produjo, al menos, algunas situaciones de peligro, pero sin contundencia, sin constancia. No insistió, no pudo arrinconar a un rival débil, humilde, que festejó el empate como un triunfo. 
Villa Crespo fue un festival de errores, de pifias y pases al rival. Luego llegaron los insultos. Los ánimos están bajos, y Atlanta tiene que recuperarse lo más pronto posible si no quiere dejar pasar el tren este campeonato. Ahora se viene un choque duro de visitante en Morón.

domingo, 13 de abril de 2014

No encuentra el camino

Tres empates consecutivos y Atlanta no encuentra la senda del triunfo que lo devuelva a la lucha. Chicago sigue ganando y se aleja cada vez más, por eso ahora el objetivo es recuperar al menos la memoria futbolística. En Caseros, no pudo frente a un Estudiantes que deambula en los últimos puestos de la tabla y que en la primera parte del partido lo superó con claridad. En el primer trampo del primer tiempo fue mucho más el local y se puso en ventaja con un remate que se desvió en un defensor bohemio. Atlanta hacía agua por los costados, no podía hacerse de la pelota y le era imposible generar algo de juego. Lazzarini y Maraschi no recibían, Galeano y Nanía no podían jugar. Un comienzo desesperanzador que parecía tener un claro destino de derrota y que era una continuación del pésimo partido realizado frente a Armenio.
Sin embargo, por algo Estudiantes está donde está y pronto se vieron sus falencias, sus debilidades. Atlanta, que se mostraba sin alma y sin ideas, comenzó a animarse y encontró el empate con un penal que le cometieron a Lazzarini y que él mismo convirtió en gol. A partir del 1-1 el Bohemio empezó a creer y a crecer, y emparejó el juego. En la segunda etapa, el triunfo pudo haber sido para cualquiera de los dos. Vega tapó algunas pelotas importantes pero también Lazzarini se perdió increíblemente el gol de la victoria y a Maraschi le anularon un gol por posición adelantada. 
El equipo de Cassano mejoró su imagen luego de un mal comienzo en el partido, y pudo haberse llevado los tres puntos de Caseros. Sin embargo, sigue mostrando un rendimiento pobre y no ofrece variantes. En el banco no parece haber alternativas tampoco. ¿Se terminará la sanción a Godoy, a quien el equipo extrañó mucho en estos dos partidos?

jueves, 10 de abril de 2014

Lollipop

Los bohemios vivieron un partido para amargarse en la noche villacrespense. Ni siquiera cuando el equipo estaba ganando se vieron rostros de alegría. Finalmente, con el empate de Armenio consumado, se hizo sentir la bronca y la desesperanza. Es que Atlanta jugó muy mal los 90 minutos, con algunos rendimientos individuales bajos y un nivel colectivo que invita a olvidarse de la lucha por el campeonato. Mientras Chicago sigue imparable, Atlanta sigue dejando puntos en el camino y no da respuestas futbolísticas. 
Fue un encuentro mal jugado por ambos, especialmente por el conjunto visitante. Con más razón, se podía esperar más de el equipo de Cassano, que tuvo la posesión de la pelota a su favor pero mostró una gran carencia de ideas. Con Godoy mirándolo desde la platea tras el escándalo en Agronomía, Atlanta no tuvo un centrodelantero entre los 18 convocados. Lazzarini, de bajísimo nivel en este 2014, no pudo suplantar a un Godoy que esta noche todo Villa Crespo extrañó. La panquequeada fue total: Marcos pasó de ser el gran culpable y centro de las críticas, a indiscutible e imprescindible entre los once. ¿Habrá perdón de parte de Cassano para con un jugador polémico y con problemas en el grupo pero que en la cancha es muy importante para el equipo? Ojalá se puedan arreglar las diferencias porque hay que buscar lo mejor para Atlanta. El Bohemio falló en la creación y en la ejecución del juego, y en general todo el equipo estuvo desafinado, con problemas también en la mitad de cancha y en la defensa. El gol de carámbola de Peláez (la pelota se desvió en un jugador de Armenio) otorgaba tres puntos que significaban solamente eso: tres puntos. Pero si el Bohemio había hecho poco para merecer el triunfo -si bien había sido más que su rival- terminó regalando la ventaja al retrasarse demasiado y dejar crecer a Armenio. La igualdad perpetrada sobre el final por un ex, Gastón Lolli, fue el gran golpe. Y pudo haber sido derrota si entraba un tiro libre que dio en el travesaño, tras la expulsión de Nelson González.

sábado, 29 de marzo de 2014

A otro ritmo

Mientras Chicago sigue arrasando en la categoría, Atlanta no puede seguirle el ritmo. La campaña del conjunto de Cassano sigue siendo muy buena, pero no está para competir con un equipo que no para de ganar. A este paso, los de Mataderos se irán alejando cada vez más, escapando hacia el campeonato. Ésta fue una fecha en que se estiraron las diferencias: los dirigidos por Guede superaron con holgura a Platense, mientras que el Bohemio no pudo vencer a Comunicaciones en Agronomía. Ahora Atlanta está segundo a 5 puntos de  la punta, y en la fecha que viene quedará libre, por lo que Chicago tendrá la chance de irse a 8 puntos. 
Atlanta no es un equipo arrasador, no está para pasar por encima a todos los rivales. Puede ganar la mayoría de los partidos pero, jugando así, sumará también empates y derrotas. Hoy en Agronomía no se vio una buena versión del equipo. Cassano paró a los mismos once que habían vencido cómodamente a Colegiales, pero se encontró con otro contexto, con otro rival. Comu, con tres delanteros, mostró mayor iniciativa, más ambición, y fue más en un primer tiempo en el que generó varias llegadas. En la segunda parte se emparejó el juego. En definitiva, fue un 0-0 aburrido y justo. Atlanta no fue claro, no supo imponer su juego, pese a contar desde el arranque con Galeano, Castro y Nanía, tres jugadores con buen pie, más los dos atacantes. Pero Maraschi estuvo impreciso y recibió pocas pelotas, y Godoy peleó todas pero no tuvo su premio. Siempre le faltó dar la última puntada. Muy poco del Bohemio en ofensiva, porque no fue constantemente agresivo y porque no encontró alternativas futbolísticas para llegar al gol. Así dejó que Chicago se escapara en la punta del torneo.

sábado, 22 de marzo de 2014

Con un tiempo alcanzó

No había otra opción: Atlanta estaba obligado a ganar, y cumplió con su parte. Después de la derrota en Tristán Suárez y de una nueva victoria del líder Chicago, debía superar a Colegiales, uno de los peores equipos del campeonato, para no perder de vista la punta. No ganar hubiera significado perder mucho terreno, y un golpe muy duro a las aspiraciones del cual hubiera sido difícil reponerse. Pero lo importante es que obtuvo una victoria tranquila y merecida, por 2-0, imponiendo su superioridad ante un rival evidentemente más débil.
El Bohemio recuperó la memoria futbolística en el primer tiempo, cuando salió con sed de triunfo y pudo saciarse en la primera media de hora de juego. Matías Castro, que regresó a la titularidad, hizo el primero de cabeza tras un buen centro de Maraschi. El segundo fue una obra maestra de Juan Galeano, tantas veces cuestionado por los hinchas pero que en los últimos encuentros fue fundamental para el juego colectivo. Y ahora coronó su buen momento con un golazo que seguramente esté entre los mejores del año en todo el fútbol argentino: genial apilada desde mitad de cancha, incluyendo caños, pausas, enganches, cambios de ritmo y una definición heterodoxa. Los goleadores fueron entonces Castro y Galeano, dos jugadores surgidos en las Inferiores, dos talentosos que han sabido escuchar las críticas y los murmullos en Villa Crespo.
El 2-0 en tan poco tiempo cerró el partido antes de lo usual. Atlanta se dedicó a seguir buscando con lujos pero sin éxito, y terminó relajándose, dejando pasar los minutos. Colegiales se acercó a veces peligrosamente. Incluso estuvo cerca de empatarlo cuando el encuentro estaba 1-0, con un cabezazo que despejó Perujo en la línea. En la segunda etapa, el visitante tuvo la pelota -se la regaló Atlanta - pero no supo qué hacer. El segundo tiempo estuvo de más. Con el primero alcanzó para lucirse, conseguir los goles y asegurar los tres puntos que le dan al conjunto de Cassano la tranquilidad de seguir en la pelea por el ascenso.

domingo, 16 de marzo de 2014

Lo perdió al final

Tristán Suárez convirtió el gol en la última jugada del partido, pero Atlanta lo perdió en los 90 minutos anteriores. El Bohemio jugó un muy mal partido como visitante y terminó pagando caro: finalmente se fue con las manos vacías cuando parecía que se llevaba un punto valioso, por como se había dado el partido. Ahora puede perder la punta en manos de Chicago, que con el empate lo superará en la tabla.
Así culminó la intensa seguidilla de partidos, que significó un gran esfuerzo físico, con suspendidos y lesionados. Atlanta jugó con gran intensidad y agresividad los encuentros anteriores, consiguiendo buenos resultados, pero llegó a Suárez cansado y no pudo mantener el nivel. Incluso, fue seguramente el peor partido desde que Cassano está al frente del plantel. En cuanto a nombres y planteo táctico, poco cambió. Pero esta vez los jugadores no respondieron. Estuvieron desaparecidos, mostrando un bajo nivel individual, perdiendo casi todas las pelotas divididas. La diferencia física se notó. Godoy peleó solo arriba lo que pudo, pero sin éxito. A Tristán no le costó defenderse y despejar todos los intentos bohemios. Atlanta no tuvo ideas, no supo cómo penetrar en la defensa local, cómo generar peligro. Únicamente cuando se combinaron Galeano y Nanía apareció algo de fútbol, pero lo hicieron muy poco. El Bohemio no pudo generar situaciones, no asustó nunca al arquero Ramírez. 
Tristán fue un poco más. Porque fue más peligroso, porque tuvo más en claro cómo lastimar ofensivamente. Matías Vega terminó siendo figura gracias a algunas intervenciones. Finalmente, el gol sobre el final fue un balde de agua fría para Villa Crespo, pero la derrota fue justa. Atlanta fue castigado por hacer todo mal, porque no se vio ninguna de las virtudes del puntero. Ahora tiene una semana para descansar y para afrontar el partido con Colegiales, donde buscará retomar la senda.

jueves, 13 de marzo de 2014

Punto, punta y aplausos

Atlanta no pudo lograr la victoria pero esta vez el público, usualmente exigente, despidió a los jugadores con aplausos y cantando como si los tres puntos hubieran quedado en Villa Crespo. Al menos el equipo rescató un empate sobre el final en un partido en el que la suerte no estuvo a su favor y que le permite seguir en la punta junto a Chicago. Claro que el objetivo era aprovechar la igualdad de los de Mataderos ante Flandria para disfrutar de la punta en soledad, pero la gente terminó rescatando el esfuerzo y el juego de un equipo que venía de ganar dos seguidos de visitante.
Hubo un solo equipo en el partido: el conjunto dirigido por Cassano. Fue el que desde el primer minuto se volcó al ataque, con una actitud agresiva, punzante, monopolizando la pelota y arrinconando al rival contra su arco. El Bohemio intentó jugar, por momentos lo hizo bien, y generó las mejores oportunidades aunque falló en la definición. Tampoco tuvo la suerte de los últimos partidos, sino todo lo contrario. No importaron las ausencias de Díaz Villán y Palisi, Atlanta fue a buscar el triunfo que necesitaba. Nanía y Galeano manejaban el juego, mientras que Godoy aguantaba todas arriba. Temperley jugó como un equipo chico, muy retrasado, con una actitud muy mezquina. Se ve que Rezza quiere repetir lo que hizo con San Carlos hace 1 año: ¿le alcanzará sin Vegetti? Sin embargo, logró ponerse 1-0 gracias a un error defensivo de Atlanta, con responsabilidad de Nelson González y Vega, que no tuvo una buena noche. Decir que fue la única llegada del visitante en el primer tiempo sería exagerado: fue la única vez que cruzó la mitad de cancha. El Bohemio tuvo la más clara en los pies del intermitente Flores, que remató al travesaño. 
En la segunda parte Atlanta no tuvo tan en claro el camino, pero siguió generando chances. Por ejemplo, una muy clara en los pies de Maraschi. El equipo se desordenó con los ingresos de Acuña y Lazzarini, que no se engancharon bien en el juego. Temperley resistía como podía, con todos los recursos posibles, e incluso pudo haber aumentado con un tiro libre. Pero pronto comenzó a sufrir por las expulsiones. Perdió a un jugador por demorar, y por último a Gastón Aguirre, que le fue con todo a Godoy. De ese tiro libre nació el empate bohemio, a cinco del final. Centro de Lazzarini y cabezazo de Nelson González, que se desvió en algún rival. Con dos jugadores más, estaba todo dado para darlo vuelta, pero no hubo hazaña. No hubo festejo. Apenas los hinchas pudieron irse orgullosos de sus jugadores, que si mantienen este nivel podrán seguir peleando por el ansiado ascenso.

domingo, 9 de marzo de 2014

Atlanta no afloja

Mientras Chicago continúa con su increíble racha ganadora (llegó ya a ocho triunfos consecutivos) y se mantiene firme en la punta, Atlanta no se queda atrás. El Bohemio volvió a ganar y comparte la cima con el conjunto de Mataderos. Con el 3-2 a Fénix en Pilar ratificó su buen presente, sobretodo en calidad de visitante, condición en la cual lleva tres victorias al hilo. Cuando un equipo está en un buen momento, salen bien las cosas y los números acompañan. El conjunto dirigido por el Pipa Cassano -que en 11 partidos sacó 24 puntos- tiene todavía elementos por corregir y mejorar, pero eso no le impide mantenerse en la senda ganadora. 
En su visita al sorprendente Fénix, que en su primer año en la Primera B se animó a pelear en los primeros puestos, el Bohemio se mostró concentrado desde el primer minuto, con actitud y presionando en todo el campo con Palisi y Sardella como abanderados. Así, en un partido abierto jugado por dos equipos con pretensiones ofensivas, aprovechó los espacios y los errores que ofreció el local. Nuevamente, como en Campana, logró ponerse dos goles arriba en el primer tiempo. Primero convirtió Nanía al tomar un rebote de un tiro libre, y luego aumentó Maraschi, que solamente tuvo que empujar un desborde de Godoy, tras un grosero error defensivo. El 2-0 era demasiado, y el descuento de Fénix, a través de un penal, otorgaba un poco más de justicia al marcador. A la vez, volvía a ponerle pimienta al partido. El conjunto recién ascendido fue con todo a buscar el empate, aunque descuidándose demasiado atrás. Atlanta aprovechó la oportunidad y en el segundo tiempo Godoy pudo marcar su gol, el tercero. Parecía que con el 3-1 el visitante podía ganar con mayor tranquilidad, pero el local volvió a descontar, tras un rebote que dejó Vega. Los últimos 15 minutos vendrían con mucho sufrimiento, con Fenix buscando la igualdad desesperadamente y Atlanta defendiendo la ventaja. Guzmán se perdió un mano a mano, y Lazzarini desperdició la chance de rematar sin arquero rival.
Finalmente los tres puntos fueron para Villa Crespo. El Bohemio ganó un partido difícil, de ida y vuelta, de golpe por golpe frente a un rival de los de arriba, más allá de su humildad e historia. Con poder de gol, con oportunismo, con jugadores que van entendiendo a lo que juegan y que quieren pelear por el ascenso. 

miércoles, 5 de marzo de 2014

De Campana a la punta

Una gran oportunidad tenía Atlanta en este partido pendiente: vencer a Villa Dálmine y alcanzar a Chicago en la punta. Lo hizo y de esta manera recuperó el lugar de privilegio que había perdido recientemente. El Bohemio consiguió 10 de 12 puntos posibles desde su derrota ante el otro líder, y demuestra que sigue dando pelea arriba, que el equipo tiene con qué. Además rompió una larga racha negativa en Campana, donde no ganaba desde 1980.
El conjunto de Cassano resolvió todo en el primer tiempo. El encuentro era parejo hasta que el gol de Godoy cambió totalmente el rumbo. Marcos volvió a convertir después de una rueda de sequía y el gol fue fundamental para que Atlanta se convirtiera en amo y señor del partido. Un minuto después, Maraschi se escapaba solo y le cometían penal. Atajó Agustín Gómez y Maraschi increíblemente no pudo meterla en el rebote, pero el encuentro siguió siendo favorable para el visitante. Con una jugada y definición magistral, Galeano ratificó su buen nivel y aumentó la cuenta. Un golazo. Lástima que Juan debió retirarse lesionado antes del entretiempo: tiene un esguince. El autor de su lesión, Ferreyra, también se fue antes del descanso, al ver la tarjeta rojo poco después.
Con un hombre más y la ventaja de dos goles, Atlanta tenía el camino a la victoria totalmente allanado. Dámine no atinó a reaccionar, y el equipo de Cassano se dedicó a monopolizar la pelota, dejando pasar el tiempo y buscando esporádicamente aumentar la diferencia. Fue un triunfo tranquilo, merecido, con una buena producción ofensiva y una sólida tarea defensiva. Las malas noticias fueron la lesión de Galeano y la quinta amarilla de Perujo.

domingo, 2 de marzo de 2014

Se quedó en los merecimientos

Si en los últimos dos partidos -frente a Almagro y Chacarita- Atlanta tuvo la suerte a su favor y pudo llevarse dos triunfos, esta vez se quedó con los merecimientos pero no pudo festejar una victoria en su casa, recibiendo a Deportivo Merlo. No pudo aprovechar el envión del clásico y perdió dos puntos que lo alejan de Chicago, el imparable puntero.
No hay dudas de que el Bohemio fue más que Merlo y que mereció llevarse los tres puntos. Se mostró superior a lo largo de los 90 minutos, y generó una buena cantidad de situaciones de peligro como para convertir. El visitante tuvo sus chances cuando el local se la jugó totalmente en ataque en el segundo tiempo, y de contra el ingresado Ada complicó a los defensores. 
Cassano se decidió para este partido por un cambio de esquema, siguiendo la sintonía del equipo que paró en la segunda etapa en San Martín. 4-4-2 con Palisi-Sardella de doble cinco. Atlanta dependió futbolísticamente de un Nanía intermitente por la derecha, un Maraschi que bajó para hacerse de la pelota y un Galeano que fue lo más destacado del equipo de mitad de cancha hacia adelante. Juan manejó la pelota y fue el único que aportó juego, que intento distintas alternativas para quebrar al rival. Godoy volvió a estar enemistado con la pelota y tuvo otra actuación para olvidar. Cuando el tiempo pasaba y el 0-0 no se movía, Cassano no movió muchas piezas. Rompió el doble cinco con el ingreso de Guzmán por Palisi y el equipo se paró más adelante pero el gol no llegó. Estuvo cerca. La más clara la tuvo Maraschi, cuando conectó a la carrera un centro pasado y la pelota rebotó en Llinás. En esa misma jugada, en el rebote, Godoy intentó definir pero le cometieron un clarísimo penal que Barraza no vio. El árbitro, que tiene un historial de polémicos arbitrajes con Atlanta, no otorgó otro claro penal a Maraschi en la segunda etapa. Por supuesto, Barraza se llevó todos los insultos del público de Villa Crespo, como es habitual y sobretodo después de aquel gol fantasma en Berisso que fue clave en el ascenso perdido la temporada pasada. 
Por Barraza o por sus propios problemas, Atlanta no pudo ganarlo pese a que hizo los méritos para hacerlo. Ahora tiene la oportunidad de recuperarse en el pendiente en Campana, en donde si triunfa podrá alcanzar a Chicago en la cima.  

lunes, 24 de febrero de 2014

En medio de la alegría, no olvidar

La victoria en el clásico llenó de goce los corazones bohemios, más acostumbrados al sufrimiento y a las decepciones. La visita en San Martín no sólo fue más que positiva por el aspecto futbolístico, sino también porque la delegación visitante (dirigentes, allegados, periodistas partidarios) fue tratada muy bien por el club local, algo para remarcar. Suena raro tener que destacar esto cuando debería ser la norma, pero los antecedentes recientes obligan a hacerlo. Es reconfortante saber que algo ha cambiado para bien, pero nunca podemos dejar de olvidar lo que pasó en aquel fatídico clásico en 2012. Visto lo que ocurrió en esta última edición en 2014, se puede ver con más claridad lo que ocurrió aquella tarde. Desde Chacarita muchos se excusaban en que los dirigentes de Atlanta habían "gritado el gol de Mancinelli y se habían burlado", para justificar el ataque posterior. La violencia fue presentada entonces como un impulso espontáneo, cocinada con la bronca de la derrota parcial, de las supuestas burlas. Una calentura, digamos. Algo del momento, que se salió de control. Nada de eso ocurrió esta vez, cuando el Bohemio ganaba 2-0 y con un jugador más.
Queda más que nunca a la vista que en aquel clásico de 2012 hubo una emboscada que no nació del impulso ni fue espontánea, sino que fue específicamente planeada con alto grado de previsión. Estaba todo armado. Y los descerebrados de siempre fueron los actores del intento de matanza, pero en el armado participaron sin duda la dirigencia de aquel momento y la Policía, que despejó la zona. Si no resulta extraño que un presidente de un club participe de un acto barbárico como éste, más increíble e indigno aún es que gente de Prensa haya estado metida en esto, si uno tiene el prejuicio de que la secretaría de Prensa de un club debería ser un órgano de camaradería, civilidad y racionalidad. Pero no, en Chacarita en ese momento todo el club estaba infestado por esa peste que se manifestó aquella tarde de forma tan bárbara, explotó como un volcán de destrucción, llevándose por delante todo dejo de humanidad y honor.
Hoy celebremos que algo ha cambiado y ojalá todos los Chacarita-Atlanta que vengan sean en paz. Nosotros también debemos cumplir con nuestra parte.

sábado, 22 de febrero de 2014

La alegría fue toda bohemia

A disfrutar. No hay muchas oportunidades como ésta, festejar un triunfo enorme, trascendental. Atlanta se adueñó del clásico, le ganó al rival de siempre. Desde 1997, con aquel zapatazo de Fabio Giménez que el Bohemio no podía derrotar a Chacarita. Desde aquel día, pasaron muchas frustraciones: varios empates y algunas derrotas. Hoy, aquel gol de Giménez será reemplazado por el derechazo de Fefi Sardella. Atlanta se ponía sorpresivamente 2-0 y le daba un golpe terrible al conjunto local. Una montaña de jugadores bohemios festejaba encima del goleador. ¿A quién le importa el análisis? ¿A quién le importa que la victoria haya sido inmerecida o que el equipo haya podido irse dos goles abajo en el primer tiempo? De eso se ocupará Cassano en la semana. El técnico no puede confundirse, sabe que su equipo ganó los últimos dos encuentros sin jugar bien y con bastante suerte a su favor. Hoy nada de eso importa, porque se ganó un partido que para el hincha era importantísimo, porque necesitaba ganarle a Chacarita, porque muchos hinchas jóvenes no recordaban nunca haber ganado un clásico. Un triunfo que en la tabla vale tres puntos, pero para el hincha es invaluable. Y una especie de revancha por todas las veces anteriores en que Atlanta mereció mejor suerte y terminó yéndose con las manos vacías o con un empate.
Lo que es el fútbol. Porque después del primer tiempo y el comienzo del segundo era difícil de imaginar semejante resultado. El local había sido muy superior, monopolizando la pelota, con iniciativa de ataque, generando gran cantidad de situaciones y convirtiendo a Vega en figura. Atlanta resistía con sus dos centrales, haciendo agua por los costados y sin poder tener la pelota. Nada podía hacer en ataque, en donde pocos hombres se animaban a acompañar. Con ese panorama, se podía esperar a lo sumo seguir aguantando el 0-0. Pero como cuando luego de una terrible tormenta el cielo se despeja y un sol radiante aparece, todo cambió. El ingreso de Palisi en la mitad de cancha fue clave. ¿Cuántos habrían acusado a Cassano de cagón por este cambio? Atlanta encontró un gol impensado en un tiro de esquina, cuando la terminó metiendo en contra Nizzo aunque Godoy se adjudicó la autoría del gol. Chacarita sintió el golpe y perdió el dominio. Atlanta se agrandó y se animó a más. Guzmán se la bajó a Sardella y el volante, que mejoró su rendimiento teniendo a Palisi a su lado, anotó el segundo. El Bohemio se afianzó atrás, y todo se simplificó con la tonta expulsión de Rosso, un pibe que había complicado muchísimo a Perujo en el primer tiempo. Ahora todo estaba a favor del visitante. El partido se dio vuelta como una media. El descuento llegó cuando ya se estaba terminando todo, y no hubo tiempo para más, por suerte. La victoria ya era bohemia, la alegría era todo villacrespense.

domingo, 16 de febrero de 2014

Nada más que un triunfo

Nada más y nada menos que tres puntos. No se puede rescatar más que la victoria que se llevó Atlanta, que le sirve para recuperarse tras la derrota ante Chicago, para retomar la punta que había perdido, y para llegar con mayor confianza de cara al clásico en San Martín la semana que viene. Fue un 1-0 ajustado en Villa Crespo, frente a un Almagro que se mostró con grandes limitaciones. 
El partido fue pobre, impreciso, mal jugado, aunque no faltaron las situaciones de peligro. El Bohemio fue apenas un poco más: por voluntad, por generación, por oportunidades. Cassano metió dos cambios con respecto al equipo que había perdido la última fecha, pero no se vio una clara mejoría. Al menos, esta vez, los problemas defensivos fueron menos evidentes. Quizá tenga algo que ver la diferencia marcada entre los dos rivales: mientras que Chicago intentó buscar siempre, Almagro se dedicó a navegar sin rumbo, sin claridad, sin grandes armas, exigiendo poco a la defensa local. En este sentido, el Bohemio tuvo un partido más tranquilo, en donde pudo salir ileso de sus falencias, e incluso pudo aprovechar los errores del rival, que se equivocó más y peor. Así llegó el único del gol, en la segunda etapa, cuando Lazzarini la robó y se la dio a Maraschi, que desbordó o remató pero terminó metiéndola en contra Schunke. 
Nanía, uno de los que volvió a la titularidad, fue de lo más destacado junto a Maraschi. El ex Ferro mostró toques de calidad con los cuales Atlanta generó lo mejor en ofensiva. Sin embargo, llegó a su quinta amarilla y no podrá estar en el trascendental clásico. Todavía queda mucho por mejorar si Atlanta quiere volver a ser el equipo sólido y contundente que vimos a finales del año pasado.

domingo, 9 de febrero de 2014

Con el pie izquierdo

Había grandes expectativas en Villa Crespo por el debut del puntero de la B Metro en este 2014. Pero Atlanta jugó un mal partido y cayó derrotado ante un Chicago que fue superior. El conjunto de Cassano mantiene la punta por esta fecha, pero sus seguidores quedaron muy cerca.
El Bohemio empezó ganando con un gol tempranero de Maraschi, el mejor del equipo junto a Díaz Villán y el aquero Vega. Sin embargo, Atlanta se quedó y dejó crecer al visitante, que mostró audacia e iniciativa incluso después de empatarlo por intermedio del interminable Gomito Gómez. Chicago complicó gracias a las subidas de sus dos laterales, que junto con los volantes hicieron estragos por las bandas. Atlanta nunca pudo solucionar sus problemas defensivos, no pudo frenar las estocadas por las bandas que fueron una constante a lo largo del partido. Cassano no hizo cambios en pos de resolver esta cuestión, y Chicago generó una buena cantidad de situaciones de peligro hasta que convirtió el segundo gol a poco de que terminara el encuentro.
Al Bohemio no le faltó intención ofensiva. Pero en la generación de juego fue muy impreciso. Chicago dejó espacios y Atlanta tuvo sus chances, generalmente gracias a la participación de Maraschi. Pero los problemas en la defensa fueron letales. Se sufrió seguramente la ausencia de Francés, un jugador con voz de mando en el fondo. El patrón de la defensa fue clave cuando ingresó al once titular y solucionó los problemas defensivos que tenía el equipo al principio del campeonato. Ahora, su lesión lo dejará afuera unas semanas, y ya lo extrañamos. El otro cambio que hizo Cassano con respecto al equipo que venía cumpliento tan buen papel a fines de 2013 fue el ingreso de Godoy. El delantero tuvo una actuación para el olvido, y muchos recordaron los buenos momentos del tridente Maraschi-Lazzarini-Acuña. Por otra parte, también los rendimientos de Galeano y Collavini en el mediocampo quedaron cuestionados. El DT perdió su invicto al frente del Bohemio y la derrota fue justa, sin discusiones. Ahora deberá revisar algunos puntos para no perder la posesión de la cima.

martes, 28 de enero de 2014

El desafío 2014

Luego de la pretemporada, está por reanudarse el campeonato de Primera B y Atlanta afronta nuevamente el desafío y el objetivo de ascender. El hecho de que por tercera vez en cuatro años el Bohemio empieza un año calendario como puntero del torneo es notable, pero a la vez evidencia las decepciones que vinieron después. En el 2011, el conjunto de Alonso salió campeón de forma indiscutible, pero bajó tan rápido como subió. En 2013 el equipo de Rondina lideró el campeonato durante un largo tramo pero se cayó al final y se quedó sin nada. Con estos antecedentes, los corazones bohemios son difíciles de ilusionar pese a que los dirigidos por Cassano son únicos punteros. Prefieren ir despacio, de a poco, sin derrochar esperanzas.
Este equipo, con muy pocos nombres coincidentes en el once titular con respecto al equipo de la temporada anterior, tiene el complicado desafío de dejar esa mochila atrás y darle la gran alegría a Villa Crespo. No será nada sencillo. Al igual que la temporada pasada, Atlanta arrancó mal y luego fue de menor a mayor hasta llegar a la punta. Si aquel fue un campeonato parejo e imprevisible en el que terminaron ascendiendo sorpresivamente Villa San Carlos y Brown de Adrogué, ¿qué se podrá prever en éste? Atlanta supera por un punto a su escolta Morón pero apenas 9 puntos lo separan del puesto 13. Están todos ahí, aunque los miramos desde arriba. Hasta aquí podemos decir ha sido un gran mérito estar en esta posición con los recursos que se poseen. Con las complicaciones económicas, con las urgencias de armar un plantel con muchas caras nuevas, con la incertidumbre del Gallego Méndez que tantas veces amagó con irse y terminó renunciando cuando el equipo estaba encontrando el camino. Cassano agarró primero de forma interina y con los muy buenos resultados se terminó quedando. ¿Repetirá la hazaña de Alonso, otro que vino desde las Inferiores? Hay que decirlo: Atlanta tiene un plantel corto y no le sobran figuras. Encontró en Sardella, un jugador que estaba jugando en Primera C, a su gran figura en el mediocampo. Encontró en Vega, que no estaba atajando, a un arquero récord de valla invicta en el club. Recuperó a Galeano. Y halló en Francés, poco tenido en cuenta por Rondina, el patrón que necesitaba la defensa menos vencida del torneo. Hoy Atlanta tiene buenos rendimientos individuales y una idea de juego, un grupo que quiere y puede. Y así está superando por ahora a los grandes candidatos que se armaron con presupuestos gigantes: Platense, Los Andes, Morón. La lucha que se viene no será sencilla.